Día 1: Primera vez
La primera vez que lo vi creí que había visto a un ángel, era un pequeño niño con cabellos dorados como el sol y ojos azules como el cielo, su nombre Steve Rogers. Era hijo de una amiga de mi mamá que estaba de visita, tenía 10 años aunque parecía más chico, yo tenía 14, recuerdo que conversamos un poco en el jardín, el pequeño era adorable.
La primera vez que me tuve pensamientos poco apropiados sobre él, fue un par de años después, a pesar de que no asistíamos a la misma escuela por la diferencia de edad, nuestras familias convivían constantemente. Era verano, el calor se volvía insoportable, Steve y yo conversábamos junto a la piscina, el comía una paleta de hielo de cereza, recuerdo ver como apretaba los labios alrededor de la paleta, como gemía gustoso y finos hilos rojos escapaban por la comisura de sus labios.
Hice lo que cualquier chico hormonal de 16 años haría, me masturbe pensando en la boca de ese ángel alrededor de mi hombría, me sentí un poco mal pues Steve era muy pequeño para que yo tuviera esos pensamientos sobre él.
Cuando me fui a la universidad pase dos años sin verlo y como era de esperarse mi hermoso ángel creció, volviéndose un atractivo y aún más sexi capitán de futbol, imaginen mi sorpresa al regresar y encontrarlo incluso un poco más alto que yo.
A primera vista no parecía ser mi pequeño ángel pero esos ojos y esa hermosa sonrisa son únicos.
Ese sábado no paramos de conversar y es que sin importar nuestra diferencia de edad y el que fuéramos como el agua y el aceite, siempre teníamos tema de conversación, pasar tiempo con Steve siempre ha sido divertido, puede que sea más joven pero siempre ha sido muy maduro, un alma vieja en pocas palabras. Esa noche se quedó a dormir en casa pues ninguno deseaba separarse.
Esa fue la primera vez que dormimos juntos, solo dormir, bueno si se le puede decir dormir a velar su sueño toda la noche.
La siguiente semana fuimos a ver una película al cine, una nueva primera vez, la primera que sentí celos. En la plaza nos encontramos a unas chicas, unas compañeras de Steve, las cuales prácticamente se nos pegaron, arruinando nuestra salida y haciendo que me consumieran los celos cada que la tal Peggy se acercaba a mi Steve, el sigue siendo tan inocente y es tan amable que no rechazo que ellas nos acompañaran al cine.
Desde luego nada me preparó para lo que me aguardaba al final de la noche. En la entrada de su casa, con la luna y las estrellas brillando en el cielo, mi rubio tormento me confeso su amor y me robó un beso, desde ese día no pude despegar mis labios de los sus labios y mis manos de su cuerpo en todo el verano.
Para nuestra primera cita lo lleve a un picnic, pero nada salió como esperaba, nos picaron las abejas, fuimos atacados por unos patos y terminamos corriendo en medio de una repentina lluvia, aun así mi ángel reía alegremente cuando por fin llegamos a su casa, "la mejor cita de mi vida".
Nuestra relación no fue sencilla, pero la distancia me hacía extrañarlo fervientemente y las llamadas en plena madrugada, las cuales cada vez se volvían no aptas para menores, encendían una llama en mi interior imposible de apagar, Steve y yo no habíamos tenido relaciones, digo el aún era menor de edad y la nada sutil amenaza de Joseph Rogers de cortarme las bolas si mancillaba a su niño cuando les dijimos que estábamos saliendo, me habían hecho mantenerme a raya pero, mi ángel cada vez se convertía un poco más en demonio, esas insinuaciones, las fotos y los dulces sonidos que salían de su boca cada vez que... ¡ay! no no, debo alejar esos pensamientos de mi cabeza.
Sin embargo era obvio que en algún momento habría de pasar, quería que fuera especial, por su cumpleaños 18 rente una cabaña, me tomó tiempo y necesite la ayuda de mi amiga Pepper para prepararlo todo, pero mi ángel no merecía menos, no quería tener sexo con el en cualquier hotel por ahí, o en la casa de alguno de nosotros y que nuestro inoportunos padres arruinaran el momento.
Esa primera vez resulto mágica, solo él y yo rodeados de velas y pétalos de flores, amándonos sin prisas y sin miedos, recuerdo como se derretía en mis brazos y gemía mi nombre suplicándome más.
Claro que ese apenas era el comienzo en una nueva etapa, yo ya había terminado mi carrera en ingeniería pero él apenas comenzaría la universidad, su sueño era convertirse en un gran artista y no es porque lo ame con locura pero mi Steve es muy talentoso.
Steve fue a Yale y yo comencé a trabajar con mi padre en Industrias Stark, otros cuatro años con una relación a distancia, pero todo valió la pena.
Ahora tengo 28 años, mi Steve 24 y nos encontramos felizmente casados, ayudo a mi ángel con su corbata, es su primera exposición en una importante galería de arte en París, ya ven les dije que tenía talento.
Tony, nunca me has dicho cuándo te enamoraste de mí, si no es porque te confesé mi amor...- lo interrumpí colocando mi dedo sobre sus labios.
Mi amado ángel, yo me enamore de ti desde la primera vez que te vi – confesé.
El solo sonrió, tome sus mejillas y lo besé.
Andando, o llegaremos tarde.
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Semana Stark-Rogers
FanfictionEvento por el aniversario de la pagina A Sky Violett Cada día una temática diferente Día 1. Primera Vez Día 2. AU escolar