Al saber que la magia sería una materia inexistente, el "Dios de luz" creo a cinco humanos.
Cinco niños que nacieron de mujeres puras; sangre divina, capaz de ser maldad y bondad. Dando fin a una era donde la magia lo era todo, viviendo en la época...
Para Kim Dokja ese reloj es lo más preciado para el, aquel aparato que dejo de funcionar con el paso del tiempo. Siempre lo cargaba en su bolsillo, sin despejarse de este. Dokja lo ama, un último recuerdo de su hermano.
Las veces que el mayor lucho para obtener lo que anhelaba, el esfuerzo, sudor y sangre que derramó por tener lo en sus manos. Aún así, no lo tomó por mucho tiempo.
—Pequeño calamar, mira lo que conseguí
Dokja observó como el chico tenía sus manos manchadas, sus ropas rasgadas y su piel; a pesar ser blanca y linda, tenía moretones.
—¡••••! ¿¡Estás bien!?
—No te preocupes, estoy bien. Pero eso no importa, mira, mira, lo tengo
Enseño el reloj plateado, la cadena de este brillaba con la luz del sol. Era realmente hermoso.
Sonrió, mostrando sus dientes. Dokja pudo ver la felicidad que tenía su hermano al conseguir ese aparato, no importaba otra cosa, sabía que él deseaba eso desde que lo vio en la vitrina.
—¡Lo tengo!
Kim Dokja sonrió ante la emoción de ese chico.
Guardo el pequeño objeto en su bolsillo izquierdo del pantalón, metió sus libro en si mochila seguido de tomar una manzana de la mesa situada en el comedor.
Poniendo la fruta en si boca salió de su casa llendo al automóvil color gris que lo esperaba, abrió la puerta del copiloto viendo al hombre que le sonrió.
Preguntó. —¿Listo?
—Si —respondió con una leve sonrisa.
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Kim Gong-ja miro la nueva escuela, era la onceava vez que asistía a una universidad. Comenzaba a pensar, que tal vez está sea la última que va.
—Buscaré un trabajo
—Pensamos igual, hermano
El azabache giro, Cale Henituse estaba a sus espaldas. Gong-ja sonrió, hace tiempo que no lo veía.
—Cale, no pensé verte de nuevo. Sobretodo aquí. Pensé que irías a Italia ¿Dónde está padre?
El pelirrojo suspiro. —No lo se, me separé hace 5 años. Lo único que supe, es que Dokja y Yoojin se quedaron con él.
—Solo Dokja
Una tercera voz se unió a su conversación, el chico con guantes lo miro con una sonrisa.
—Han Yoojin, así que también dejaste el nido. Imaginé que nunca lo harías, sobretodo cuando conociste a ese chico ¿Cómo se llamaba?
