Daniel x Mario

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Narra Mario

Pocos lo sabían pero aunque Daniel y yo ni si quiera nos determináramos en la empresa fuera de esta nos llevábamos bien, así que después de una junta lo seguí hasta el ascensor de la empresa.

-¿Qué pasa Mario?

La puerta del ascensor se abrió y Daniel salió de este a paso rápido.

-No nada, solo quería saber si hoy tienes libre.

En ese momento paró en seco y una pequeña sonrisa se formó en sus labios viéndome de reojo.

-¿Y ese milagro que después de tanto me vuelvas a buscar?

Al ver la expresión en su cara supe que no iba a estar tan fácil, pero afortunadamente yo sé exactamente como tratar con narcisistas como él.
Como por alguna razón no había nadie en recepción me senté en el escritorio del lugar haciendo un puchero mientras cruzaba mis piernas.

-Danielito, tú sabes que yo te necesito, tú eres mi preferido. Siempre voy a volver a ti.

A medida que iba hablando el se fue acercando con mi mirada fija en mis muslos y cuando estuvo a unos pocos centímetros me tomó con ambas manos separándolos abriéndose paso en medio.

-A las nueve, en tú apartamento, ponte algo lindo.

Con un toquecito en mi mentón se dio media vuelta y salió del lugar mientras yo me quedaba haciendo un mini baile de victoria, aunque el sexo con Daniel simplemente era el más duro y doloroso a mi me gusta (soy masoquista lo sé) ya que tenemos la ventaja de ver al otro como un simple juguete más, así que no hay riesgo de corazones rotos o escenas de celos o esas cosas que ni de cerca le hacen falta a mi vida.

Cuando llegó la hora salí directo a mi apartamento, saqué los juguetes necesarios, junto con la ropa que me iba a poner, a Daniel le encantaba el rojo así que me puse un collar de cuero rojo, una mini falda que apenas cubría mi trasero y unas bragas de encaje del mismo color, me coloqué una bata de seda negra y me senté a esperar en mi sofá mientras me tomaba una copa de vino, a las nueve en punto el sonido del timbre me hizo reaccionar así que rápidamente abrí la puerta Daniel sonrió de forma adorable al verme así que de manera juguetona tomé su corbata y lo guié hasta mi habitación mientras él se iba quitando el saco y la misma corbata.

-Ya sabes las reglas

Daniel se quitó por completo su camisa para luego bajar sus manos a su cinturón mientras me arrodillaba en el borde de la cama asintiendo.

-Solo gemir el nombre de Daddy, no se puede tocar a Daddy si no lo permite y no parar hasta que Daddy haya estado satisfecho.

-Buen chico.

Daniel me tomo del collar y se agachó para besarme con delicadeza pero a media que iba pasando su otra mano por mi cuerpo iba aumentando la fuerza del beso metiendo su lengua, mordiendo y succionando mi labio inferior al mismo tiempo que ambas manos se deslizaron por mi pecho deteniendose en mis pezones empezando a estimularlos con sus dedos logrando ponerlos duros.

-Ahora quiero que te toques para mí.

Dijo con voz ronca cerca a mi oreja mientras que pasaba una de sus manos por mis muslos.

-S-si Daddy~

Me recosté contra uno de mis almohadas mientras abría mis piernas él me colocó una venda en los ojos y unas esposas.

-Utiliza tu saliva.

La primera orden la seguí al instante llevando mis manos a mi boca chupando y lamiendo dos de mis dedos recibiendo un gruñido de la parte de Daniel como respuesta para que siguiera, así que levanté mi falda y tomé la pequeña tela que cubría mi entrada haciéndola a un lado para empezar a meter un dedo soltando un pequeño jadeo.

One shots🏳️‍🌈 Betty, la feaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora