Aun faltaba mucho tiempo para que llegara la hora de salida, hacia un poco de calor y justo estaba pasando por ese día en el que me ponía agresiva hasta con la mosca que volaba enfrente de mí.
-Estoy cansada de esto, así que nos saldremos antes. –dijo Marian mientras bajaba de prisa las escaleras.
-No. –le respondí- no iré contigo, ademas no estoy de humor, gracias.
-Es miércoles estamos a media semana este día esta para morirse, acabamos de enterarnos que reprobamos dos materias, en cualquier momento llegara el profesor de matemáticas, tu humor es un asco y yo necesito urgente salir de aquí, date prisa!
Era la costumbre de mi amiga, no darme alguna otra opción. Tenía que aceptar porque tenía que aceptar, claramente no estábamos en discusión.
-Larguémonos de aquí antes de que me arrepienta.
Ese día no quería discutir, la pelea que había tenido con mi madre, antes de salir para la escuela, sobre lo ‘’desobligada’’ que me estaba volviendo y la pelea de hace unos minutos con uno de mis profesores por haberme reprobado me habían dejado exhausta.
Marian condujo hasta nuestra próxima parada, nos detuvimos enfrente de una pizzería,
-Creí que iríamos a Mc Mc –le dije.
-No, esta vez quiero que hagamos algo diferente Alex ya relájate un poco, ademas aquí ahí muchachos guapos la universidad está a la vuelta.
Nos bajamos del pequeño pero siempre cómodo y practico chevy de Marian. Como lo dijo, ahí había un mundo de muchachos, en ese momento no supe si eran guapos o no yo solo quería encontrar rápido una mesa desocupada y hacer de cuenta que nadie me estaba observando. Odiaba infinitamente caminar por donde había muchas personas y más aún llamar su atención y peor que fueran universitarios hambrientos que llevan la tonta costumbre de desnudar chicas con la mirada
-Ahí. –dije, señalando una mesa.
Me senté de prisa y ocupe el lado que me dejaba menos a la vista, o al menos los dejaba a ellos fuera de mi vista.
Marian en cambio se tomó su tiempo, llamo un poco la atención como era su costumbre, saludo a unos cuantos que conocía y recorrió el lugar como si fuera su propia pasarela. Enseguida me di la vuelta y aproveche para contemplar el gran espectáculo que estaba montando mi amiga, todos la observaban fascinados, y como no iban a hacerlo, ella era como una diosa: guapa, muy guapa, con un encanto increíble y una personalidad maravillosa, usaba esos jeans ajustados a la cadera, su blusa que marcaba detalladamente su cintura y ese par de botas con tacón corrido que hacían que se tambaleara aún más al caminar, era toda una diva y amaba la atención de los chicos. En cambio yo, agradecía infinitamente que la miraran a ella en lugar de a mí y a mis miles de demonios amigos acompañándome siempre.
-¿Acabaste tu numero ya? –le pregunte cuando por fin llego a la mesa.
-Que quieres que te diga, ellos me aman. –Decía mientras jugaba con su cabello y les sonreía a unos muchachos de la mesa de alado- Se mueren por mi.
-¡Claro! ¿Podemos pedir ya? Tengo hambre
Se carcajeo un poco por mi sutil tono y nos levantamos a pedir pizza, mi comida favorita en el mundo.
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-Alex, ¡reacciona! –me asusto Marian haciéndome tropezar y abandonar aquella escena con la que comenzó todo.
-Estaba distraída. –dije acomodándome el pelo y poniéndome bien la mochila.
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Alex ¿Por que te enamoraste?
Roman pour AdolescentsAlex siempre tiene conflictos en su cabeza, le cuesta aceptar demasiada mierda que existe en el mundo y que no terminaba de comprender, sufría con sus cambios repentinos de humor, le molestan infinidades de cosas , la mayoría del tiempo tenia discus...