Reflexiones de un Don Nadie

Muerte.

Aunque la muerte me persiga no tengo miedo, ¿algo que me pueda pasar? No me importa lo que me harán.

Mi miedo se centra en no poder hacer cosas que siempre he querido, no volver a decir te quiero a esa persona especial.
Pero si mi mundo se acaba, no se acaba el mío, romperé el mundo de otros, romperé cada sueño, cada esperanza, cada promesa, rompería cada centímetro de mi piel por hacer mi muerte sea lo más silenciosa para los demás.

No tengo miedo, no he tenido nunca miedo aunque esté a mi lado desde tu partida.

Tu partida marcó un antes y un después en mi vida, no tengo recuerdos de ti pero no me hacen falta para saber que nada de esto es tu culpa, tú buscabas nuestra felicidad, pero te fuiste sin saborear nuestro amor, te fuiste sin escucharme cantar, te fuiste sin escucharme con una guitarra, te fuiste sin escuchar de mi boca un TE QUIERO PAPÁ, pero nunca lo he dejado de pensar, te sueño, te echo de menos, te quiero.

No es tu culpa, nada es tu culpa. Y aún teniendo oportunidad de conocer al ser más cercano que estuvo a tu lado, aún faltando tan poco para sentir algo parecido a tu amor... Me lo quitan de las manos, se me va lo que más esperaba en esta vida de color gris, un gris con toques de sangre, nadie se merece esto, nadie tiene que pagar esta deuda sin precio.

Pero ahora sí, pensando mejor en la situación, sí que tengo miedo, miedo al olvido, miedo al vacío, miedo por no poder hacer nada por los míos , miedo por no poder cumplir mis sueños contigo.