Sentado en su nuevo sofá, se encontraba Lee Minho, rodeado por un aura tranquila, una habitación rodeada de arte con cada esquina repleta de libros. Le encantaba leer.
Pensando en todo y en nada, el cómo su vida pasó de ser el niño pobre que pedía monedas, a un magnate rey de las finanzas, era de admirar pues no cualquiera lograba un sueño con tal magnitud de complejidad.
Nunca se planteó la idea de enamorarse, no era necesario, no lo necesitaba y nunca lo iba a hacer ¿Cuanto tiempo iba a durar ese “NUNCA”? Ahora estaba rodeado de personas físicamente perfectas que no le llenaban el espacio vacío de su soledad.
No buscaba a personas alegres que trataran de cambiar su manera de ver la vida solamente quería a alguien que disfrutara su manera de ser. No era el típico hombre frío que se iba a enamorar de la persona equivocada solo por cambiarlo, necesitaba compañía de esas buenas donde puedas hablar desde política de países centro Americanos hasta la posición de Kamasutra más actual. La vaina loca de polos opuesto estaba gastado y no solía pasar muy seguido en la vida real.
Quizás estaba joven pero ahora el sexo no era un factor tan importante en su vida, durante su adolescencia tuvo polvos posibles pero eran nada más pasajeros. Logró cada propósito propuesto para después buscar con quien envejecer.
Su tranquilidad fue interrumpida por su trabajador -mejor amigo- Hyunjin.
— Pasa está abierto — gritó desde adentro pues era muy perezoso como para recorrer todo un pasillo solo por recibirlo.
— ¡Ah Minho! Tu casa es tan enorme. — conforme caminaba iba admirando cada una de las pinturas que adornaban los pasillos de la enorme casa. En su rostro se pintaba una sonrisa alegre.
—Es lo menos que me merezco.— Sonrió. Amaba presumir el fruto de sus esfuerzos.
—Minho ¿puedo servirme un trago? — preguntó tímido el azabache.
—Están ahí.—Levantó su dedo indicándole el lugar exacto de la barra de tragos. —Traeme un Vodka por favor.
Hwang sirvió cada trago y luego se dirigió al lugar de su jefe.
—Aquí está, Minho.—dijo entregándole el trago.
— ¡Más respeto mocoso! Soy mayor que tú y tu jefe.—Reclamó, estaba harto que tanto en el trabajo como en su propio hogar le faltara el respeto.
—Ya dejemonos de cuentos, Minho —Hwang soltó una carcajada, su rostro estaba iluminado, algo lo hacía feliz y eso Lee lo notó.
—Ya sueltalo, no me hagas perder el tiempo.
Al principio lo dudó, estaba tan feliz pero sentía que de cierta forma sería imprudente hablar. Medio meditó y decidió soltarlo, después de todo era a su mejor amigo a quien le iba a contar la mejor noticia de su vida.
—Mi Hannie es especial, hoy cumplíamos un mes mas de novios y él me propuso matrimonio ¿puedes creerlo? Se suponía que era yo el que debería hacerlo y es tan...— seguía suspirando e irradiando felicidad.
Minho escuchaba atento, no era la primera vez que hablaban del famoso Han, nunca lo ha conocido pero tampoco le interesaba.
— Es atento, cariñoso, no le importa que este lleno de defectos, su familia tiene dinero, no se lleva mal con nadie, da sin esperar que se lo regresen, es un amor de persona y yo creo que lo amo más. — seguía parloteando mientras suspiraba cuando hacía pausas y Lee seguía escuchando atento, le alegraba saber que su mejor amigo se sintiera feliz. Solo esperaba que esa felicidad y ese enamoramiento fuera tan fuerte como para que dejara su mala costumbre.
—¿Y con Seungmin?—La pregunta imprudente hizo que la sonrisa de su amigo se transformara a una mueca agria. Este era otro al que no conocía en persona pero se lo imaginaba después de todas las descripciones detalladas por su menor.
Hwang suspiró antes de responder, su rostro dio un cambio extremo en cuestión de segundos— Cada vez más exigente, el sexo está cada vez mejor pero ahora quiere más cosas, si ve un carro de temporada lo quiere y casi me exige que se lo compre.
Minho negó con su cabeza, odiaba y reclamaba en voz alta ese gran dilema, nunca lo entendería.
— Nunca voy a entender por qué te empeñas en tener a dos personas en tu vida. — y era cierto, no lograba entenderlo, presumía de su Han pero disfrutaba hablar puercadas de sus relaciones con Seungmin. Todo era un revoltijo que ni Hyunjin mismo sabía manejar.
—Es maravilloso, solo imagínate lo hermoso que es tener dos hombres esperando por ti, no lo puedo negar Han es perfecto a la hora del sexo pero Seungmin tiene ese algo...— movía sus manos queriendo dibujar en el aire un retrato del trasero de su Seungmin.—Que te hace querer comerlo a besos.
— ¡Puerco!—Minhi arrugó su entrecejo e hizo mueca de asco—No quiero escuchar detalles.— no le interesaba, era una perdida de saliva contarle con detalles su intimidad.
—¿Quieres conocer a Han?—Preguntó el pelinegro, ansioso—Lo voy a llevar a la fiesta de etiqueta de la semana que viene.— soltó un alegre Hwang.
—¿Y no vas a llevar a Seungmin? — preguntó en forma de broma, riéndose de su mal chiste.
—¡Siii...! Es que es muy normal que tu amante se encuentre con tu prometido ¡¿no!?.
Lee solo rió, sabía que ese niño se iba a meter en problemas muy pronto y quería estar presente para reírse de las consecuencias que traería consigo el Karma a su querido mejor amigo. Ese día le reprocharía y se mofaría recordándole los buenos consejos que alguna vez le dio.
Minho y Hyunjin brindaron por su amistad, porque aunque Minho fuera un gilipollas, apreciaba su amistad y lo quería por sobre todo, con todo y errores que trajeran consecuencias fatales. Siempre estaría ahí para cuidarlo y protegerlo cuando esos dos hombres que tenía como pareja se levantarán contra él.
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Te compro a tu novio - minsung
Fanfiction"Te compro a tu novio" dijo serio y con dinero efectivo en sus manos. "¿Cuánto tienes?" preguntó, interesado en la anterior propuesta.