MADISON...

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Voy rumbo a la librería, dicen que todos tenemos un lugar en el que nos sentimos seguros...bueno pues yo tengo tres y uno de ellos es la librería, que atesora en su interior miles de mundos distintos, tal vez unos te van a hacer llorar, otros gritar, reírte, te harán sentir muchas emociones y te cuestionaras muchas cosas, te preguntaras ¿por qué carajos el escritor, mato a tu personaje favorito?¿por que el bueno se volvió malo?¿por que no lucharon por su amor? Yo lo hubiera hecho.

¿Cuál es tu lugar seguro?

Recuerdo que cuando estaba en la secundaria una maestra me dijo que leer ficción(cuentos de hadas), era para cobardes que significaba no aceptar mi realidad, huir de mis problemas, JAJAJAJAJA dios mío no puede ser, saben que es lo más triste que pensé que ella realmente tenia razón, ese día en la tarde cuando llegue a mi casa, me dirigí a mi cuarto y destroce todos mis libros, todos y cada uno de ellos quedaron hechos pedazos, mientras lloraba y me repetía una y otra vez que era una cobarde.

No leí nada durante casi un año y cuando estaba a punto de hacerlo recordaba lo que me dijo esa maestra, pero mi sensei Michael JAJAJAJA, después de verme tan deprimida me zarandeo tan fuerte que casi se me disloca el cuello por cierto, y me dijo- todos tenemos algo con lo que escapamos de nuestra realidad, hay a quienes nos gusta escuchar música, ver series, bailar, cantar, pintar y eso no quiere decir que seamos unos cobardes y no aceptemos nuestra realidad o nuestros problemas, aunque es cierto que muchas veces nos va costar aceptar muchas cosas pero todos necesitamos un respiro de nuestra rutina diaria, necesitamos darnos tiempo a nosotros mismos.

No tienes idea de cuánto te extraño Michael, después de iluminarme con sus sabias palabras me llevo con Alfred un señor de 60 años con más energía que yo y un diccionario andante, dueño de la librería más hermosa de Inglaterra YOU ARE HOME, desde ese momento empecé a ir todos los días, aunque que había días que solo pasaba a visitar a Alfred, siempre es bueno saludar a un buen amigo.

-aquí Madison- digo al entrar por la puerta principal de la librería.

-aquí Alfred- escucho a lo lejos, voy al lugar de donde escuche la voz y veo a Alfred arriba de un banco acomodando unos libros en la parte superior del estante.

-deberitas que es terco, bájese de ahí se puede lastimar- Alfred me mira y me hace una cara chistosa y yo me rio es muy ocurrente he de admitir.

-tu eres la que se anda quejando de dolores de espalda a los 18, déjame yo estoy joven- dice el viejillo terco.

-me ofendiste sherk y me ofendiste regacho, que necesidad de andar difamando a la gente- le digo como si estuviera molesta y él se ríe.

-Alfred, te dije que yo lo haría-escucho una voz familiar detrás de mí.

-Tardaste mucho muchacho, no tengo tu tiempo Thomas-Dice Alfred fingiendo enojo.

-son tal para cual ustedes dos- dice Lee, mientras toma a Alfred del brazo para ayudarlo a bajar.

-tienes razón muchacho, deberías juntarte más con nosotros-dice Alfred yo abro los ojos como platos.

-Alfred creo que las pastillas le están haciendo mal ya esta delirando- Alfred me mira feo y niega con la cabeza.

-hay los jóvenes de ahora, y su manía de odiarse entre ellos, cuando realmente se aman no puede ser, la vida es muy corta chavos, digan lo que sienten.- yo solo niego con la cabeza y Lee asiente.

-bueno pues ya que nos diste tu consejo de amor, procedo a retirarme te traje fruta picada y un jugo de naranja, lo deje sobre la mesa- le digo, mientras camino hacia a la puerta.

-por eso, te quiero. vete con cuidado- dice Alfred mientras toma las cosas.

-yo también te quiero- le doy una sonrisa.

-También te quiero mucho Lee- dice fingiendo mi voz, pongo una cara seria y cierro la puerta de la librería.

Después de un rato llegue a mi casa, y caí rendida en la cama, ni siquiera cene, mañana va a ser un día complicado así que tengo que descansar.

¿Por qué?Where stories live. Discover now