El espejo está extraño

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Capítulo 5

Hace varias semanas se ha sentido paranoica, la rutina no ha cambiado. Los desayunos en la sala. Las curiosidades y los descubrimientos de Giggles cada mañana que la alegran. La limpieza de la casa y las compras en el mercado. Un saludo aquí y allá.

Y el hecho de que Eme regrese a cumplir su promesa de quedarse en el pueblo y que no podía evitarlo. Le estresaba pensar eso.

Saludo al señor que le vendía la miel. Quería hacer un pastel de manzana. Últimamente, las visitas al mercado le agradaban. Sentía el mundo con intensidad. Tanto lo malo como lo bueno.

Incluso aquellas veces que pasaba por el puesto de espejos. Se veía distinta al verse al reflejo.

-Señorita, ese está en oferta. ¿Le interesa? - El viejo artesano le miraba con unos ojitos de esperanza que Peach no podía ignorar. Haciéndose un nudo en la garganta, se disponía a retirarse, el anciano insistió: -ándele, señorita. Puede ser a pagos o incluso me lo paga al rato. Es de mis mejores creaciones. Es único en su tipo.

-Es lindo, pero no gracias.

-Y si le digo que le mostrara algo más que su reflejo, ¿señorita?

Peach se giró. Su curiosidad era mayor a su prudencia. Se acercó de nuevo al espejo y lo miro detalladamente. Tenía un lindo marco plateado con muchas decoraciones. Y tenía un cierto aire místico, pero no era solo un sencillo espejo. Pero el espejo marco un reflejo extraño. Los de alrededor en el reflejo miraban hacia ella con miedo.

Se acercó al reflejo y este cambio. No era ella la que miraba. Era una bestia la que le regresaba la mirada.

Miro hacia atrás. Todo estaba lo normal. Ella misma era la de siempre. Era obvio que el espejo era mágico, pero no sabía qué clase de truco estaba mostrando.

-Perdone señorita si lo que vio no le gusto. Por eso el espejo esta en oferta. Es un espejo honesto. Y la honestidad incomoda a muchos. Pero aún tengo la esperanza que gente como usted, vea el valor que le veo yo.

Peach reconoció la bestia antes. La había soñado toda la semana. Y ahora la tenía frente a ella en el reflejo. Le daba miedo, pero también le hipnotizaba. Miro en su bolso y contó sus monedas. El pastel de manzana podría esperar.

—-—-—--

Coloco el espejo en su en la sala. No dejaba de mirarlo. A veces estaba la bestia, a veces se veía a si misma pequeña, e incluso solamente a ella viéndose al espejo. Tenía curiosidad de ver que lo que miraban otros en ella. El reloj cucú marco las 5 de la tarde. Por alguna razón se perdió toda la tarde viendo el espejo. Preparo un lonche y algo para Giggles para cuando volviera cerca del muelle.

——

Cuando volvió a casa, encontró el espejo en el suelo. Y Giggles encima, perdida en sus pensamientos. Cuando ella se acercó, Giggles se alejó del espejo.

—Espérate, no lo rompí ni nada, ¡solo quería ver qué clase de magia es está!

- Es un espejo de honestidad que compre esta tarde, es solamente una curiosidad mágica. Aparte el vendedor me aseguro que el espejo es irrompible, así que no me preocupa esto.

Peach se aproximó al espejo y lo coloco en su sitio. Estaba intacto, pero se asustó cuando su reflejo bestial la miro a ella. Giggles desde detrás lo vio. Estaba entre sorprendida y curiosa; cuando Peach lo noto, volteo el espejo y corrió a su habitación. No le dio tiempo a que preguntara siquiera. No tenía idea que alguien notara el reflejo.

Se tiró sobre su cama e intento calmarse. No quería que nadie viera eso. Quizás si le explicaba que se trataba de un truco barato de magia lo entendería. No paso mucho para que se abriera la puerta. Giggles paso sin pedir permiso y brinco encima de Peach, sacándole el aire.

—¡Oye oye! ¡Dime que lo que vi de ti es real! - Giggles brincaba de alegría encima de ella, sacándola de sí misma. ¿Estaba emocionada?

—¿No te hagas, me lo ocultaste, pero hay algo allí verdad?

Peach la empujo de la cama. Todavía ni ella sabía que rayos estaba pasando y parecía tener un fan de algo que no sabía que era.

—Mira, no que viste, pero ni yo sé que es así que no apresures conclusiones. Aparte, tu no me has dicho que viste allí. — Giggles se le cayó la sonrisa y fingió irse. Peach se río y la atrapa sin dificultad. Ambas rieron en el suelo.

—Si tu no me dices, yo no diré nada, tramposa —Giggles se escurrió y le saco la lengua. —Aparte todos tenemos nuestros secretos, así que a menos que quieras morir. — Se burló y se escurrió escaleras abajo gritando que ya era hora de comer.

Peach suspiro aliviada. Bajo las escaleras y lo primero que hizo fue cubrir el espejo con un mantel. Giggles espero en la sala a la espera de la cena. Era como cualquier día. Se acercó a la mesilla y con seriedad le dijo:

—Por favor, lo que viste, se quede entre nosotras. ¿Porfa?

—Mientras traigas la cena... ¿Hiciste el pastel de manzana no?

——--——-

Era ya las 2 de la mañana, Giggles se escabullo a mirar de nuevo el espejo. Probo las ilusiones de su lámpara contra el reflejo. Todas tenía el mismo resultado, seguía siendo ella misma. Pero ella misma distinta en muchos sentidos. Quizás un poco terrestre de lo que quisiera aceptar...

Entonces escucho ruidos fuertes procedentes del piso superior. Se colocó la llanta burbuja y se movió tan rápido como pudo a la habitación. La puesta abrió solo un poco porque estaba bloqueada por el armario.

Empujo la puerta hasta que pudo asomar la cabeza. Encendió la lampara para iluminar y lo vio. Una creatura más grande que su amiga, que le regresaba una mirada furtiva. Y cuyos caninos asomaban babeantes. No podía creer lo que había visto. La bestia atacó sin o pensárselo cuando la vio. Giggles se alejó de la puerta apenas lo suficiente, pero las garras atacaban tras el hueco de la puerta. Sentía el corazón palpitar fuertemente. Se había quedado sin palabras. La bestia desistió y ahorra sus energías, iban tras la ventana. Golpeo con su cuerpo contra la ventana. Lo hizo tres veces seguidas, tras la cuarta logro zafarla de su marco.

Giggles sabía lo que iba a pasar, así que bajo hasta fuera de la cabaña. La bestia saltó de la ventana y aterrizo en el agua, Cuando salió, en la orilla, se sacudió como un perro y aulló la luna menguante. Giggles le lanzo unas piedras para llamar su atención. Lo logro, pero ahora ella peligraba. No lo dudo y se lanzó al agua. Esperaba que la bestia intentara seguirla allí, pero el agua estaba helada y no parecía querer seguirle.

Entonces volteo su mirada cuando escucho otros aullidos a lo lejos. Había más cerca. La bestia corrió bosque dentro. Giggles sabía que no podía darle alcance por tierra, así que intento seguirle por él río arriba.

La siguió varios metros hasta que la perdió de vista, no sin antes ver al menos otros tres lobos tras de ella. Y no muy lejos, vio un unicornio con gafas que parecía dar órdenes. Aunque era bastante oscuro, Giggles podía notarla. Era una hembra unicornio que parecía comunicarse con alguien. Tras unos minutos, los tres lobos traían a rastras a la bestia que había escapado de la cabaña. Giggles no sabía qué hacer. El unicornio convocó un portal o algo así, en la cual todos desaparecieron. Después nada, el silencio. Había prometido no decir a nada a nadie de lo que había visto en el espejo, pero esa bestia era su Peach, estaba segura. La habían raptado en sus narices y no hizo nada. Regreso hasta la cabaña y recupero la burbuja. No estaba segura como, pero iba a hacer algo al respecto.

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2022 ⏰

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