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No dejo de analizar a mi hermana y al chico que secuestramos hace apenas unas horas, hablan animadamente mientras visitamos distintos puestos del tianguis humano.
Buscando algo que nos sea de utilidad aquí.
Las brujas suelen tener cosas muy buenas y a buen precio si sabes negociar con ellas y hasta el momento es él quien se ha encargado de la mayoría de cosas.
Él fue el encargado de robar unas vendas y desinfectantes en una farmacia para poder desinfectar y vender las heridas de mi hermana y las mías.
De igual forma robo ropa limpia y más adecuada para el lugar y las criaturas con las que nos encontramos.
A fin de cuentas, Dex si es de ayuda. Y el mejor rehén que pudimos haber tomado.
Tiene el cabello rizado y oscuro, ojos grandes y pómulos marcados, lo que le da un atractivo que lo hace destacar entre los humanos, que lo miran como si fuera un recipiente de sangre apetitosa y ellos fueran Mackenzie; maldita y sedienta.
La chica preciosa de ojos rojos camina a su lado tras de mí, llamando la misma atención que él, e incluso más. Después de que sus ojos se poseen en lo que parece ser en una pareja perfecta su mirada se cruza con la chica ojerosa en silla de ruedas.
Mis piernas llamarían aún más la atención que el color rojo en los ojos de Mackenzie, así que ella y Dex decidieron sería buena idea sentarme en esta cosa, taparme con una cobija que pudieron robar en algún puesto y llevarme así entre los humanos.
Karen se hubiera reído de mí en este momento, me diría que el culo se me aplanaría aún más si seguía sentada.
Y en ese momento solo pude añorarla, extrañar a mi mejor e incondicional amiga, aquella que fue incapaz de temerme al saber que era yo.
Oh, Karen, yo me encargaré de castrar a ese imbécil. Pienso, reconfortándome y reconfortando su recuerdo, ella jamás lo hubiera apoyado.
No hubiera apoyado lo que él me hizo. Ni sus estúpidos planes, lo hubiera puesto en su lugar y me gustaría decir que lo hubiera dejado, pero sé que a pesar de todo, no podría dejarlo, no por el lazo que los ata.
Pero ahora no importa lo que ella hubiera querido o no, ella no está y no estará jamás.
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Año 1465.
Segundo Apocalipsis.
El aire frio golpea mi rostro, pero no cierro los ojos en ningún momento, sigo corriendo; libre, feliz y plena.
Siento la emoción crecer en mi pecho y no me detengo, impulso mi cuerpo hacía adelante y cuando llego al acantilado; salto.
Dejando atrás todos mis miedos y temores, me libero de todo lo que me impide avanzar.
Caigo al vacío mientras siento la euforia expandirse por mi cuerpo, el viento golpea mi cuerpo y yo solo sigo cayendo.
Miro a mi derecha, Mackenzie cae a mi lado.
Extiendo mi mano y tomo la suya, sonriéndole.
Entonces, solo somos nosotras dos cayendo juntas, hasta que impactamos en el agua.
Cuando tocamos fondo nos impulsamos hasta la superficie. Y nos miramos a los ojos.
Es imposible no reírnos.
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VERDADES Y SECRETOS #2
FantasyLydia está muriendo. Tiene menos de cuarenta y ocho horas para encontrar la flor de Dhal para hacer el antídoto al veneno que se expande por su cuerpo. El veneno le privo de todos sus poderes y sin ellos se siente perdida, aturdida y muy humana. M...