Desde que iniciaron el viaje, habían probado muchas cosas nuevas. Comidas, bebidas, hospedajes, vivencias, etc. Anteriormente, Noriaki había viajado mucho con sus padres y generalmente era el que explicaba a Jotaro costumbres de los países que visitaban o le recomendaba algún platillo o bebida propia de la región.
No tenía problema en compartir con él un sorbo de la misma botella o lata, dejarle tomar un bocadillo de su plato o cosas similares pero ahora la curiosidad le picaba a él y quería que las cosas se invirtieran por una vez.
Pasar todos los días junto a Jotaro y Polnareff le había hecho preguntarse si fumar se sentía realmente bien. A él nunca le había atraído el cigarro y no tuvo amigos que lo indujeran a esas prácticas pero pensaba que debía haber algo especial en fumar si Jotaro no podía pasar un día sin hacerlo.
Esta noche se quedaban en un hostal pequeño pero agradable. Habían podido cenar algo decente pero casi era hora de retirarse a los dormitorios. Joseph, Abdul y Kakyoin compartían una pequeña plática casual mientras Jotaro y Polnareff estaban afuera fumando. El pelirojo se estiró un poco antes de levantarse de la mesa y salir a buscar a sus compañeros para avisarles que ya casi iban a cerrar.
Al encontrarse con ellos los vió fumando en silencio. La curiosidad volvió a aparecer pero no se animaba a preguntar sobre todo porque Polnareff podía ser un idiota y burlarse de él y no quería que eso sucediera. El olor a tabaco le hizo cosquillas en la nariz y ambos se giraron para verlo.
—Hey. Están por cerrar y Joestar-san me pidió que les avisara.– dijo al estar cerca.
Polnareff arrojó lo que quedaba de su cigarrillo al piso y lo pateó para apagarlo. Jotaro acababa de prender el que tenía entre los labios y no lo quería desperdiciar. El francés murmuró algunas cosas en su lengua materna que ninguno de los jóvenes japoneses entendió y comenzó a caminar hacia el hostal.
Los dos estudiantes se quedaron a solas con la suave brisa nocturna meciendo el flequillo del pelirojo. Kakyoin sabía que esta era una buena oportunidad para quitarse la duda pero no quería sonar tonto frente al otro a quien respetaba mucho. La mirada del pelinegro se posó en él unos segundos como intentando adivinar lo que hacía ahí.
—Oye Jotaro en verdad te gusta mucho fumar.– Noriaki podía llegar a desviarse del tema en ocasiones, sobre todo cuando no sabía lo que se suponía que debía hacer en situaciones sociales.
Jojo sólo asintió con un cabeceo. Tenía la impresión de que a Noriaki le molestaba el humo pero por alguna razón seguía ahí con él en lugar de entrar. Lo miró de reojo, evaluando si era el real. Después del ataque de Yellow temperance quedó un poco paranoico.
—¿Me dejas probar?.– la pregunta salió de sus labios tan rápido que se desconcertó a sí mismo.
Jotaro no dijo nada, simplemente se quitó el cigarrillo de entre los labios y expulsó el humo en la dirección contraria al pelirojo. Luego le pasó el cigarrillo encendido y le dió unas instrucciones sobre cómo hacerlo. El primer intento fue un desastre y Kakyoin comenzó a toser.
Jotaro no se rió pero le quitó el cigarrillo para apagarlo porque estaba por terminarse. Quizás no fuera el tipo más hablador de todos pero entendía bien a su compañero de viaje. Encendió un nuevo cigarrillo y lo puso en sus labios para dar la primer calada sabiendo que esta vez Noriaki se fijaría y lo haría mejor.
El pelinegro entregó el cigarrillo a Kakyoin y este volvió a intentarlo imitando las acciones de Jotaro. Esta vez no tosió pero en verdad tampoco lo hizo bien. Comenzaron a alternarse el cigarrillo hasta que la escandalosa voz de Polnareff les hizo girarse hacia el hostal.
—Mon Dieu, ya besense y vamos adentro.– dijo el francés divertido.
Kakyoin fue tomado con la guardia baja, ni siquiera sabía qué replicar ante esa incoherencia de parte del peliblanco. Su ceño se frunció por no poder captarlo y Polnareff se rió con esa risa burlona y escandalosa.
—Mon pauvre Kakyoin, parece que Jotaro no te dijo que compartir un cigarrillo así es como besarse indirectamente.– el francés río aún más fuerte por la cara de shock del pelirojo.— No vayan a tardar, le tengo que contar esto a Abdul
Dicho eso dió media vuelta y volvió al hostal para hacer lo que dijo. Kakyoin seguía demasiado atónito por esa revelación hasta que sintió que los dedos de Jotaro le quitaban el cigarrillo para darle la última calada. Se veía tan tranquilo como siempre pese a la broma de mal gusto.
—Jo... Jotaro, lo que dijo Polnareff...– empezó negándose a creer que aquello fuera cierto.
Jotado jamás admitiría una cosa como permitir que alguien lo bese aún por muy indirecto que sea. Y si lo hiciera quizá tendría que ser una mujer excepcional y no un tipo como él. El pelinegro apagó el cigarrillo y se ajustó la gorra.
—Yare yare no es la primera vez que ponemos la boca en el mismo sitio.– dijo restando importancia al asunto.
Esas palabras hicieron que las cosas tuvieran sentido para Kakyoin. Era un beso indirecto porque sus labios habían tocado el mismo sitio, siendo no muy distinto a si le diera un beso a su mano y luego la posara en los labios de Jotaro. Era algo bastante tonto pero no se podía esperar algo distinto de Polnareff.
Kakyoin rió suavemente por no haberlo captado hasta que cayó en cuenta de la verdad en esas palabras. Su risa cesó a medida que rememoraba todas las veces que había ofrecido a Jojo beber de la misma botella o poner su boca dónde él la tuvo ¿Todos esos contaban como besos indirectos?
Imposible. Obviamente Jotaro no lo veía así pero entonces ¿por qué lo captó a la primera? Sus pensamientos iban veloces. ¿Significaba que no le molestaba la idea de que se besaran por medio de un objeto?
—¿Estás bien?.– preguntó el pelinegro viendo que Kakyoin se puso algo pálido.
Kakyoin recordó lo único que él podía considerar como un beso indirecto. Su pelea con Jotaro, la manera en que Star Platinum sacó a Hierophant green de la enfermera a través de un beso. Él había sentido eso y fue muy extraño pero jamás hablaron del tema.
—¿Lo supiste todo este tiempo?.– preguntó un incrédulo Kakyoin.
Eso podía explicar por qué a los otros les daba risa cuando él le compartía algo a Jojo y este no lo rechazaba. Jotaro volvió a usar su muletilla y se fijó que las luces del local comenzaron a ser apagadas.
—Sí.– respondió como si no fuera la gran cosa.
—Pero entonces tú... yo... nosotros hemos estado...– iba a decir "besándonos" pero sus labios fueron incapaces de pronunciar palabra.
Bajo la tenue luz de una farola lejana y la suave brisa nocturna, Jotaro había tomado sus labios entre los suyos por primera vez. Esta vez no había nada en el medio y pudo sentir la firmeza de esos labios contra los suyos. Su mente quedó en blanco. Se sintió mejor que en esa batalla. Se sintió como nunca antes lo había hecho.
Cuando los labios de Jotaro abandonaron los suyos le pareció notar un leve rubor en las mejillas del pelinegro. Kakyoin sonrió con su corazón latiendo al ritmo de todas las emociones que estaba sintiendo. Ambos caminaron de regreso al hostal en silencio. Quería seguir besando a Jotaro durante ese viaje pero ahora sin nada en el medio.
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Nuestros Momentos [Jotakak]
FanfictionUn conjunto de one shots Jotakak. Momentos canon y AU.