Sin Brillo - Tomioka Giyuu

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El joven de cabellera rojiza peleaba arduamente contra la luna inferior 3. Su cuerpo temblaba y apenas podía mantener la espada en sus manos.

Por suerte los habitantes habían huido, lo que significaba que no había ningún civil en riesgo. Continuó peleando fuertemente contra ese demonio, para su mala suerte su hermana no podía ayudarlo puesto que estaba atrapada en un reloj de arena gigantesco.

Tanjiro aún no comprendía completamente cuál era el poder de la luna inferior 3. Podía encerrar a sus víctimas en un reloj de arena gigante, lanzar algo parecido como manecillas de reloj que te hacían grandes rasguños y heridas profundas si te rozaban o te alcanzaban.

Podía esquivarlas gracias a las posturas de agua, sin embargo debía apurarse a matar a aquel demonio peliverde, a este paso no podrá vengar la muerte de su familia ni la de Rengoku-san, mucho menos salvar a su hermana de esa jaula con forma de reloj de arena.

El demonio de nombre Tokei, enojado, lanzó otro ataque que iba directo al rostro de Kamado, pero era diferente a los anteriores, un gran número gigante iba dirigido hacia su persona, eso ni loco podía evitarlo.

— Respiración de Agua. Décima postura: Dragón del Cambio. [Jū no Kata: Seisei ruten] — Una suave voz se escuchó a lo lejos, junto a un fuerte choque de espada contra el ataque de ese demonio.

— ¡Tomioka-San! — Gritó el pelirrojo, hincado en el suelo, intentando regular su respiración para que la hemorragia de sus heridas parara.

— ¿Estas bien, Tanjiro?— Pregunto con su voz neutra el pelinegro.

— ¡Us! — El pelirrojo asintió con la vista borrosa. Fue mala idea enfrentarse contra ese demonio cuando sus heridas que obtuvo en su pelea en el tren infinito aún no se curaban del todo. Pero quería ayudar un poco a las niñas de la finca mariposa, incluso si eso implicaba salir de noche, por eso fue por las hierbas que le encargaron, pero jamás esperó encontrarse con la luna superior tres.

— ¡Malditos cazadores! ¿¡Por qué siempre tienen que interferir en mis planes?! ¡Solo les doy a las personas poder revivir sus hermosos momentos de infancia! ¡Les doy la oportunidad de revivir su niñez antes de morir! ¿¡Acaso no soy alguien muy amable!? ¿¡Por qué tienen que entrometerse en mi camino?! — Gritó el demonio, comenzando a correr y saltar entre los arboles con una velocidad sobrehumana.

Permanecía lanzando aquellas manecillas de reloj en diferentes direcciones, mucho más rápido que antes, sin embargo el pilar del agua era mucho más rápido.

— Diablos... — Murmuró el pelinegro con frustración.

La gran herida en su abdomen y algunas costillas rotas limitaban sus movimientos, después de todo volvía de una misión que, a pesar de no haber tardado mucho en ganar la batalla, también fue atacado por personas que estaban del lado del demonio. Era matar al demonio junto a los ciudadanos, o salir levemente herido, matar al demonio y salvar a los ciudadanos.

Claramente escogió la segunda opción.

— ¡Tomioka-San! ¡Su estomago! — Exclamó el menor, preocupado por su superior, intentando levantarse y no ser un estorbo para el pilar.

— No es momento, Tanjiro. Mataré al demonio y nos iremos de aquí. — Dijo seguro el más alto, colocándose en posición de pelea. Necesitaba detectar la ubicación del demonio de inmediato.

— Con que estás herido, cazador de cuarta. Vencerte será fácil, soy mucho más rápido que tu. — Dijo burlón el demonio con relojes en su rostro. Estaba nervioso, la presencia del pilar era gigantesca, pero si lo mataba junto al niño de los aretes hanafuda, Muzan le daría más de su sangre. Por ahora solo debe mostrarse confiado por más aterrado que esté.