Era el primer año de universidad, otoño de dos mil cinco. Ya habían pasado demasiados años desde entonces, el lugar sagrado, en las ventanas empañadas por el clima frío durante la secundaria.
Dos chicos compartían una amistosa plática a pesar de nunca haber visto la cara del otro, no saber sus nombres, porque nunca estuvieron ambos en ese lugar al mismo tiempo. Escribían las líneas con las yemas de los dedos en las ventanas con ayuda del vapor. Jungkook ayudaba a Taehyung con química, aunque jamás, en todo su tiempo en la secundaria, supo su nombre o conoció al chico; Taehyung ayudaba a Jungkook con literatura, aunque nunca supo que era él, porque Taehyung si conocía a Jungkook, porque cada una de las páginas de su diario hablaban de una sola persona, Jeon Jungkook.
¿Qué hace falta para que dos personas se conozcan? Es decir, muchos pueden pensar que es simple coincidencia, algunos que son menos soñadores que otros pensarán que da igual, no todo tiene por qué tener un gran significado en esta vida; luego están los soñadores, mis queridos soñadores, aquellos que aún creen en el llamado destino, por más ridículo t confuso que resulte esto.
Bastaría con una regla de diez minutos para llorar por tu novio idiota como máximo, porque si tardas más de diez minutos entonces perderás tu orgullo, una regla inventada por Taehyung cuando Yoongi, su compañero de cuarto, no dejaba de llorar horas y horas por su novio. Así había sido la amistad de Taehyung con Yoongi.
Incluso con un chico torpe andando en bicicleta mientras come ramen, un reto puesto por sus aún más torpes amigos, que claramente tenía destino a terminar en el suelo. Así fue como Hoseok le sacó la primera sonrisa a Taehyung, así fue como se conocieron.
Algo como que el chico que está en la fila detrás de ti en clase, te derrame agua caliente en el hombro y luego quiera compensarte. Ese había sido el primer encuentro que Jungkook podía recordar con Taehyung.
Y es que todas estas cosas que parecen ridículas y confusas son importantes.
Yoongi y Taehyung aprendieron a no llorar más de diez minutos por otras personas.
Hoseok alegró los días amargos cuando Jungkook parecía desaparecer como si hubiera muerto de la nada.
Jungkook, el más importante en la vida de Taehyung, aún después de tantos años no sabía cómo describir a Jungkook, o tal vez si, pero haría falta un ensayo para la clase de literatura para poder hacerlo, y no estamos en la escuela ahora, además no le darían una buena calificación por ello.
Taehyung retiró sus audífonos de la nada cuando se dió cuenta de que ya no escuchaba sollozos.
—¿Por qué ya nos estás llorando?
—Tu lo dijiste, si lloro más de diez minutos a causa de Jimin, mi dignidad se irá abajo —dijo Yoongi mientras abrazaba una de sus almohadas.
—Creo que esa ya se vino a abajo hace tiempo.
—No me molestes ahora. Sin duda, el amor y el orgullo son dos cosas que no se llevan bien.
—Debe haber la suficiente cantidad de amor, pero también debe haber la suficiente cantidad de orgullo. De otra manera, ¿qué nos queda?
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Amor no correspondido [Adaptación]
Fanfic"Kim Taehyung ama a Jeon Jungkook. Nadie lo sabe".