La Furia de Hera (C-HB Fanfic)

Prólogo-Sueño distópico

Mi sueño entero está ambientado en un chico que me es familiar.

Es lo único que pueden ver mis ojos, un vacío blanco y brillante, y en medio de él, un chico.

No tiene más de 16 años, pero es bastante alto y maduro para su edad. Tiene el pelo de un azabache infinito, y sus ojos son como pozos misteriosos, pero, en vez de no mostrar nada, parecen un estallido de emociones. Tiene la piel pálida y los labios finos y serios.

Lleva una cazadora negra y una camiseta del mismo color. Sus pantalones oscuros se ajustan a su cuerpo y conjuntan con unas botas de caza de el mismo color. Lleva un cinto y en él está colgada una espada oscura, cómo no.

-Hierro Estigio-dice el muchacho mientras que me sonríe-.Me llamo Nico Di Angelo, y para verte estoy rompiendo millones de normas del Campamento Mestizo, pero no me importa-dice mientras que se acerca¿flotando? Como esto es la nada, no se como se desplaza una persona normal-. Solo quería verte.

-¿Por qué?

-Porque, según un Oráculo amigo mío, estamos destinados a encontrarnos-dice mientras me mira con intensidad. No me había dado cuenta que estábamos muy cerca, casi pegados.

-Pues un Oráculo amigo mío me ha dicho que mis padres me iban a regalar un iPod con todas las canciones de FOB, y no ha habido mucha suerte-replico con sorna mientras que él se ríe.

-Que pena, porque las canciones de FOB son las mejores-dice mientras que desenfunda la espada y se pone a sacarle brillo con su camiseta.

-¿Te conozco?-Pregunto-Me resultas extrañamente familiar.

El se ríe, es una mezcla de risa amarga y risa histérica, lo que la hace bastante agradable.

-Oh, pues claro. Llevo un año entero visitándote en sueños.

Se me hiela el corazón por un instante. Hace un año..mi madre murió en un accidente de tráfico catastrófico y cuando me lo contaron, empecé a llorar. Lloré hasta bien entrada la noche. Y, a la mañana siguiente, me di cuenta de algo. No recordaba mi sueño.

Desde entonces, los sueños eran pozos negros, recuerdos sin sentido e imaginaciones inconclusas. Siempre lo había atribuido a que la muerte de mi madre me destrozó, pero no sabía que era por ese motivo.

-Y, si tu tuvieses razón ¿Cómo es que no me acuerdo de nada de lo que me pasa en sueños?

-Simplemente los borro-dice tranquilamente, como si estuviese hablando de unos pintarrajos en una hoja-.No te enfades, lo hacía para protegerte.

-¿Protegerme?¡Me has robado mis sue..-me pone un dedo en los labios, y ese contacto hace que me estremezca de pies a cabeza.

-Shh... Rebecca Gray, si algún día tengo la suerte de conocerte, te juro que te devolveré todos y cada uno de los sueños que has tenido con migo-sonríe y me coge de la mano-. Bien, todo arreglado.

Me he quedado muda¿Como sabe mi nombre y mi verdadero apellido? Desde que mi madre murió y vivo en el internado, me llamo Becca Smith, y nadie sabe mi otro apellido.

-Bueno-dice Nico desperezándose-. Tengo que irme.

-¿Me vas a borrar este recuerdo?-Pregunto, esperanzada. A lo mejor ya no me va a quitar mas sueños.

-Por supuesto-dice riéndose-. Las tradiciones son tradiciones.

-Desearía que no fuera así-Susurro tristemente.

De repente él se pone serio y me mira con expresión afligida.

-Y yo te juro por el Olimpo que desearía pasar todos los días de mi vida contigo, y no tener que borrarme de tu mente, pero las reglas son así. Tengo que irme Becca, pero, aunque tu no me recuerdes, yo te recuerdo a tí-susurra-. Recuerdo todos los sueños que hemos vivido, en los que nunca me reconoces, y tengo que explicarte de nuevo quién soy. Pero, no me importa hacerlo, con tal de verte un poco más.

Me quedo sin aliento. No sabía que sus sentimientos hacia mí eran tan profundos como las raíces de un árbol.

-Yo...no sé que decir-contesto algo incómoda.

Nico Di Angelo se acerca a mi oído, y su respiración me hace cosquillas.

-Pues no digas nada.

Me abraza y siento su contacto como nunca había sentido nada. Al rededor nuestra se forma un torbellino que nos alza, y yo escondo la cabeza en su pecho mientras que el pelo se me arremolina para todos lados.

Nico me mira dijamente a los ojos, y grita en medio de todo el jaleo:

-Son vientos del Norte, síguelos para encontrarme.

Yo asiento enérgicamente. A nuestro alrededor todo es un caos de colores y sensaciones, recuerdos perdidos. Son sueños. Estoy a punto de dejarme ir por la corriente de sueños cuando Nico me aferra de la mano y me la besa en un gesto teatral.

-Hasta siempre, Nico-le grito, y me suelto de su mano.

Antes de caer sin remedio al torbellino oigo algo en el interior de mi cabeza.

"Te quiero, y siempre lo haré"

Antes de poder responderle la oscuridad me traga, pero esas palabras se clavan en lo más recóndito de mi mente.