9. Piensa un poco, HaeRi

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Cuando escapó de esa fila interminable de caballeros queriendo bailar con ella, con pretexto de necesitar hidratarse y respirar un poco, cogió una copa de champaña de la charola que llevaba uno de los camareros y se dirigió a la terraza, se sentía algo asfixiada sí pero, también estaba algo decepcionada, quizá se pudiera decir así, había bailado incluso con Baekhyun pero Chanyeol ni siquiera se le había acercado ¿En verdad no sentía ningún interés en ella? Ahora echaba un vistazo dentro y él bailaba amenamente con So Hye...vaya quizá, ahora sabía el tipo de chica que a él le interesaba, así que volvió al borde de la terraza a mirar el jardín; eso hasta que una voz masculina la sorprendió

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—Entonces debiste decirme que hablas coreano—

—¿Por qué? Fue divertido verte intentarlo— él sonrió burlón y ella solo rodó los ojos aunque tenía una media sonrisa dibujada en los labios —entonces ¿Qué fue lo que entendiste de mi charla?—

—Básicamente que te trajeron a la fuerza a esta fiesta—

—En esencia, captaste la idea principal, eso es bueno...aunque ahora pienso que no fue una pérdida total el haber venido—

—¿Esa es tu idea de coqueteo?—

Una nueva sonrisa se formó en los labios del castaño —¿Estoy yendo por mal camino? si te invito a bailar ahora ¿Me dirías que no?—

Ella pensó un momento en Chanyeol dentro bailando con So Hye y por toda respuesta tendió su mano al más alto que la tomó de inmediato y entraron juntos hacia la pista, la pieza era lenta y les permitía cierta cercanía

—Entonces ¿Ya no es tan trágico haber sido obligado a venir?—

—Mi padre está buscándome esposa...una niña hueca y mimada, hija de su socio—

Ella asintió habiendo entendido la molestia del castaño al menos podía pensar en una chica con esa descripción en ese salón y no hizo más preguntas, la pieza siguió tranquila hasta el final y cuando a última nota sonó el alto castaño se tomó la libertad de dejar un beso en el dorso de la mano de HaeRi

—Si se pareciera un poco a ti, quizá no pondría objeción—

La pelinegra estaba a punto de responder a ello, pero se vio interrumpida por su padre que se acercaba con una suave sonrisa en el rostro —vaya parece que los jóvenes se nos han adelantado, querida veo que se han conocido ya— esto la tomó por sorpresa y hasta ahora notaba al hombre que caminaba a un lado de su padre —te presento al presidente Huang uno de nuestros nuevos socios para la división de Beijing y él— señaló ahora al castaño con quién ella había bailado recién —es su hijo mayor Huang ZiTao...el presidente Huang y yo hemos estado hablando seriamente sobre su matrimonio—

De pronto le zumbaron los oídos ¡¿Matrimonio?! sintió que se le iban los colores del rostro pero hizo lo posible por no mostrarse alterada —padre ¿No te parece algo repentino? Es decir, sabes que justo ahora—

—Lo sé, lo sé querida, ahora estás ocupada con el asunto de la residencia pero, no veo por qué no podemos comenzar a pensar en ello—

Por toda respuesta ella posó su mano sobre el hombro de su padre y acto seguido realizó una educada reverencia para ambos presidentes —si me disculpan, necesito algo de aire— y dicho eso se retiró con la cabeza aún dándole vueltas, no iba a mentirse a sí misma, estaba sorprendida y molesta también por tal acción por parte de su padre, así que salió del gran salón sin decir a nadie y se retiró del hotel

Chanyeol la vio salir y la notó algo extraña así que salió tras ella, aunque no le habló solo caminó un par de pasos detrás, ella parecía mareada aún podía caminar correctamente, sin embargo, se quedó parada de pronto en el cruce; un auto apareció de la nada y Chanyeol se apresuró hasta ella

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