Capitulo 4 - Lances de la noche

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¿Valeria? – Enfoco más mi vista y me fijo es la nueva de clase.

Sin pensármelo un momento me adelanté, Lourdes se quedó rezagada, pero me seguía más lenta, cuando ya estaba casi alcanzando me di cuenta de la cara del chico, se trataba de Guillermo chico que fue mi compañero años anteriores. Era bruto y por lo que vi de el no muy respetuoso con las mujeres, era famoso por ser mujeriego.

Oye ¿Valeria todo bien? – digo yo mirando preocupado a los dos.

Esto no es asunto tuyo, lárgate – respondió el mientras me miraba con cara sorprendida – ¿José?

Si tiene que ver porque nos estamos conociendo – dijo Valeria mientras me cogió el brazo y me pidió un poco de actuación.

¿Qué estas conociendo a José? Si es un facha de cuidado... -  me miro con cara de asco.

La situación de volvió bastante rara yo ya no sabía que decir, seguían discutiendo entre ellos dos mientras yo no entendía muy bien lo que se decían.

Bueno paso quédate con ese facha de mierda, si total no me sirves ni para darte un beso – dijo en tono despectivo mientras se iba - ademas tu amiga es más rápida de convencer

En cuanto se fue Valeria me dio un abrazo tremendo y volví en mí.

Yo podía sola, pero gracias contigo puede que ya me lo quite de encima quizás me venías bien para quitármelo por fin y perdona la confianza porque apenas te conozco– me dijo con una mirada de gratitud.

En ese momento levantó la mirada y dejó ver lo bonito de sus ojos un poco llorosos mirándome fijamente y el tiempo se paró un poco. No me salían las palabras y en ese momento recordé que Lourdes merecía mi prioridad a estas cosas pasajeras y añadí para aclarar malentendidos

No te preocupes, oye yo no soy fa... - dije

Me corto y continuo ella - No sé lo que eres y apenas te conozco pero eres incapaz de matar a una mosca

¡Qué está pasando aquí! – dijo Lourdes con cara enfadada – José, me voy a casa eso sí que no lo tolero.

Me doy cuenta de la situación, estábamos bastante lejos y Lourdes llevaba lentillas no tenía forma de saber que había otro chico. Valeria estaba muy cerca debido al abrazo y no quería que se le viera bien sus ojos llorosos. Me separé un poco de ella y procedí a explicarle a Lourdes lo que sucedió.

Valeria yo... - no me dejo seguir mientras pronunciaba esas palabras salió corriendo y no la vi más.

Intenté contactarla por teléfono, pero me fui imposible y buscarla junto a Valeria que también estaba preocupada.

A las horas me llego un mensaje que decía -  Quédate con esa, porque a mí no me ves mas

Pues vaya con la chica – dijo Valeria confusa.

Yo no estaba para bromas, aunque en el fondo de mi sabía que no había hecho nada malo, otra parte que tiraba más me decía que era mi culpa. Valeria intentó quitar preocupación con conversación y me miro sonriendo mientras nos sentamos en un banco a continuar nuestra charla. Estuvo contándome chistes y explicando que le costaba mucho confiar en la gente el trabajo de su padre no le permitía porque se iba de sitio muy rápido y la gente dejaba de llevarse con ella pero ya el año que viene se asentaría en una universidad. Ella se paró dispuesta a irse

Mañana se lo contare y se lo pasara ya lo veras – me dijo mientras sonreía.

A todo esto, le empezó a sonar la barriga y me acorde de la reserva realizada en aquel restaurante que me gustaba tanto, bueno y a Lourdes también. Ya estaba pagada y era un buen dinero.

¿Quieres ir a cenar? – le pregunte y le extendí mi mano para que se levantara.

Tú, yo y ¿Dios?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora