Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ II: Dᴏs Hᴏᴍʙʀᴇs Eɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴏs

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Las calles de Seúl solían siempre estar llenas de gente que iba de un lado a otro. Por las noches era cuando más concurridas estaban, las personas iban desesperadas a sus casas después de un duro día de trabajo, de escuela o universidad. Nadie se detenía ni tan siquiera un segundo a admirar lo que les rodeaba.

En la esquina de una plaza que tenía algunos bancos alrededor de una fuente rectangular con luces de múltiples colores, había un chico de pie con una guitarra en mano mientras interpretaba una canción muy hermosa y delicada, sus cabellos rubios y brillantes caían por su frente dándole un aspecto adorable.

Ninguna persona se detenía a escuchar al chico, pero a él parecía no importarle, seguía cantando dejando toda su alma en ello, manteniendo una sonrisa en sus pomposos labios y esperanza desbordando por sus ojos cristalinos y grisáceos.

Fue entonces que de a poco un hombre alto y de aspecto imponente, que vestía un elegante traje azul índigo se acercó a él, lo había estado observando desde hace un rato a la lejanía y se había sentido algo aturdido por la paz que la dulce voz del rubito transmitía. Cuando finalmente estaba frente al chico se quedó viéndolo fijamente hasta que este terminó de cantar.

El chiquillo, con una leve mueca sorprendida, le regaló la sonrisa más bella que él jamás hubiese visto para luego hacer una reverencia hacia la única persona que se convirtió en su público.

El hombre aún maravillado empezó a aplaudir con gran emoción, luego sacó su billetera del bolsillo trasero de su pantalón y le tendió una pequeña tarjeta de presentación al menor, quien la aceptó un tanto confuso.

ㅡSoy Jeon Jungkook, un placer conocerte...

ㅡPark Jimin, e-ese es mi nombre... sí, emm... Igualmente es un gusto conocerlo señor Jeon ㅡmurmuró nervioso. Y no era para menos, si frente a él se encontraba el famoso CEO de JGC (Jeon's Golden Company), la compañía de entretenimiento que ha llevado a la fama mundial a muchos cantantes.

ㅡPor lo que veo sabes quién soy ㅡdijo con aire divertido al ver al menor observarlo con los ojos tan abiertos como los de un cachorrito impresionado.

ㅡ¿Quién en nuestro país no lo conoce? ㅡcontestó con obviedad, pero al instante se sintió tímido por su arrebato de confianza.

Jungkook estalló en carcajadas al ver al pequeño ricitos de oro ㅡcomo le apodó en su menteㅡ sonrojarse hasta el cuello.

ㅡLa verdad no sabía que yo era tan famoso ㅡcomentó risueño, viendo como Jimin rodaba los ojos y le daba una mirada de profunda incredulidadㅡ. Pero eso no es importante... ¿Joven Park, le gustaría acompañarme a tomar un café?

ㅡ¿Por qué debería aceptar? ¿Y si me termina secuestrando? ㅡpreguntó alarmado mientras agarraba su guitarra con fuerza usándola como un escudo.

Jungkook realmente estaba disfrutando de todas las reacciones del rubito.

ㅡ¿Crees que alguien con una reputación como la mía sería capaz de secuestrarte? ¿La cuestión no sería al revés? Cariño, de los dos el famoso soy yo, muchos han de soñar con secuestrarme a mí, ¿no crees?

Jimin ignoró todo lo demás, lo único que resonaba en su mente era la palabra "cariño"... Jeon Jungkook le había llamado Cariño. C A R I Ñ O. Estaba pasmado de la emoción y con el corazón a mil por hora. Su cara de seguro estaba peor que una sandía.

Concéntrate Jimin, que te están hablando.

ㅡ¿Entonces Jimin-ssi, qué dices? ¿Vamos por ese café? ㅡpreguntó con una sonrisita al ver la cara aturdida del contrario.

Tierra llamando a Jimin de Jungkooklandia, joder, reacciona Jimin-ah, las moscas te van a entrar hasta la tráquea si no cierras la boca y dejas de babear.

𝓔𝓵 𝓛𝓵𝓪𝓷𝓽𝓸 𝓓𝓮 𝓤𝓷 𝓐𝓼𝓮𝓼𝓲𝓷𝓸 (𝓚𝓸𝓸𝓴𝓶𝓲𝓷)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora