(1/4) Si me convierto en el sol...

83 7 0
                                    

El enredo inició en una tarde relativamente normal y con clima agradable. Una tarde donde cierto alfa acudió a la casa de su hermano menor, buscando pasar un poco de tiempo con él y charlar un rato, aunque, tras llegar y tocar la puerta, lo que encontró más bien fue la sorpresa de que este había salido a realizar algunas compras, por lo que solo estaba presente el compañero de piso y pareja. Esto no fue una desilusión, al contrario, pues dicho ser no solo era su cuñado, sino también su amigo más cercano, así que contarle su situación igualmente podría terminar en un alivio y buena oportunidad para saciar su sed de consejos, por lo que, de alguna manera, terminó sentado en uno de los sillones de la sala, listo para hablar de aquel problema que enfrentaba.

¿Y cuál era ese problema? Pues... la manera en la se sentía:

Aquel alfa, Ootori Eiichi, estaba un poco frustrado. De hecho, quizás decir "un poco" era, curiosamente, poco.

¿Lo peor del asunto? Sencillo: Ni siquiera tenía clara la razón de esa frustración, lo que, de manera muy irónica, la aumentaba.

—Estoy frustrado ya que no sé por qué estoy frustrado.

Kiryuin Van lo miró con una ceja alzada, pues empezaba a creer que su mejor amigo y cuñado finalmente había terminado de perder la cabeza.

—Eeeeeeh... Problemas en el paraíso, ¿No? —Preguntó, comenzando a deducir por donde iba el asunto— Esto huele a que Oto-Chan tiene algo que ver.

El alfa de mirada violeta solo pudo torcer los labios, antes de asentir con cierto pesar.

—Es que... últimamente lo siento... —Titubeó, pues no sabía cuál sería la mejor palabra para expresarse— quizás un poco... raro.

—¿Raro?

—Diferente, anormal, como si algo no estuviera bien o como siempre —Explicó el Ootori, intentando ser más claro—. No sé cómo decirlo pero... es mi omega, estamos enlazados y por eso me doy cuenta de muchas de las cosas que le ocurren y sé que algo ha cambiado en estos días. Creo que me está ocultando algo y eso jamás había pasado. Siempre hemos sido honestos en todo el uno con el otro.

Van escuchó con atención las palabras de su amigo, procesándolas lo mejor que era posible al mismo tiempo que buscaba algunas explicaciones o respuestas. Para ese punto, Eiichi y Otoya ya llevaban en total cinco años como pareja, siendo uno de dichos años como esposos y alfa-omega enlazados (cosa que celebraba bastante, a fin de cuentas, ¿Qué supera el que tus dos mejores amigos sean novios? Al menos a él le había venido de maravilla en ese tiempo), por lo que estaba seguro de que su relación se había formado de manera sólida y estupenda en base a confianza y amor puro, así que eso de ocultarse cosas sin duda sonaba un poco extraño, ya que, como había sido afirmado, ellos nunca hacían eso, aunque, de todos modos...

—Bueno, todos tienen derecho a guardarse sus secretos —Opinó después de su breve reflexión—, ¿Has probado a hablar directamente con él? Ya sabes, preguntarle si algo está pasando.

—No... directamente no —Negó con la cabeza—. He hecho insinuaciones, pero...

—Pues quizás deberías empezar por ahí —Sugirió el mayor, dando una palmada en la espalda de su amigo—. Además, sabes bien que Oto-Chan nunca te ocultaría algo importante, ¿Verdad? Al menos, no sin motivos de peso. Te ama y tú lo amas, confía en eso.

—Ni siquiera lo dudo —Aquellas palabras provocaron una sonrisa en el alfa de lentes, pues se trataban de una verdad absoluta—. Sé que el amor entre nosotros es inmenso, pero no puedo evitar preocuparme porque pueda estarle pasando algo y no me quiera decir.

—No te montes una película, líder.

—Lo sé, lo sé, debo controlarme pero... —Alzó los hombros— ¿Qué quieres que haga? Está en mi instinto el siempre ver por mi omega, no me digas que no te pasa lo mismo con Eiji.

[UtaPri] You're my homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora