~𝑼́𝒏𝒊𝒄𝒐~

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Las cosas no iban bien. No iban nada bien. Su amigo Hyunjin le había dicho que quizás tenía algún tipo de ansiedad social o algo así. Pero él no lo creía.

Es decir, sí, le ponía muy (demasiado) nervioso conocer gente nueva. Sí, odiaba el tener que hablar en público. También se ruborizaba sin motivo alguno y sudaba frío cuando hablaba con la gente. A veces, en sus trabajos orales, a la hora de exponer, sentía nauseas. Incluso tuvo un ataque de pánico alguna vez. Pero no por eso tenía ansiedad social, ¿verdad?

[...]

Fue en una de dichas exposiciones orales cuando todo empezó a ir mal.

Han Jisung estaba terriblemente nervioso. Sudaba, seguramente estaba rojo como un tomate, le temblaba la voz y las rodillas. La cabeza le daba vueltas, su vista se desenfocaba por momentos y sintió de nuevo esa ya conocida sensación de sofoco, ahogo y náuseas.

Murmuró una disculpa que seguramente nadie oyó y menos entendió, soltó los papeles, tirándolos sin cuidado alguno al suelo, y salió corriendo por la puerta.

Sus ojos picaban y sólo quería llorar. No sabía el porqué pero quería hacerlo. Y aunque no estaba permitido salir al patio de receso durante clases, salió afuera.

Se apoyó en la canasta de baloncesto y se dejó caer hasta quedar sentado en el frío suelo. Dejó salir las lágrimas y soltó suaves sollozos, daba igual, al final nadie le oíria. Las lágrimas habían dejado de caer, pero estuvo fuera un largo rato.

El timbre que indicaba el fin de esa hora había tocado, pero Jisung se quedó en el mismo lugar, sin ninguna intención de irse.

—No deberías estar aquí afuera —una voz le sorprendió. El chico que había hablado parecía estar riñéndole pero su tono de voz era suave.

—Lo siento —Jisung se limpió las mejillas que rápidamente volvieron a llenarse de lágrimas.

—No llores, por favor —pidió el castaño a su lado.

—Lo lamento, no puedo dejar de llorar —el menor se restregaba las mejillas una y otra vez, tratando de dejarlas definitivamente secas, pero no tardaban en humedecerse de nuevo.

—Deja de disculparte y no llores más. Los niños bonitos no lloran -Jisung alzó la mirada hacia el chico junto a él, frotándose los ojos.

—Yo no soy bonito.

[...]

—Mamá, ya estoy en casa —dijo Jisung al entrar por la puerta.

—Sunggie, cariño, haz tus tareas rápido. Hoy tenemos que ir a una reunión para recibir a los nuevos vecinos —le comentó su madre desde el comedor.

Jisung no sabía si estar feliz porque su madre no se diese cuenta de lo estresantes que le resultaban ese tipo de situaciones o estar decepcionado porque ella, sin darse cuenta, le hacía pasar malos ratos.

Esa tarde, no tuvo más opción que ir con su madre a la reunión de vecinos. Aunque aquello parecía más una fiesta que una reunión.

Jisung prefirió sentarse en un lugar apartado del bullicio. Todo marchaba bien hasta que un grupo de ocho muchachos se le acercó.

—Hola —saludo alegremente una muchacha.

—H-hola —titubeó Jisung.

—¿Qué haces tan solo? —preguntó un chico a su lado.

—Sí, ven con nosotros, salgamos de
aquí —una voz intervino en la conversación.

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⏰ Última actualización: Apr 25, 2022 ⏰

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