Kanon y Sorrento salieron del lugar. No estaban dispuestos a exponerse conversando de lo sucedido en la delegación. Regresaron luego de mucho tiempo a su refugio seguro, el domo, donde nadie los podría encontrar. Dejaron todos los aparatos electrónicos lejos y se cercioraron que no los siguieran.
Sorrento observó el lugar con cierta nostalgia, lo hizo olvidar su gran enojo por unos instantes.
- Te aseguro que no lo esperaba - dijo Kanon depositando algunas bolsas con víveres, ordenando cosas en la cocina - me ha tomado desprevenido.
- Fue muy amenazante, estuvo a punto de saltar sobre mí y golpearme.
- ¿Qué?
- Lo que oíste. Dijo que tenía fuertes sospechas de todo lo que habías estado haciendo, y que si no terminábamos con este "juego", habría consecuencias...
- Estaba indignado. No pensé que tendría algo en contra tuya...
- ¿Te dijo algo sobre mí?
- Algo así... No quiero pensar en eso. Sí debo mencionar que confesó que estuvo enamorado de mí hace algún tiempo y que no sabía que era homosexual...
- Mierda. Entonces es personal... Kanon, vi una carta tuya debajo de tu computador. ¿La guardaste?
- Mierda, la dejé ahí encima.
- ¿Vas a renunciar? - dijo Sorrento con sus brazos cruzados, mirando el piso.
- ¿Tú no?
Sorrento levantó su mirada.
- No he pensado en renunciar.
- ¿Por qué?
- Porque si me retiro ahora, sería darle en el gusto a ese tipo. Además, quieren inculparte. Salir de ahí sería huir, así es visto.
- Yo no pienso dejarte ahí solo.
- Nos separarán en las siguientes misiones de todas maneras. No sé si estoy listo para cualquier departamento - dijo sentándose en el sillón.
- Yo puedo ayudarte, Sorrento. Al fin y al cabo, seguimos juntos.
- ¿Ayudarme cómo?
- Te enseñaré a ser ágil. Entrenaremos siempre.
Kanon no dejaba de mirar con una sonrisa a su amado, quien quería de alguna manera masticar el malestar, pero con aquellos gestos se derretía por dentro.
Sorrento se levantó y caminó hacia Kanon, quedando frente a él, tomando su camisa.
- ¿Y tú estarás bien?
- Yo estaré bien, me preocupas tú. No sé en dónde te harán trabajar ahora...
Kanon miró a Sorrento y por primera vez se preguntó qué sería no tener ese rostro hermoso al frente para acariciarlo, mirarlo, besarlo. Un profundo malestar invadió su estómago.
- ¿Estás bien?
- Nada, solo... No quiero perderte, niño. Te amo mucho, no podría vivir sin ti - dijo besando la frente de su amado.
- Yo tampoco, Kanon. Tenemos un trabajo tan arriesgado, y ahora...
- Tranquilo. Estaremos bien.
- Kanon, sé que no debería predisponerme y decir algo así en voz alta, pero... ¿y si me pasa algo malo?
Kanon abrazó a Sorrento muy fuerte.
- Entonces no sigamos en ese lugar, me da igual que digan lo que ellos digan. No me importa.

ESTÁS LEYENDO
El trabajo más difícil
FanfictionTrabajan defendiendo la integridad de las personas, son los mejores en su labor. Tendrán que aprender a conocerse y aceptar sus más oscuros secretos y ambiciones...