𝙉𝙤𝙫𝙞𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙈𝙚𝙣𝙩𝙞𝙧𝙖︙ᵏᵛ ❞🔄

Neun ⸝⸝ Cuidados

Okey sí, me sentía culpable por hacer que JungKook se involucrara en una pelea y por eso mismo ahora nos encontrábamos en la enfermería solos.

Cuando llegamos la enfermera iba de salida a comprar medicamentos y demás porque ya se estaba acabando el inventario de esto.

Así que me quede como encargado oficial de Jeon JungKook.

El silencio en la enfermería era... ¿Cómo decirlo...?

¡Tremendamente incómodo! Él no decía nada y si él no decía nada pues yo no me veía en la obligación de decir algo.

Ni crea que seré el primero en hablar.

"Pero él se encargó de defenderte"

¡Eso es....!

Muy cierto... ¡Pero me vale!, okey sí, estoy agradecido por lo que hizo y puede que JungKook esté lastimado pero puede también que él los haya dejado peor.

¡Y también puede ser que yo sea un maldito bipolar!

¡Pero es que no es justo! ¡Yo estaba malditamente enojado por haberme dejado solo y por todo lo que sucedió! ¡Y ahora ya no puedo estarlo porque se encargó de partirles la cara a esos imbéciles! ¡Es un idiota! ¡¿Por qué?! ¡Porque yo lo digo y punto!

—Oye, ¿estás bien?— JungKook me miraba expectante.

—¿Por qué lo dices?— dije cuando salí de mi pelea interna.

—Hace rato que estás muy callado— respondió encogiéndose de hombros.
—aparte de que no dejas de estrangular esa crema que tienes en tus manos.

Y... efectivamente.

Estaba estrangulando un tubito que contenía crema para hematomas.

Se supone que debía ponérselo, pero me encontraba teniendo una disputa mentalmente, que me estaba desquitando con la pobre crema.

Crema... lo siento. Pobre de ti. Tú no tienes la culpa de mis enojos.

—Sólo cállate y dime dónde te lastimaste— contesté enfurruñado.

—Probablemente tenga en parte de la espalda y abdomen— dijo restándole importancia y con un deje de indiferencia.

—Bien, entonces date la vuelta y levántate la camisa.

—La harás de mi enfermero, ¿acaso?— y sí, ahí estaba la maldita sonrisa socorrona otra vez, maldito.

—He dicho que te calles y te des la vuelta— dije firme.

—Uy, el osito se enoja— mencionó burlón mientras se sacaba la camisa y se daba la vuelta. —que tierno.

¡Maldito idiota! ¡No tiene derecho a decirme osito!

Y sin más me embarre un poco de crema en los dedos y sacando todo mi lado salvaje posible hice presión sobre el primer moretón que vi.

—¡Ah!— se quejó. —¡Oye que me duele!— y volteo la cara para verme.

—¿Qué?— Puse cara inocente. —¿Te hice daño?— y volví a presionar el moretón.

—¡Oye!— me recriminó.

—¿Acaso no te gusta cómo te cura tu enfermero?— y pase mi mano fuertemente por toda su espalda.

—Serás maldito— escuché como gruñía de dolor. Pero se dejó hacer mientras le esparcía la crema por toda la espalda.

Qué bueno, por idiota.

—Deberías de tratarme delicadamente, soy tu novio estrella.

—Novio falso— corregí.