Jimin y Yoongi iban vestidos totalmente de negro. Su ropa y accesorios — junto con sus máscaras — escondían lo mejor que podían sus reconocidos rostros. Eran medidas que debían tomar en todo momento y lugar dado el precio a pagar por su fama.
Afortunadamente nadie allí se acercó realmente a ellos, porque todos esperarían que los siete viajen juntos y esa no era la ocasión.
Ambos jóvenes estaban arrastrando sus livianas maletas desde la entrada del aeropuerto hasta la puerta donde les tocaría abordar. Las manos que no sostenían equipaje danzaban unidas entre sus cuerpos, disfrutando ellos de un cotidiano y secreto momento en público.
No pasó mucho tiempo más hasta que abordaran el avión, sus boletos en primera clase les permitían un rápido ingreso y lo aprovecharon sin dudar. Se alegraron al comprobar que — tal como habían pedido — sus asientos estaban ubicados uno al lado del otro. No iban a tener un aburrido vuelo hasta Estados Unidos, ya que a unos centímetros estaría la otra persona.
Pero había un detalle que a uno lo disgustaba.
— Yoon... — murmura Jimin desde su asiento, media hora después de despegar.
Si bien sus asientos estaban pegados, los separaba una pared de plástico que simulaba privacidad para los pasajeros — sobre todo para aquellos que desearan tomar una siesta, dado que dichos asientos se convertían en una gran cama. Privacidad que Yoongi y Jimin no veían necesaria entre ellos.
— ¿Si, mi amor? — el rapero hace a un costado el libro que leía para prestarle completa atención a su dongsaeng.
En lugar de recibir una respuesta, los oídos del mayor captaron el sonido del cinturón de seguridad de su pareja desabrocharse, junto a cortos pasos asomándose a su asiento.
— ¿Está todo bien, bebé? — pregunta.
— Si, es que... Esa cosa entre nosotros es horrible. Yo esperaba estar junto a ti y tengo en cambio un pedazo de pared separándonos...
Yoongi sonríe y se sienta de forma recta —dado que su asiento ya estaba convertido en cama — y estira una mano para jalar a Jimin por su camiseta.
— Ven aquí... — murmura.
Min se hace a un lado y palmea el espacio libre junto a él, invitando al vocalista a reposar su cuerpo en ese exacto lugar. El contrario obedece con mucho gusto, acomodándose rápidamente su cabeza en el pecho de su novio, quien no duda en abrazarlo con ambos brazos.
A la mierda lo que estaba leyendo.
Cualquiera pensaría que dormir en esa posición en un avión — así sea primera clase — es lo más incomodo alguna vez visto, pero cuando dos amantes están unidos no hay forma de no disfrutar de la calidez y comodidad ajenas.
— Mucho mejor... — comenta el menor, acariciando el pecho de su novio con una de sus manos.
— Yo opino lo mismo, Minnie... — susurra. Su mirada estaba puesta en el pequeño tesoro que lo usaba como almohada, pensando en el resto de horas que les quedaban entre mimos e intermitentes siestas de avión.
Tenía todo lo que pudiera ser deseado, pero eso no se comparaba con la sensación de plenitud que lo embargó cuando se convirtió en la pareja de Park Jimin.
Quita una de sus manos del cuerpo de Jimin, dirigiéndola hacia la mesita en la que se ubicaba su celular. Lo desbloquea en cuestión de un suspiro y abre la cámara. Para esta altura su amado ya estaba dormido, pero odiaría saber que su memoria olvidara tan bella imagen.
¿Qué mejor que inmortalizar el momento con una foto? Un hermoso momento congelado, lo último que pudo hacer antes de ceder él también al cansancio de su cuerpo.
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Las Vegas, baby... [Yoonmin]
Fanfiction[𝙎𝙞𝙣𝙤𝙥𝙨𝙞𝙨] - ¿No crees que sea algo arriesgado, Yoon? - Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas, bebé... Yoongi le propone matrimonio a su novio Jimin en la icónica Ciudad del Pecado, en la que pasarán unos cortos días junto a Bangtan...