Safe Place

Mobei-Jun.

No.

Él que será Mobei-Jun algún día, ha olvidado su nombre; el original ha sido enterrado junto con el resto de lo que fue alguna vez el pequeño demonio (si es que alguna vez fue algo más que Mobei-Jun).

Ahora es solo, no, será solo Mobei-Jun, el hijo del actual Mobei-Jun, un hombre casi desconocido postrado en una cama esperando la inminente muerte, aferrándose a un trono que pronto no será suyo (ya no es suyo); pero Mobei-Jun no puede solo tomar con sus propias manos su trono, sería impropio, los ancianos del consejo no lo aceptarían tan fácilmente incluso si usara la fuerza, no, él necesita provarse como un gobernante merecedor, como un conquistador.

"El príncipe Mo, debe mostrarse digno... "

'Príncipe Mo'

Ni siquiera en corte su nombre es digno, él no es digno, sólo el príncipe Mo a veces lo es, solo Mobei-Jun lo es siempre. A veces la ira amenaza con romper sus dientes contra si mismos; a veces se pregunta como se sentiría.

Puede ver en sus ojos la duda, la incredulidad, el desprecio, la burla; su tío lo miraría de esa forma con frecuencia, incluso si ninguna fuera palabra dicha Mobei-Jun aún escucharía la mofa en sus palabras "Incluso si yo no te mató sobrino, tú algún día lo harás, eres débil... como el humano a tu que arrastras contigo" y complacido con el tumulto que sus palabras seguro provocarían en el interior de su aún muy joven sobrino se iría; pero ahí es dónde su tío erra, dónde todos los demás demonios en corte erraran también.

Su humano no es su debilidad, nunca lo ha sido.

Es lo único seguro en su vida.

Incluso si no lo admite el voz alta, él sabe el valor de lo único que realmente es suyo, siempre será suyo.

Shang Qinghua es diligente, útil, leal; mientras su rey sea fuerte Shang Qinghua se mantendrá a su lado, lo ha demostrado una y otra vez con voz temblorosa y temblando mientras ofrece algún pedazo de información o plan elaborado que beneficiaría enormemente a su rey.

Shang Qinghua desea ser el lugar seguro de su rey. Incluso si a veces pareciera todo lo contrario.

Si el aún por ser Mobei-Jun necesita artefactos de extraordinario valor entonces su humano facilitará; si necesita conquistas o victorias sobre tribus rivales su humano susurraría obscuros secretos con la misma facilidad que tiene el agua al fluir y ningún enemigo tendría oportunidad; si desea el trono de su reino, el quiere, su humano movería tierra y cielo para facilitarlo.

Es un sentimiento embriagante, tener lo que desea bajo las palma de sus manos... y al mismo tiempo es aberrante.

Incluso siendo Shang Qinghua lo más seguro en su vida es lo que más le causa incertidumbre. Qinghua es quién le ha obsequiado esta sensación en bandeja de plata; pero el próximo Mobei-Jun no tiene miedo, sin importar qué o cómo se asegurará de conservar lo único seguro en su vida dónde pertenece, a su lado.

El día en que su humano inevitablemente debiese dejar de ser suyo, 'inaceptable', como todo lo demás que le ha precedido, el futuro Mobei-Jun no permitirá que pasé.

Shang Qinghua es suyo, su cuestionable y sospechoso pero vasto conocimiento; su intrépida mente o tenaz y rápida lengua, todo lo que es el pequeño cultivador le pertenece a su rey y permanecerá así. Lo mantendrá así, no importa si eso significa que tenga que recordarle al humano a quién pertenece con regularidad.

'Mientras entienda está bien'. Se repetiría, incluso si su humano pareciera a punto de quebrarse.

No puede permitirse perderlo.

No quiere hacerlo.

El será Mobei-Jun el Lord del Reino del Desierto del Norte si eso se requiere para gobernar, tomará el título como una segunda piel; conquistará sus enemigos y humillará a aquellos que han osado mofarse o dudar alguna vez; será el gobernador despadiado que su gente desea; será aquello que se le enseño a ser, aquello por lo que nació; y aún así no puede evitar ser codicioso. Quiere ser más que solo Mobei-Jun, quiere tener más que aquello que nunca fue ni será suyo; quiere poseer.

Quiere proseer por completo a Shang Qinghua, lo único que alguna vez ha sido suyo, que es verdaderamente suyo; pero no desea ser o poseer al humano siendo Mobei-Jun, hay algo que le carcome por dentro ante el pensamiento y sin embargo añora ser alguien 'importante', imponente para el humano, no sólo el príncipe Mo ó Mobei-Jun como para con todos los demás; alguna parte profundada dentro de él susurraría conspirativa 'él yo que se perdió hace tanto tiempo' pero esos son deseos tontos, no puede ser sólo él, eso sería débil, indigno.

Él no puede permitirse ser el demonio con nombre olvidado en el tiempo incluso frente a su acogedor Qinghua... pero puede ser su rey.

Hay algo embriagante en ser su rey.

La forma en que esas dos palabras se deslizan de la delicada boca del cultivador provoca un sentimiento de superioridad abrasador en su interior, contrario a su normalmente fría naturaleza; le hace querer pararse más recto, más noble, más imponente.

Quiere imponerse, quiere dominar cada parte de su humano, su espía, su cultivador, su posesión más segura.

Tal vez nunca podrá volver a ser aquel de nombre olvidado pero siendo el rey de su humano; su tesoro, su lugar seguro, él podría  entonces ser digno, válido.

En un mundo dónde nada es suyo, ni siquiera su mismo nombre, Shang Qinghua es de alguna extraordinaria forma suyo.

No importa si asciende al trono y deja de ser el príncipe Mo, o si muere y deja de ser Mobei-Jun; incluso en muerte el seguirá siendo el único rey de Shang Qinghua.

Quiere poseerlo por completo.

Shang Qinghua incluso adornado en los colores del Norte o los de An Ding sólo le ha  pertenecido completamente a su rey, y de la misma forma sólo Qinghua es poseedor de su confianza. Incluso si este mismo no parece saberlo, está bien, su rey le enseñará.

Solo con su humano podría ser siempre un rey digno, el demonio sin nombre, él.

Solo con su Shang Qinghua podría alguna vez estar en paz.

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Pequeña nota:

Este es un poco diferente al que he subido en Ao3 pero es debido a que no puedo usar ciertas herramientas así que me tuve que adaptar jaja 😅

Cualquier voto o comentario es bien recibido y apreciado 😊✨