Cameron Brodeur

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— No entiendo por qué terminaste con él – reprochaba la castaña mientras guardaba sus pertenencias.

— Simplemente no es lo mismo – una mueca de cansancio apareció en su rostro, al final era su relación y deseaba que respetaran eso.

— Solo digo que Aidan es un gran chico – seguía atacando la de piel blanquecina acomodando la mochila en su hombro. — Después de lo de Cam, te merecías algo bueno ¡Y Gallagher lo es! –

— Ya terminamos, si era un gran novio pero no siento lo mismo por él – admitió por décima vez en el día, ya fastidiada de la terquedad de su compañera.

Si supiera la razón por la cuál terminó con el castaño sin duda la mataría.

— McGibbon, tengo que adelantarme, Tyrus está en casa con la niñera y debo apurarme a ir por él – comentó dando algunos pasos delante de la menor.

— Está bien, nos vemos mañana, Tn –

Salió de las instalaciones y apuró el paso al gran portón abierto que daba a la calle frente a la escuela.

Su mirada se asomaba por cada rostro de los alumnos que iban a sus hogares en busca de aquellos brillantes ojos azules y cabello rubio oscuro.

— Tn, aquí – llamó el más alto detrás de ella abrazándola por el costado.

Dió un pequeño beso en la mejilla ajena y comenzó a caminar a su casa en compañía del chico.

— ¿Estás bien? – cuestionó dedicando una mirada fugaz a su enamorada, sentía que algo andaba mal pues esta no le dirigía la palabra.

— Si – respondió rápidamente, arrepintiendose al instante — Bueno, no – se corrigió bajando un poco el tono.

— Puedes decírmelo, anda – depósito un casto beso en la cabeza de la contraria sin dejar de avanzar esperando la razón de su molestía.

— TJ estuvo todo el día diciendo que no debí terminar con Aidan y echándote tierra como siempre – la mueca de fastidio en su rostro fue notada por el ojiazul quien la pegó ligeramente más a él, tratando de darle comfort.

— Tiene sus razones – admitió algo avergonzado de recordar su antigua relación con la chica que ahora tenía en sus brazos. — Fuí un novio de mierda en su momento –

— Eso ya es pasado, Camy – su cabeza cayó en el cuerpo ajeno, alentando un poco el paso.

— Pero lo fuí y Aidan te hizo inmensamente feliz, es normal que me odie y lo prefiera a él como tu novio – añadía en un tono tranquilo para evitar que su ahora novia se sintiera regañada.

— Mhm –

— Daré lo mejor de mí para que tus amigos me vuelvan a aceptar, si? – la menor asintió cabizbaja.

— Es suficiente con que yo lo haga – refunfuñó entrelazando su mano con la del rubio separándolos del abrazo.

— Nunca está de más tratar de arreglar las cosas con ellos – replicó observando a su amada, pronto frenó sus pasos y se dedicó a intercambiar miradas con ella.

— ¿Sucede algo? – extrañada preguntó, acariciando la mano que sostenía.

— Quiero hacer las cosas bien, Tn, quiero ser un buen novio –

— Lo serás, Cam – se acercó a él poniendo el rostro ajeno en sus manos con delicadeza, para después besar con suavidad los labios de su amado.

Entrelazó sus manos de nuevo y siguió el paso.

Lo que menos quería es que Cameron cargara con los tormentosos recuerdos de su antigua relación, era necesario que lo superaran si querían iniciar de nuevo pero parecía que sus amistades no lo dejarían sencillo.

— Éramos jóvenes y tontos, no teníamos idea de como cuidar de esto – consolaba dulcemente la fémina. — Tenemos esta oportunidad, hay que aprovecharla.

El rubio asintió suavemente como si esta lo estuviera observando.

Siguieron el trayecto en silencio de forma cómoda, entregándose una que otra muestra de afecto en el camino.

Pronto llegaron a la casa de los Hwang, donde ambos entraron aunque no más nervioso que el otro.

— Está Ethan? – preguntó con algo de miedo.

— Creo que no – contestó dejando su mochila en el sillón.

— Hola, TN – saludó la mujer de cabello negro apareciendo en la sala — Tyrus está dormido en su habitación, yo ya tengo que irme – avisó tomando su bolso de manera algo apresurada para después salir por la puerta principal.

— Tenía demasiada prisa – comentó dejando su mochila en el sofá.

— Ya lo creo –

— Estás bien? – cuestionó viendo como volvía a sumergirse en sí mismo.

— No lo sé –

La pelinegra tomó asiento invitándolo a imitar su acción.

Parecía que le había afectado de más lo que le había contado.

— Tal vez sea cierto que mereces algo mejor que...yo – su cabeza estaba gacha, ella lo observaba con pena.

— Me has demostrado que cambiaste, fue hace bastante tiempo – repetía la dulce chica tomando la mano ajena – Te amo a ti.

Sus palabras fueron seguidas por un beso pequeño en la frente del rubio, quien la miraba enternecido.

— Nuestra antigua relación no era tan mala, solo sentíamos demasiado debido a nuestras edades y nos dañamos por eso, pero aquí estamos, no? – este solo asintió suavemente.

— TJ me dijo alguna vez que maldecias mi nombre en las madrugadas – soltó con menos peso que hace unos momentos, tratando de encontrarle algo divertido.

— Lo hacía seguido – una leve risa hizo aparición en la pelinegra.

— Nos gritabamos cosas tan tontas – recordó apenados por aquellos tiempos en que estaban experimentando sus primeros cambios de humor.

— Arreglabamos las peleas con un simple beso –

— Que tontos – bufó rodeándola con sus brazos.

— Nuestro amor era así – añadió recorriendo sus memorias, la mayoría ya no le causaba daño.

— Seremos mejores ahora – propuso acurrucandose a su lado, no quería repetir esa boba historia, ya no eran niños para cosas así.

Young Cast TUA - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora