Las 50 Sombras de Kayn (KaynxK/DA)

Capitulo 34

Departemento de Kayn y Varus 

El estruendo de la puerta golpeando la pared resonó en todo el departamento de Kayn. Evelynn irrumpió con una furia desenfrenada, su mirada demoníaca iluminando la oscuridad de la habitación. Los muebles temblaron ante su presencia, mientras ella revisaba cada rincón en busca de algún rastro de Kayn.

Varus y Sett, testigos atónitos de la entrada de Evelynn, se quedaron petrificados. La voz de Varus se alzó en un grito desconcertado  -¡¿Qué diablos ha pasado aquí?!- Mientras tanto, Sett, aún procesando la situación, murmuró incrédulo -¿Tiró la puerta...?-

Evelynn, ignorando las reacciones de los presentes, se acercó con paso decidido hacia Varus y Sett. Su expresión demoníaca intensificó la tensión en la habitación cuando exigió respuestas     -¿Dónde está?- La pregunta resonó como un susurro oscuro que heló el aire.

Varus y Sett intercambiaron miradas nerviosas. No tenían idea de la magnitud de la tormenta que acababa de entrar por la puerta. Entre titubeos, Varus tartamudeó -Kayn... ha salido. No nos dijo a dónde iba- Sett asintió afirmativamente, agregando -Pero pensamos que podría haber ido a su penthouse, podría estar esperándote allí-

Evelynn, insatisfecha con la respuesta inicial, dejó escapar una risa que envolvía la habitación como una sombra -¡Bien! Entonces, ese será nuestro destino- La promesa tintineó con malicia mientras se dirigía hacia la salida, dejando a Varus y Sett con la tarea de recomponerse y lidiar con los estragos de su entrada. Sett en tono burlon exclamo -Espero que no se olvide de hablarle bonito si va a cogersela- Varus lo miro con desaprobacion -No es momento para ese tipo de comentario, levantante, al menos intentemos reparar la puerta-

En el Penthouse

El penthouse estaba envuelto en una atmósfera tranquila y relajada. Kayn y Ahri compartían la calidez de la compañía mutua mientras discutían los detalles para el próximo videoclip. Entre risas y opiniones sobre destinos de ensueño, la complicidad crecía como un hilo invisible que unía sus pensamientos.

Kayn, expresó su falta de preferencia por un lugar específico, pero sus ojos se iluminaron al hablar de la idea de estar donde pudiera disfrutar de una taza caliente y ver la nieve caer. Ahri, con una sonrisa juguetona, compartió su preferencia por destinos tropicales y cálidos, argumentando que en esos lugares la felicidad parecía florecer entre la brisa y el sol.

La respuesta de Ahri dibujó una sonrisa aún más amplia en el rostro de Kayn. -Que observación tan curiosa y optimista- comentó, admirando la perspectiva de Ahri. El ambiente era cómodo y lleno de afecto cuando Kayn añadio -También me agrada la idea de estar sentado bajo una sombrilla frente al mar, con mis pies enterrados en la arena-

Ahri rió ante la imagen mental de Kayn en ese escenario, encontrando encanto en la idea de compartir esos momentos juntos. Sin embargo, la serenidad del penthouse se vio repentinamente interrumpida por un estruendo misterioso que resonó cerca de ellos.

-¿Y ese ruido?- preguntó Ahri, su expresión reflejando una mezcla de sorpresa y curiosidad. Kayn, instintivamente, le pidió que subiera a su habitación mientras él investigaba la causa del estruendo. Ahri, tomando sus apuntes, ascendió lentamente las escaleras, sus ojos siguiendo a Kayn mientras se alejaba.

-Es mi trabajo, ¿recuerdas?- le recordó Kayn, tratando de disipar cualquier preocupación en la mirada de Ahri. Sin embargo, la intriga se tejía entre las sombras de la incertidumbre mientras Ahri se quedaba esperando en el segundo piso. La promesa de una explicación quedaba suspendida en el aire, y el penthouse, una vez refugio de risas y charlas ligeras, ahora albergaba un misterio inesperado.