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𝐶𝑜𝑛𝑣𝑒𝑟𝑡𝑖𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑢𝑛 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑜𝑦... ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜 𝑑𝑒𝑟𝑟𝑜𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑐𝑎𝑖𝑔𝑎 𝑎 𝑡𝑢𝑠 𝑝𝑖𝑒𝑠. 𝐿𝑎 𝑖𝑟𝑜𝑛𝑖𝑎 𝑚𝑒 𝑎𝑏𝑟𝑢𝑚𝑎 𝑎𝑙 𝑚𝑖𝑟𝑎𝑟 𝑎 𝑡𝑢𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠. ¿𝑃𝑜𝑟 𝑞𝑢𝑒̇?▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
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┊ . ˚ ˚✩—Dos minutos tarde Morgan, ¿para qué carajos tienes ese estúpido reloj si no lo vas a utilizar?–exclamó Martha.
—Lo siento, madre, el tráfico de la calle del colegio estaba bastante atiborrado, no volverá a pasar.– respondió Morgan con la mirada baja.
La señora Smith se dirigió hacia la cocina y dio una orden a la Srta. Murphy, el ama de llaves. Salió de la cocina y señaló hacia Morgan con su largo y blanco dedo de uñas rojas.
—Vigilala, hasta que llegue su padre y pueda recibir el castigo merecido– sentenció la rubia y salió de la casa con una sonrisa.
La joven hizo una mueca de desprecio y salió de la casa, no dejaría que ese contratiempo arruinara el resto de su día y con ello, el buen cumplimiento de sus deberes. Cruzó la calle y camino hacia una parada de autobus, su negro y largo cabello se alborotaba ante el más mínimo contacto con el viento otoñal. Ante la mala reacción de su cabellera, sacó de su bolso-mochila una liga para el cabello y en un santiamén lo trenzo. Claramente no la hizo a la perfección, no podía llegar a las lecciones de modales con una insípida trenza, tenía planeado deshacer este peinado en el autobus y hacer uno más elaborado, no deseaba que la Sra. Brown notificara a su padre con respecto a "el mal aspecto de su hija". Sin embargo, ella estaba tan concentrada en no recibir una paliza por su cabello, que olvidó la orden que había dado su madre a la Srta. Murphy, la cual estaba intentando no ser observada por la joven mientras ingresaba a transporte.
La chica removió la liga que mantenía la trenza y cambió su peinado durante el transcurso, el cual, no parecieron ser más de 2 minutos. Al bajar del vehículo, reviso su reloj.
"16:07, debo entrar a la academia en menos de 2 minutos si no quiero que la maldita Sra. Brown se queje de mi "mediocre„ puntualidad. Más que nada, debo concentrarme en no cagarla, no estoy en posición de ser su puta burla y centro de atención" pensó mientras caminaba en dirección al alto y descolorido edificio, su antigüedad era una de las razones por las que era conocido así como por sus estudiantes, no obstante, no era la escuela lo que interesaba en sí, si no, la directora, quien era una mujer estricta y recta, un solo error, y eras el motivo de sus burlas.Llegada Morgan a la sala de reuniones, hizo una reverencia y se acomodó en la fila.
—Justo a tiempo, Srta. Smith.