— ¡¿Qué le hiciste al sofá?! — entró su madre observando más de cercas él sofá dónde había una mancha enorme de café. — ¡¿Porqué lo ensuciaste?! ¿¡Sabés cuánto cuesta mandar a limpiarlo!?
MinHo seguía limpiando con él ceño fruncido percatandosé que la sustancia qué había creado no había servido en absoluto.
— Creé un limpiador — dijo. — Lo probé con mis zapatos ¿Porqué no se quita?
Su madre estaba tan roja de la impotencia qué sólo comenzó a jalar su cabello conteniendo las ganas de golpearlo.
— Eres un inútil bueno para nada —soltó de golpe. — ¿Sabés cuánto me costó este maldito sofá? — señaló el sofá. — ¡Podría intercambiarte por él!
MinHo bajó la mirada y suspiró decepcionado. Otro invento no había salido cómo quería.
— Voy a pagar la limpieza — se levantó y observó a su madre inclinándose. — Perdón.
— ¿Vas a pagarla? — preguntó sarcástica. — ¿Con qué maldito dinero? ¡Maldición! — respiró acelerada y al mismo tiempo cerró los ojos inhalando y exhalando para guardar la calma. — Largate a la escuela antes de que te golpeé.
MinHo asintió en silencio y tomó su mochila del suelo junto con él limpiador que creó en el laboratorio de la escuela. Salió de casa y suspiró cansado observado él producto y bufó para tirarlo en los botes de basura qué tenían fuera de su casa e ir dirección a la escuela.
MinHo era un fracasado.
Todo lo qué hacía le salía tan mal e incluso las vendas o tiritas en sus dedos y brazos no le servían de gusto haberlas tenido pues ninguno de los inventos que las ocasionó sirvieron.
Un fracaso más añadido a la enorme lista.
Entró a los baños de la escuela y lavó sus manos para posteriormente verse en el espejo; él no era inteligente pero tampoco se consideraba un estúpido y cada cosa que planeaba y calculaba estaba correcta pero cuándo era puesta aprueba se convertía en un fracaso.
— Lo sé, Sung se puso tan mal qué tuvimos qué llevarlo a su casa cargandolo — entró un chico con otros dos acompañándolos al baño.
MinHo los observó de reojo y cerró la llave del agua para tomar una toalla y pasar aún lado de ellos con la mirada baja.
SeungMin salió del cubículo del baño y se acercó al lavamanos mientras acomodaba su uniforme.
— ¿Qué no era MinHo el fracasado? — dijo uno de ellos.
— Si era él — río.
— ¿Porqué lo llaman así? — cuestionó el tercero de ellos.
— Eres nuevo, déjame contarte — lo abrazo de los hombros. — Los proyectos qué hace siempre le salen mal, él chico tiene ideas grandiosas pero nunca le salen — comenzó a reír. — Una vez se paró frente a la clase y dijo qué tenía una idea perfecta para borrar el pizarrón sin necesidad de usar un borrador, así qué sacó un marcador que tenía un olor un poco fuerte e escribió algo en él pizarrón y cuándo intentó borrarlo su marcador explotó de un derrepente.
— Se quedó todo pintado de negro — comenzó a reír el segundo. — Estuvo viniendo con el rostro negro durante casi un mes.
— Entonces su invento si funcionó — dijo.
— Algo así, nunca le sale nada bien — se observó al espejo.
SeungMin terminó de acomodar su cabello y tomó una toalla para secar sus manos y pasó aún lado de ellos para salir del baño.