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Necesitaba un tiempo para mi misma, por lo menos una tarde, las palabras de Allison no dejaban de rondar en mi mente "no es mi culpa tener ese apellido" algo que me había dicho muchas veces de niña al oír las terribles historias de los originales, la familia de monstruos que masacran aldeas sólo por aburrimiento, cada página de cada libro que hablaba de los horrores que mi familia había hecho quedaban grabadas en mi cabeza, la culpa por cosas que ni me correspondían siempre me carcomía.
Caminé hasta "Café para dos" el café que había visitado días antes, necesitaba despejarme de todo el estrés que cargaba y era mejor aquí que en la casa.
-Un café negro sin azúcar y un pie de limón, por favor- pedí a la mesera que paso a mi lado, ella asintió con una sonrisa y fue a preparar mi pedido mientras yo me sentaba en la misma esquina al lado de la ventana.
-Buena elección, el pie de limón es delicioso, es mi favorito- vi como Lynda se sentaba a mi lado rápidamente, yo no sabía que responderte, solo me la quedé mirando, o mejor dicho admirando, como una chica podría ser tan hermosa sin siquiera intentarlo.
-Hola- fue lo único que salió de mi boca por lo que ella rió levemente.
-Hola, lo siento si invadí tu espacio es que te veías algo distraída y quería hablarte de enserió...- habló con rapidez y algo de hiperactividad.
-Esta bien, ¿puedo preguntar que haces aquí?- pregunté ...No es que me moleste...
-Vengo por un café- dijo inocentemente pero yo la ví con una ceja alzada. -Me refiero a la mesa- pregunté tratando de esconder la sonrisa que quería brotar de mis labios al verla sonrojarse, su piel algo bronceada la hacía ver aún más avergonzada, era tierna.
-Yo, quería preguntar...- la vi abrir y cerrar la boca tratando de formular una frase meramente coherente - preguntar sobre...- la vi mirar mi brazo y su cara se iluminó -tu herida... esas cosas se infectan y más por cuervos, son muy sucios y seguro devén tener múltiples enfermedades conta...- ella seguía hablando pero detuve su parloteo al tocar su mano por lo que ella me miró.
-Estoy bien- aclaré con una leve sonrisa extrañada y ella me la devolvió algo nerviosa -¿de donde venias?- ella pareció confundida así que señalé la bolsa de deportes que traía -¿haces deportes?- pregunté a pesar de saber claramente la respuesta, ella pensó por un segundo y luego respondió.
-Artes marciales y boxeo- dijo con una sonrisa "orgullosa", olí sus emociones, tristeza e incomodidad pero no por mi.
-¿Y te gusta?- pregunté al mismo tiempo que llegaba mi pedido, tomé la porción de pie y la corté a lo largo, ella lo miró unos segundos y tomó un pedacito de la masa y la comió.
-Si, obvio, digamos que con un padre militar una madre policía la defensa personal es algo importante en la familia...- me dijo con confianza, yo le sonreí a medias, no parecía decir toda la verdad.
