Sentado en un pequeño montículo de tierra se encontraba una tímida persona observando un pequeño botón de una preciosa flor, claro, según lo que él pensaba, porque el ser vegetal no se ha dejado ver.
Decenas de preguntas atravesaban su cabeza como flechas y la torturaban con la destreza de una daga, algunas de ellas eran: ¿Por qué no se deja ver? ¿Su belleza será tan grande que piensa que no soy digno de apreciarla? ¿Sera tan modesta que no quiere lucir su gran belleza? ¿Tendra problemas para dejarse ver? ¿Debería ayudarle? Y esas y más preguntas ocupaban su cabeza hasta el punto de desbordarse por no ser respondidas y a su vez descartadas...
Por alguna razón decidió tomar el sendero de la paciencia, algo que hasta el mismo consideraba raro pues para la mayoría de las cosas era muy ansioso y terminaba por irse o simplemente ya no molestarse por prestarle atención a ello.
Se dedicaba a observar a la pequeña flor que se encontraba a unos cuantos centímetros de él, imaginando como seria cuando viera la preciosa belleza del bello capullo ¿Cómo lo sabía? En realidad no lo sabía pero estuvo tanto tiempo allí que después de pensar tanto llego a la conclusión de que esa yema de clavel debía ser preciosa...
Un día igual a los otros, estaba hincado observando el tallo tratando de encontrar algún indicio de que pronto se dejaría ver la misma, pero como siempre no hallo nada, sentía que se le acababa la paciencia pues como ya se ha mencionado no soportaba esperar mucho pero trato de ser empático, así decidió darle espacio a la pequeña ¨flor¨, en su pequeña cabeza el no comprendía que una flor necesitaba desarrollarse para que su belleza pudiera ser contemplada...
Su paciencia no estaba en su máximo esplendor, se sentía engañado y timado, en las últimas semanas había cantado al tallo, la había regado con dedicación y cuidado de que un felino le hiciera algún daño, entre otras cosas, pero la flor simplemente no salía de su escondite...
Se dirigió a su cocina con mucha furia y tomo el cuchillo mas filoso del que él tenía conocimiento y otra vez salió al jardín con la intención de sacar a la fuerza la hermosa belleza que se encontraba resguardada en ese recubrimiento delgado color esmeralda...
Y así hizo, partió el capullo en todos fragmentos que logro, despegando la raíz del suelo por la fuerza que era ejercida al pequeño brote, y ahí estaba, unos presiosos pétalos de color escarlata que habían sido despojados de su vida...
Después de verlos se sintió satisfecho, todo su esfuerzo había valido la pena, por fin había observado la hermosa belleza de la flor...
Tan sumergido en sus pensamientos estaba que no se dio cuenta del desastre que había hecho, la preciosa flor yacía en el suelo, herida, conmocionada, confundida, jamás creyó que aquella persona que hace unos días estaba cantándole con una voz llena de amor y paciencia y llenándola de halagos que la impacientaban mas y mas en salir cuanto antes de ese capullo era la misma que hace unos momentos la había destruido y quitado todo rastro de belleza...
La habían destrozado...
Ahora en el suelo todavía podía apreciar la sonrisa de ese ser, pero ahora en vez de ver bondad y amor en ella solo podía ver malicia y perversión, se sentía traicionada, ni siquiera podía entender como ella podía sentir sentimientos como esos, solo se dedicaba a observar como la persona se regocijaba también se preguntaba de que ¿Qué había hecho ese individuo para sentirse orgulloso?
Con su mirada oscureciéndose vio al hombre entrar a la casa sonriendo con arrogancia, dio su último suspiro y dejo que su cuerpo ya muerto siguiera marchitándose
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Soledad Perfecta
RandomPorque simplemente no me dejan en mi hoyo, de verdad es tan difícil aceptar que una persona no quiere vivir. Porque no dejan a mi persona disfrutar de su soledad, ¿Soy estúpida por no querer seguir luchando? ¿Soy débil por ya no resistir? Estos son...