Soledad.

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Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida. —Chavela Vargas.

Taehyung estaba enamorado del amor. Del sentimiento. Taehyung estaba enamorado del amor, y de películas románticas, y de los poemas, y palabras cursis. Pero nunca tuvo un noviazgo.

Taehyung se sentaba y meditaba. Meditaba sobre qué se sentirá un ramo de flores sobre la mesa del cuarto principal. Qué se sentirá un beso acalorado en ropa interior durante un día muy soleado. Qué se sentirá escuchar ese tipo de declaración extraordinaria, un "me gustas tú", un, "Taehyung está saliendo con alguien", un, "te amo como nunca he amado". Qué se sentirá una comida con familia, una donde la persona que ama bromea y hace saber a todos que no hay persona más suertuda en este universo por amarle eternamente.

Y era estúpido, tan ingenuo.
Para cuando Taehyung cumplió los dieciocho, sus esperanzas las tiró por un balcón. Era tan joven, pero era justo en esa edad donde pensaban que la vida se les había terminado. Taehyung se acostumbró a la idea de que la vida le iba a tratar así, que tendría que soltar la idea de un amor ridículamente bobo adolescente, todo el coqueteo extremadamente vergonzoso y torpe, ese que te llenaba de anécdotas que contaría a sus hijos, o nietos, cuando le considere una persona sabia que definitivamente no sufriría de mal de amores nunca más, y que le haría reír el recuerdo de su corazón roto e infinitamente inmaduro una vez creciera. Aunque muy en el fondo, Taehyung sabía que un amor homosexual desarrollándose en un país como el suyo no era algo romántico. Ni siquiera sabía exactamente cómo podía llenarse la cabeza de ideas tan fuera de la realidad, ¿hijos?, ¿nietos?.

Tal vez era él, sintiendo mucho; la necesidad de disculparse por sus sentimientos, por su presencia, muy pequeño, y tan vulnerable. Deberían existir los descansos extensos, dormirse una sola noche y sentir que han pasado años, quedarse en cama y al final del día estar listos para seguir con las actividades pendientes. Desearía hundirse en las sabanas hasta que su cuerpo se compactara cubriéndose por completo, y se lo tragara el piso para siempre.

La cosa era, que con treinta años, Taehyung seguía en las mismas, estancado en una ilusión irreal tipo Disney, princesas, caballos blancos y escobas que hacen el aseo por sí solas. Bueno, no realmente. Taehyung sabía que el amor no funcionaba así, mucho menos en el lugar donde vivía. Pero, al final del día, estas películas le reconfortaban de una manera que no podía explicar; era su porción de amor semanal, o mensual, depende de cuánto tiempo libre tenga.

Y si la idea de tener un noviazgo fue desapareciendo en algún momento de sus dieciocho, en la actualidad era algo que había tachado rotundamente de su lista de deseos, aunque esto no significaba que no lo deseara, simplemente que era algo no podía obtener.

Un trago no llenaría el vacío que se carga, tan asustado de nunca conocer el sentimiento que tocaba con la punta de los dedos. Que era tan insignificante para las personas que nacían para enamorar, para embobar con su belleza y carisma.
Taehyung no cree que existan personas más hermosas que otras, pero sí personas que encajan en sociedad, que provocan emoción y dicha, risas nerviosas e interés genuino. Tan injusto.

Su vida romántica era tan pobre que se conformaba con novelas literarias y películas que llevaban nombres navideños o que siempre tenían lugar en New York. ¿Será que, después de tanta soledad el confort lo encontraba solo en sí mismo?. Como, verse obligado a amarse porque nadie más puede, ser obligado a sentirse orgulloso de sí porque nadie más puede, llevarse las manos a los hombros y apretarse bien fuerte y darse un abrazo, porque nadie más puede.
Taehyung no quería contradecirse, aunque lo hacía, naturalmente lo hacía, se contradecía cuando decía que la soledad no era tan horrible porque se llevaba muy bien consigo mismo, y eso es verdad, pero luego terminaba miserable sobre una barra de algún bar, sin amigos, y sin pareja, y pegaba duro, eran esas calles frías de Seúl las que de vez en cuando le recordaban que la soledad era una arma de doble filo.

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⏰ Última actualización: Jun 28, 2022 ⏰

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