Mientras que Jennie caminaba en dirección hacia la oficina de la directora, en su mente estaba repasando los últimos días que asistió a clases, preguntándose si habría hecho algo malo que molestó a un profesor o si cometió algún error. Era la primera vez que la llamaban desde el despacho de la directora y se sentia nerviosa. ¿Por qué habrían de llamarla? Ella siempre ha sido una buena alumna, los mismos profesores le han dicho que mostraba un buen ejemplo para los demás estudiantes. Tampoco hacía escándalos y tenía una familia que la quería. Jennie era una chica tímida, que sólo hablaba cuando era necesario y la única preocupación que tenía era sacarse buenas calificaciones antes de salir de la escuela y entrar a la universidad.
Jennie levantó la mano en forma de puño y con los nudillos tocó tres veces seguidas la puerta. Desde adentro, se escuchó una voz ronca contestar que le dio un escalofrio.
Adelante.
Timidamente ella abrió la puerta y cuando entró, creyó que en cualquier momento le daría un ataque al corazón por la rapidez que le latía al ver a Lisa. Ella estaba sentado en su silla de escritorio, con un boligrafo en la mano y unos papeles sobre la mesa. Sus ojos se oscurecieron al verla.
Buenos días. La estaba esperando.- le dijo educadamente, aunque sin
poder evitarlo, con un tono seductor en su voz-por favor, siéntese.
Ella se sentó en la silla que había frente a él y dejó las manos sobre su regazo. Se acomodó un mechón detrás de la oreja y respiró hondo para tratar de tranquilizarse. Lamentó no haberse alcanzado maquillar antes de salir de casa por haberse quedado dormida, pero era mejor asi. Su largo cabello castaño sin alisar caía por su espalda, con unos cortos mechones adornando su preciosa cara.
Ya Lisa le parecía totalmente atractiva. Le gustaban las mujeres sin maquillaje, las prefería más a lo natural.
Dijeron que tenía que venir aqui.- murmuró ella, tratando de no titubear al hablar. - Así es. Lamento tener que interrumpirla en horario de clases, pero era necesario que la viera.- le dijo, sintiendo que esas palabras eran más para él que por cualquier otra cosa.- así que... su nombre es Jennie Kim, ¿Verdad?
Pero por supuesto que Ella sabía su nombre, Conocía absolutamente todo de ella. Sabía dónde vivía, el nombre de sus padres y hasta tenía su número telefónico. Una de las ventajas que tenía de poder ser directora era que podía tener la libertad de investigar la vida de cualquier estudiante, en especialmente a las que le interesaba más.
Ella sólo asintió con la cabeza y de inmediato Lisa se dio cuenta lo incómoda que se sentia
-No la llamé porque haya hecho algo malo, Puede quitarse esa idea de la cabeza, le dijo para tranquilizarla. Jennie suspiró, notablemente aliviada.
Entonces... ¿Por qué estoy aquí?
Lisa apoyó los codos encima del escritorio y se acarició la barbilla, pensando bien las palabras que diría a continuación. Jennie aprovechó de examinarla mientras esperaba alguna respuesta. Traia los primeros botones de su camisa blanca desabrochados, con la corbata aflojada alrededor de su cuello y los botones de su saco abiertos. Se veia tan sexy que Jennie se alegró cuando notó que en ninguna de sus manos traía algún anillo, lo que significaba que no estaba casada. ¿O tal vez tenía a su novia? El simple pensamiento le deprimia..
-Hemos recibido una llamada de su madre, diciendo que usted debia retirarse hoy de la escuela comenzó a decir Lisaa al parecer, la hermana de ella se desmayo y dado que no está en el mejor estado para trabajar necesita de su ayuda.
Jennie pestañó varias veces. Luego los nervios que sentia rápidamente fueron sustituidos por preocupación. Preocupación por su tía. Debido a que las únicas personas con quien vivía por el momento eran su madre y su tía, entendia lo importante que era para su mamá irla a ayudar.
-Está bien.- le dijo con una calma que no sentía, bajando la mirada hacia sus manos sobre su regazo.- Entonces, ¿Me tengo que ir?
-Si.-dijo y buscó su mirada con la suya. Quería que la mirara a los ojos,
quería perderse en esos preciosos ojos color marrón claro para saber qué era
lo que sentía, ya puede retirarse, señorita Kim.La campana del recreo que sonó anunció que eran las diez de la mañana. Lisa vio como Jennie asentía y se colocaba de pie, acomodándose un poco el cuello de su camiseta del uniforme de la escuela. La mirö enternecido. Ella quería decirle tantas cosas, entre ellas, lo mucho que la deseaba, pero lo que más quería era preguntarle cómo se sentía. Queria preguntarle sobre su familia; saber más sobre su vida privada, sobre sus padres... sobre sus sentimientos.
Al fin la casraña la miró a los ojos, y lo que Lisa vio, no le gustó para nada. Era el brillo de tristeza que había en sus ojos que le provocaba querer arrastrarla hacia su regazo, llenarle la cara entera de besos y abrazarla mientras la acunaba..
-¿Se encuentra bien?- le preguntó con preocupación.
-Si.-dijo mientras le regalaba una sonrisa débil.- estoy preocupada nada más por mi tia, pero bien..
La pelinegra asintió. Luego arrancó un papel de una pequeña libreta que tenía a
mano, escribió algo rápido y firmó.
-Tome-dijo y le tendió el papel.-muestre esto a la salida de la escuela y la
dejarán irse.Gracias.- dijo y tomó el papel.
La castaña se volteó y se acercó hacia la puerta, consciente de que Lisa la miraba por detrás. Abrió la puerta y antes de salir, la voz de Lisa la detuvo.
-Señorita Kim.
Ella se giró, mordiéndose el labio al sentirse seducida por la voz ronca y sensual de aquella mujer.
- Quiero verla mañana después de clases aqui mismo.
Jennie ni siquiera le preguntó la razón, solamente se sonrojó, asintió y después se fue. Mientras iba caminando en dirección hacia su casillero para sacar su mochila, pudo sentir como la alegria volvia a apoderarse de ella.
su corazón latía alocado, pensando que mañana lo volvería a ver, y esta vez, no solamente para hablar....
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Mi Directora. /Jenlisa G!P
FanfictionLa Directora de la escuela Mulberry se deleitaba con el seductor movimiento que hacía la alumna Jennie Kim al caminar. Durante las mañanas ella la veía y no podía apartar la mirada de sus jugosas curvas. Inocencia + ternura = consecuencias... ¿Cuánd...