Día 1: Soulmates

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-Es un niño precioso, Mikasa. -Los ojos color miel del bebé que tenía en mis brazos me miraban curioso mientras mantenía mi dedo índice entre su pequeña mano. Jack Kirstein Ackerman recién tenía tres meses de nacido y por fin podía conocerlo, ya que desde que Mikasa con Jean se habían casado, el segundo mencionado se había quedado como representante de los embajadores en la isla y estaba trabajando junto a Historia, mientras los demás seguíamos de país en país haciendo nuestra labor.

-Lo es, casi irreal -Dijo mientras colocaba dos tazas de té encima del mesón de la cocina.

-Pequeño Jack tendrá unos padres algo tercos, pero será un niño feliz y lleno de amor -Dije moviendo mi mano para jugar con él. En ese instante el bebé me apretó el dedo con fuerza.- ¡Ah! Ah -Me quejé incrédulo por la fuerza inhumana que tenía el pequeño.

-Bebé, no -Mikasa al ver que trataba de librarme del pequeño y su agarre llegó a mi lado rápidamente para llamar la atención de su hijo, lo cual funcionó y Jack soltó mi dedo de un momento a otro para estirar sus manos hacia su madre.- Cariño, al tío Armin no... Disculpa, Armin, Jack tiene demasiada fuerza, hasta la partera que me ayudó a dar a luz y el médico quedaron impresionados. -Mi mejor amiga tomó a su hijo en brazos para apoyarlo contra su pecho.

Negué enseguida al tiempo que movía el dedo.

-No tienes por qué disculparte, Mikasa, es un bebé tuyo y de Jean, no me sorprende que tenga tanta fuerza. Es la viva imagen de ustedes dos. -Dije con una amplia sonrisa, provocando que Mika también sonriera con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

Dejó al pequeño Jack en su cuna para luego volver conmigo y ponernos al día luego de meses sin vernos.

Había llegado a Paradise hace un par de días, pero con el trabajo no había tenido la oportunidad de venir enseguida a visitar a los chicos. Jean también andaba en unas reuniones en Trost, por lo que Mikasa estaba en compañía de la familia de Jean e Historia con la pequeña Ymir, quienes andaban de visita en el distrito.

-¿Y Annie? Pensé que desde que se casaron iban a estar juntos de un lado a otro. -Dijo Mikasa dejando la taza de té en su plato.

-Fue a visitar a Hitch de pasada, ya sabes, aunque reniega de aquella amistad, siempre serán amigas. -Dije con gracia tomando mi taza de té para darle una probada.

Mikasa sonrió a mi respuesta.

-Jamás iba a imaginar como íbamos a terminar, menos cuando vi a Annie en Odiha mirándote con anhelo o la cara que puso cuando le dije que estabas raptado por ese titán cerdo. -Mikasa me miró fijamente.-

Sonreí por sus palabras.

- Yo siempre sentí algo por ella, incluso antes de que tuviera que devorar a Bertholt -Comenté dejando la taza en su plato y moverla solo un poco al terminar.- Puede sonar cursi, pero con Annie tenemos una conexión algo rara y... ¿Especial? Es como si nuestros corazones estuvieran conectados.

Mikasa me miró sorprendida al escuchar mis palabras.

-¡Ya! No me mires así...-Dije mirando hacia arriba.

-Estás muy enamorado de ella -Dijo casi como si fuera un descubrimiento.

Sonreí al escucharla, ampliamente.

-Sí, demasiado, diría yo, pero... Siento que no me merezco tanta dicha y vida para jugar a vivir a ser una persona normal.

-Armin. -Mikasa se movió para tomar mis manos y poder apretarlas levemente con cariño.- Cada vez que nos vemos hablamos de lo mismo; ambos necesitamos sanar y asimilar que tenemos esa chance que nos dio Eren para seguir viviendo. Así como yo lo hice, tú también debes de comenzar a vivir sin culpa, arrepentimiento y con orgullo.

ARUANI WEEK 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora