Roomie (AU)

02

Desde entonces ha repetido la misma acción de aquella noche un par de ocasiones, si no puede retenerlo, se conforma con imaginarlo, el problema es que no se a percatado que últimamente no disimula al fijar su mirada en zenitsu, si antes lo evitaba mirarlos debido a la incomodidad, ahora lo contempla sin reparos

El rubio siempre suele vestir pantalones, pero eso no le impide mirar a cada oportunidad que tiene, imaginando cómo deben de ser sus piernas, su torso, y mejor aun, ese culo que aún a traves de la ropa luce bastante respingón

—No te valla a entrar una mosca

Akaza casi deja caer el cafe que tiene en la mano al escuchar de repente la voz de douma, el cual se sienta a su lado en el sofá y busca con la mirada lo que tenia tan embelesado a akaza, sonriendo de lado al encontrarlo. Al ser un apartamento pequeño, la sala y la cocina están separadas solo por un arco,  por lo que es posible ver a través de el a cierto rubio cocinando, quien ignora lo que ocurre a sus espaldas

—¿Te lo quieres joder? - suelta douma, provocando que akaza casi se atragante

—¿Q-que? No..te estás equivocando, yo jamás me metería con tu novio

—¿Novio? - interrumpe, alzando una ceja, acto seguido se rie —¿Es lo que te dijo? Vaya.. supongo que no supo cómo decirte, pero para tu tranquilidad, solo soy su fuckbuddy

—¿Y porque me dices todo esto? - pregunta akaza, frunciendo el ceño y removiendose un poco incómodo

—Por que no soy imbécil, he notado desde hace dias como miras a mi "novio" - se ladea en el sofá y se inclina hacia el, casi hablándole al oído —No piensas en otra cosa que no sea partirlo con tu verga ¿Verdad?, Para tu suerte, a él le encanta eso - le susurra de forma sugerente

—Estas enfermo - masculla akaza, poniéndose de pie y caminando hacia su habitación

Douma se queda ahí, apretando los labios mientras se pregunta si acaso se excedió, sin embargo, sonríe de lado al momento que un detalle llega a su mente, está seguro que cuando el chico se marchó, la tela a la altura de su entrepierna iba tensa

A el todo le excita de sobre manera, siempre ha querido ver a zenitsu con otro en la cama, pero su amante es un poco moji-gato y nunca ah presentado la oportunidad perfecta, tal vez está lo sea. Se pone de pie y camina hacia la cocina, donde se acerca a zenitsu para abrazarlo desde atrás

—¿Te falta mucho? - le pregunta al oído, la única razón por la que ha llegado más temprano de lo usual, es por qué el rubio dijo que le cocinaría para el

—Según la receta, todo esto va después al horno por veinte minutos - responde, leyendo las indicaciones de la tableta mientras agrega algunos condimentos a una salsa

—¿Crees que me dé chance de ir por algo? - sus dedos logran abrirse espacio entre los botones de la camisa del otro, haciendo círculos sobre su abdomen

—¿El que? - zenitsu frunce el ceño y voltea sobre su hombro

—Olvide que tenía que comprar algo, te prometo que será rápido - le habla con dulzura mientras le da un beso en la mejilla, no mintió al decirle a akaza que no son novios, eso no significa que lo de ellos no sea especial a su manera

El rubio suspira y vuelve a lo suyo, no ve problema con dejarlo ir, sabiendo que todavía falta para que la cena esté lista

—Eres el mejor - douma lo toma por la cintura y lo hace girar, quedando frente a frente —Te lo compensaré en la noche - le guiña el ojo y a sus palabras le añade un toque sensual, haciendo que los ojos miel de zenitsu brillen ansiosos

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Zenitsu deja de brincar sobre el pene de su novio al momento que una corriente eléctrica viaja por todo su cuerpo, y por unos segundos, mientras su pene vibra en cada descarga, se queda sin aire,  jadeando de forma erratica al mismo tiempo que echa su cabeza hacia atrás, las manos de douma se hunden en sus glúteos, siendo víctima de las mismas sensaciones debido a los constantes espasmos del interior de su amante, los cuales aprietan su verga llevándolo al éxtasis, inundando con su espeso y calido semen esa húmeda entrada que tanto adora corromper. zenitsu se deja caer exhausto sobre el pecho de douma, mientras el miembro del otro sigue dentro suyo, sin perder del todo su rigidez