13 - Te he echado de menos

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No estaba preparada para enfrentarse a él.

Todavía no. Todavía no. Todavía no.

El mantra se repetía una y otra vez en su cabeza. Si él no la mataba en el acto, entonces ella estaba en un mundo de problemas. Su relación laboral no había cambiado, y temía que estuviera a punto de hacerlo por lo que había ocurrido en la última hora. Seguían siendo profesionales y educados delante de los demás. Aparte de algunas miradas robadas y de las veces en que pillaban al otro con la mirada fija, tenían la situación bajo control.

Hasta ahora.

El sospechoso al que habían estado persiguiendo desde que Elliot y Olivia habían decidido tomarse un descanso en su relación había estado al otro lado de la puerta del apartamento. Por fin habían conseguido un respiro en el caso mientras entrevistaban a un testigo que lo identificó y rápidamente -demasiado rápidamente- las piezas del rompecabezas del caso encajaron. Ella y Monique habían llamado a la puerta y se habían anunciado como policías cuando, de repente, oyeron un frenético barrido. Olivia se había alejado de la puerta, a punto de empezar a derribarla, cuando sonó un disparo que atravesó la puerta, directamente entre ella y Monique. Habían desenfundado sus armas y esperaban a ambos lados del marco de la puerta hasta que oyeron a su perpetrador correr de nuevo. Esta vez, Monique dio una patada a la puerta y pudieron detener a su sospechoso, que se había quedado atascado tratando de salir a rastras por la ventana hacia la escalera de incendios de abajo.

Cuando ella había avisado por radio de que había habido disparos y ellos habían accedido, sin mediar palabra, a intensificar la situación y atrapar al hombre, habían incumplido órdenes directas. Sabían que era peligroso. Sabían que tenía armas. Sabían que no se rendiría sin luchar. Aun así, ella y Monique habían seguido adelante.

Lo que dejó a Olivia sabiendo que tendría que responder por lo que habían hecho. Ella no dejaría que Monique cargara con la culpa de esto.

"Voy a hablar con él primero".

Monique se volvió hacia ella, con una expresión salvaje en su rostro. "¿Estás loca? No, yo iré. Está cabreado".

"Monique", puso la mano en el hombro de su compañera y pasó junto a ella hacia el despacho del capitán. "Estará bien".

No sabía si se lo decía a su compañera o a sí misma. En cualquier caso, estaba jodida.

Olivia entró en el despacho y cerró la puerta en silencio. Se inclinó hacia atrás y dejó que la fría ventana de cristal se posara sobre sus hombros. No había forma de que lo mirara ahora, la decepción y la ira en sus ojos serían demasiado para ella.

"¿Quieres decirme qué carajo ha pasado?"

Su voz era tan baja, tan artificiosa, como si tratara desesperadamente de contenerse para no gritarle. Había una emoción detrás de sus palabras que ella aún no podía ubicar. Se quedó mirando cualquier cosa menos a él.

La placa de su escritorio. Los papeles apilados y las carpetas organizadas en la madera. Una pequeña bola de nieve que probablemente era un regalo de uno de sus hijos.

"No podíamos dejar que se escapara", consiguió romper su silencio resonante. Por el rabillo del ojo, él movió su peso y se sentó de nuevo en el borde de su escritorio. Se quedó en silencio durante un rato y ella escuchó su respiración, cada exhalación controlada de su nariz la acercaba al borde de mirarlo, pero todavía no podía.

Elliot empezó a remangarse la camisa blanca cuando volvió a hablar. "Has desobedecido una orden directa, Olivia". Estaba demasiado rígido en su discurso, demasiado controlado. Ella sabía que él volvía a esto cuando luchaba con su autocontrol.

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2022 ⏰

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Deseos no revelados / BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora