VOLUNTAD

I

Helena

Poco después que mi madre se fuera me quede pensando  en si mis fuerzas de voluntad serian tan grandes como para irme de mi ciudad que aunque no era la más hermosa tenia para con ella cierto apego emocional barato.

Pero sabía que tendría que irme a estudiar a Botjam para mejorar mis conocimientos, y entender más allá de lo básico, ya no cómo princesa, sino como reina de Carsott, mi madre siempre decía que como futura reina tendría que llenarme de conocimiento y sabiduría para hacerle frente a las personas y sobre todo los enemigos que ganaría por ese puesto que es tan  importante y a la vez tan mortal.

-Helena, una segunda cosa, recuerda practicar cada día tus modales para que no vayas a ser una mal educada en Botjam.

-Lo sé madre, práctico todos los días desde hace un año.- luego de eso veo que mi madre se reverencia y se va, por la puerta veo entrar a mi padre el rey.

-Señor-Dije con una leve inclinacion de cabeza.

-Helena, ve y abre las puertas del balcón para que tomemos té, preferiblemente de manzanilla para calmar tu ansiedad.

-Si señor.-Fui e hice lo que mi padre dijo, sentandome serenamente sobre una silla de madera blanca, el hizo lo mismo quedando frente a mi, mirando el hermoso paisaje de Bizar la capital Carsott con un semblante serio mientras yo servía el té.

-Helena sabes que al ser la única hereda del trono tienes que cuidar de más tu vida personal, tus estudios y tu forma fisica.-Suspiro tranquilamente para continuar hablando. - Quienes te rodeen harán de ti la persona que mostrarás al reino, por eso debes ser mas perspicaz, observadora y calculadora que los demás,  para que no pases pena diciendo idioteces como "No esperaba esto de ti".¿Comprendes lo que te digo Helena? Debes esperar lo peor de las personas siempre, así cuando te traicionen no te sorprenderás.

-Me ha dicho esas mismas palabras desde que tengo uso de razón señor, las tengo grabado a fuego en mi mente no se preocupe.

-Si fueras una plebeya tendrías solamente que contestar si o no, o serias como mínimo mandada a los calabozos por 1 semana, pero, eres mi hija, futura reina de Carsott, por eso debes hacerle frente a todas las personas que se paren frente a ti injuriando hasta el día que naciste y no debes largar ni siquiera una lágrima, no debe correr por tu rostro ni una de ellas, así tu madre y yo seamos degollados frente a tus ojos.

-Lo se señor.- Y lejos de sentir cualquier tipo de presión en mi pecho, sus palabras ya no me hacían el mismo daño que antes y eso aunque pareciera algo atroz, sabía que era un favor que mi padre me hacía y que luego se lo agradecería.

-Sabes con claridad las leyes que rigen Carsott Helena, eso lo tengo claro. Esas leyes son tu maldición y tu escudo según tu grado de inteligencia, el cual espero sea alto y sepas usar a tu favor.

-Yo también lo espero, más de lo que imaginas. -Dicho esto mi padre puso suavemente su mano en la mía.
-Se quien eres hija, por eso confío en que llevaras bien este reino dentro de un año, por eso, se que cuando la princesa Helena de Carsott cruze las fronteras de Botjam a Carsott en su regreso llegará siendo la reina excepcional que tienes que formar en ese corto período.

-Por que no se nace siendo una reina, se tiene que forjar al igual que el hierro así su asangre vaya incluida.

-Me enorgulleses Helena, no hagas que eso cambie.-Dijo levantándose y dando un beso en mi frente.-Por último no está demás recordarte que tienes que saber manejar tus emociones y controlar tu corazón, no vas de paseo a Botjam, la tendrás difícil Helena en muchos sentidos, eso te hará la Reina que debes ser y también recordarás tu cometido.