Besar. (Heba&Timaeus)

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Este OS es la primera parte del OS de Golosinas, sigue el mismo universo, solo que va antes.

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 Flecha 9 – Besar

La historia de cómo se conocieron era algo que ambos recordaban con cariño, cuando Heba estudiaba la preparatoria, gano una beca para estudiar en Colegio St. Paul's School en Londres por un año y fue durante su estadía que pudo ir a eventos escolares en otras escuelas e Universidades, en donde conoció a Timaeus, debido a que lo que Heba deseaba estudiar estaba en la escuela de Timaeus, fue una simple casualidad que fuera ese chico quien le diera un tour por toda la escuela, sin notarlo se agradaron al instante. Gracias a que el de piel morena deseaba estudiar lenguas extranjeras, fue no tuvieron ningún problema para comunicarse, él ingles de Heba era muy bueno.

Con solo sus nombres se buscaron por sus redes sociales, comenzando a seguirse y hablarse por mensaje, hasta que quedaron en volver a verse, después de esa primera salida, siguieron dos, tres y muchas más, tanto con amigos como ellos solos, pero los meses pasaban y el tiempo de Heba en Londres se terminaba, el día en que el menor de tuvo que partir, fue duro para ambos, aunque no tuvieran definida su curiosa amistad, pero esa mañana en el aeropuerto, cuando el de piel morena se iba, y el mayor caminaba hacia la salida, fue que se pensaron que lo que pudo quizás ser, pero no era.

Pasaron meses en los que se comunicaban gracias a las redes sociales, aunque era algo difícil por las obligaciones de ambos, debido a que Heba estudiaba para ingresar a la universidad, Timaeus con toda la calma del mundo se ofreció a ayudarlo en lo que podía y viceversa.

El mayor solo para poder entender más sobre el menor comenzó a estudiar Japones, después de todo al ser el idioma natal de Heba, era común que hiciera expresiones en ese idioma o mostrara cosas en japones, así que se esforzó para aprenderlo, pero sin decirle jamás nada, un año basto para que Timaeus se cansara de la horrible distancia que los separaba, de por fin saber sus sentimientos y no poder estar con él para decirlo de frente, porque si, a los pocos meses en los que se separaron le sirvieron a Timaeus para saber que estaba enamorado de ese chico de mirada divertida y sonrisa traviesa.

Nee... —Murmuro Heba mirando al mayor a través de la pantalla de su computadora — ¿No me vas a regalar algo por mi graduación?

—Sabes que si —dijo con una sonrisa —Espero que llegue para ese día —dijo con una sonrisa.

—Mientras no sea algo tan costoso como lo de mi cumpleaños —dijo Heba algo apenado, a pesar de que le había fascinado el libro que le había mandado, sabía que esa edición era super costosa, pero no tuvo el corazón para rechazar el regalo de Timaeus.

Heba era consciente de que el mayor era asquerosamente rico, no es que Heba fuera pobre, pero el mayor si tenía una estabilidad económica superior a la suya, pero era algo que realmente no influía mucho en su amistad, salvo esos momentos en los que Timaeus le hacía regalos, pequeños como decía el mayor y costos como decía Heba.

—No lo es, descuida —dijo el mayor con una sonrisa.

Los días pasaron, pero cada vez tenían menos tiempo, aunque los pocos días que podían hablar era lo mejor para el menor, debido a la gran presión que sentía debido a su examen de admisión para la universidad, había días en los que solo escuchaba el menor quejarse, a veces no decía mucho y solo se desanimaba, pero siempre sabia como subirle el ánimo, hasta al día en que Heba hizo su examen, se saltó una clase para poder llamarle antes para darle ánimo, algo que sin saber fue lo mejor que el menor pudo querer.

—Mucha suerte, tú puedes Heba —le dijo dulcemente.

— ¿Realmente lo crees?

—Si —aseguro el mayor a través del teléfono —Confía en ti mismo, como yo confió en ti.

—Gracias —murmuro con una sonrisa tonta en su rostro, después de colgar Heba se fue rumbo a la escuela con todos los ánimos del mundo, si el chico que le gustaba confiaba en él, no podía rendirse.

Hizo el examen y ya solo quedaba esperar por los resultados, que tomarían algo de tiempo, a pesar de que pudo respirar un poco más tranquilo, todavía estaba la posibilidad de fallar la prueba, de no lograr sus objetivos, de no estudiar lo que realmente quería, lo bueno era que tenía a sus amigos y a Timaeus para darle ánimos cuando los necesitaba.

Timaeus sabía que mientras más se acercaban las fechas en las que salían los resultados de los exámenes, Heba se sentía mal y más estresado, más presionado, más lleno de sus inseguridades, así que el día en que el menor obtendría sus tan esperados resultados, fue que se decidió, le daría una sorpresa, fuera bueno el resultado o fuera malo.

Heba estuvo todo ese día suspirando, no había recibido mensajes de Timaeus desde anoche, ni el mañana, a pesar de haber pasado el examen, no estaba feliz, quería que el mayor fuera el primero en saberlo, pero no se había podido, así que con sus ánimos a medias se fue rumbo a su casa para decirle a su familia que, si había quedado en la universidad que él había querido, se dio ánimos, sabiendo que Timaeus estaba en finales de semestre así que seguro estaba muy ocupado con eso. Lo que no espero fue que cuando llego a su casa, no había nadie, así que solo se fue a dar un paseo por el parque detrás de su casa, sin saber porque le mando mensaje a Timaeus diciendo donde estaba, además de mandarle una foto, esperando que ahora si le respondiera, pero no fue así.

— Naze sono—gao? (¿Por qué esa cara?) —le preguntaron, pero el no levanto la mirada — Omedetō ka nagusamerubeki ka wakaranai (No sé si debo felicitarte o consolarte) —le dieron con ligera preocupación, Heba alzo la mirada encontrándose con quien menos esperaba ver.

— ¿Timaeus...? —murmuro sin saber que decir.

— Kon'nichiwa (Hola) —saludo el mayor sin quitar su sonrisa, al de piel morena le tomo unos minutos el reaccionar y raídamente salto a sus brazos mientras reía.

— ¡No lo puedo creer! —grito lleno de júbilo — ¡Eres tú! —exclamo abrazándolo aún más.

—Si

—Pero... ¿Qué haces aquí? ¿Cómo? ¿Cuándo?

—Quería verte —confeso acariciando su mejilla —Además, no iba dejarte solo hoy, en un día tan importante para ti, ya que no pude venir en tu cum... —Heba no le dejo terminar debido a que lo jalo hacia el para unir sus labios.

—Gracias —murmuro el menor una vez se separaron, aun con miedo de ser rechazado o juzgado por su acción, sorprendentemente el mayor sonrió y volvió a unir sus labios con los ajenos.

—Por ti haría cualquier cosa —murmuro Timaeus volviendo a besarlo.

—No sabes cómo esperaba esto. —confeso Heba, mientras se tocaba los labios suavemente.

— ¿De verdad? —pregunto Timaeus con una sonrisa, mientras lo rodeaba con suavidad de la cintura.

—El día que nos despedimos en el aeropuerto... —comenzó a decir el menor con timidez —Realmente pensé que me besarías...

—Lo siento por eso —dijo Timaeus sin quitar su sonrisa —Tuve que estar meses sin verte, para darme cuenta que yo también quería besarte —admitió antes de juntar sus frentes con cariño.

— ¿Cuánto tiempo tienes? —pregunto Heba llevando sus manos a los hombros ajenos.

—Unos días... Tal vez 4 —dijo el mayor en un susurro.

—Bueno... tienes 4 días para besarme, y así intentar reponerme los besos de todo este tiempo —bromeo el menor, lo que no espero fue que Timaeus lo tomara muy enserio, uniendo sus labios de nueva cuenta.

Flechas al Azar. (One-Short's)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora