LA INSEGURIDAD

CORAZÓN EN PAZ

Nací en una ciudad triste suspendida del tiempo en la que no ocurrían demasiadas cosas; siempre era lo mismo. Pero bueno eso no interesa, a lo que he venido en realidad es a contaros una historia poco común, pero muy curiosa. Se trata de una niña llamada Abi. ¿Un nombre muy bonito, verdad? Bueno, continúo. Todo comenzó el 13 de septiembre del 2019. Abi solía ser una niña muy alegre, inteligente y muy risueña hasta el día en que empezó el tercer año en el instituto. Ella iba convencida de que ese año haría nuevos amigos pero en vez de eso se encontró con una imagen muy distinta a la que ella se imaginaba en cuanto a sus compañeros. Todos vestían de color negro y nadie hacía caso al profesorado. Y ahí fue el momento en el que Abi empezó a pensar si ella encajaba entre ese montón de adolescentes. Transcurrió un mes desde el comienzo de clases y para celebrarlo se organizó una fiesta a la que estaban invitados todos los alumnos del centro. Todas las chicas iban con vestidos de escote cortos y tacones altísimos, y no se cansaban en absoluto, ni siquiera les dolían los pies, mientras que Abi iba vestida con un vestido largo de color rosa pastel con volantes y unas sandalias de brillos. Todas las niñas lucían hermosas, y cuando me refiero a hermosas en este caso me refiero a sus físicos. Todas eran muy flacas y Abi, bueno, Abi era igual de flaca pero lo que le pasaba era que, al ver a todas sus compañeras, le entraba una pequeña inseguridad. Los días transcurrieron y poco después de la fiesta llegó un chico nuevo a la clase ; si no recuerdo mal él se llamaba Josh . El joven era hermoso. Tenía los ojos verdes claros y un flequillo desordenado, su pelo era de color castaño claro pero su único defecto es que era el típico rompecorazones de la escuela con el que todo el mundo quería salir. He de admitir que no culpo al resto de chicas , era realmente guapo.

Un día en clase de Física y Química tocaba ponerse en parejas para hacer uno de los experimentos explicados en clase y todas querían ir con Josh pero la profesora, al ver esto, decidió sortear las parejas. El sorteo empezó y todas las parejas se fueron formando, los últimos en nombrar fueron Josh y Abi . Abi estaba bastante nerviosa porque le había tocado con el chico más guapo de toda la escuela. En aquel instante se acordó de su inseguridad y de un momento a otro quiso que la clase terminase cuanto antes. Un día, en una de las quedadas de los chicos de la clase, estos decidieron jugar a verdad o reto y a Josh le tocó reto. Sus amigos tardaron en pensar una prueba pero uno de los presentes propuso que Josh conquistase a Abi y que luego le dijera la verdad para ver su reacción, a lo que el resto de amigos asintieron. A Josh no le gustó mucho la idea pero estaba dispuesto a cumplir con su propuesta. A la mañana siguiente Abi y Josh se encontraron en el laboratorio y al joven le pareció buen momento para empezar con su prueba. Los dos empezaron a hablar y Josh decidió invitarla a la salida a por un café y ella aceptó. Pasaron semanas y semanas y Josh descubre que en realidad se está enamorando de Abi y que para él ese estúpido reto ya no existía. Esa misma tarde los chicos estaban hablando sobre la apuesta de John cuando Abi pasa por ese mismo pasillo y los escuchó. Ella rápidamente fue a hablar con John para pedirle explicaciones, a lo que él le contestó que al principio sí que empezó siendo un reto pero que ahora la amaba pero ella no quiso escuchar ni una palabra más y se fue corriendo del lugar. No fue en toda la semana al instituto ya que no quería encontrarse con Josh pero sus estudios no le permitían quedarse más tiempo en casa y sus padres la obligaron a ir. Ella sentía mucha vergüenza y decidió mirarse al espejo antes de salir. Tras un momento de silencio a solas, ella empezó a pensar que Josh y el resto de chicos la pusieron como reto por su aspecto, por su cuerpo, por todas las inseguridades que ella tenía y de tanto pensarlo empezó a ver una sombra detrás suya que la llamaba. Abi, asustada, intentó huir pero no pudo, la puerta estaba cerrada y era inútil intentar abrirla. Finalmente Abi tomó la decisión de acercarse a la extraña sombra del espejo, la cual la agarró del brazo y la empujó hacia ella haciéndola así desaparecer de su cuarto. Al rato su madre la encontró tirada en el suelo desfallecida y sin pulso. Mi madre estaba muy triste y no paró de llorar por mi muerte. Ahora mismo os estaréis preguntando que por qué hablo de mí y no de Abi, si era ella la que había fallecido. Pues, bueno, esta es la razón, no he tenido tiempo para presentarme bien. Hola, soy Abi, y ahora que ya sabéis mi historia ya puedo decir que justo en este preciso instante siento que por primera vez mi mente y corazón están en calma.