Capítulo 02

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¿Quién sabe? Por ahí muertos o solo desaparecieron y quedaron atrapados por la eternidad en ese agujero ... Pensó sarcásticamente Arika con una sonrisa seca al recordar lo que pasó unas horas antes.

Vamos a viajar por unos momentos al pasado y ver que fue lo que pasó.

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El sol estaba en su punto más alto, sus rayos irradian un calor soportable e iluminaba las hojas verdes de los árboles.

Flores floreciendo, pájaros cantando y personas almorzando.

Se podían observar en un lugar despejado del bosque cuatro figuras, dos de hombres, una de mujer y otra de niña: claro son contar la sombra de un lobo que estaba explorando el lugar.

La mujer era de complexión delgada y aparentemente alta, y pechos de gran tamaño.

Su atuendo consistía principalmente en una blusa que inicia en su cuello y termina justo arriba de su ombligo, esta se encuentra abierta en el centro, por lo que deja libre una porción de su pecho y una más pequeña de su abdomen, es de un color oscuro y lleva decoraciones de franjas en otro color claro en la parte de la apertura, además de llevar una especie de corazones sobre dichas franjas, la blusa tiene también un par de grandes botones enlazados por una cadena.

Utiliza una falda bastante reveladora, la parte superior queda en su cadera y tiene la misma decoración de franjas y corazones que su blusa, el resto es de tamaño largo en color oscuro y franjas claras en las orillas, además de dejar al descubierto ambas piernas así como gran parte de la cadera, en ella lleva el emblema del Imperio Alvarez.

Utiliza una capa larga que ata con un moño entre su cuello y sus hombros y que cae hasta aproximadamente la mitad de sus piernas. Usa lo que parecen ser un par de botas altas que llegan hasta sus muslos siendo estas de color oscuro y una gran franja clara en la parte superior.

Su cabello es bastante largo y de color escarlata, es tan largo y amplio al estar desatado pero con unas ondas hechas por las cuatro trenzas que tenia antes de que su hija se empeñara en peinarlo.

Y como madre amorosa e indulgente no pudo hacer más que quitarse su enorme sombrero y dejarlo en el suelo al lado de donde estaba sentada, una manta que cubría el césped.

Sus manos son más bien garras de color oscuros, tales como las de un monstruo. Tiene una gran cicatriz en su abdomen y llevaba un bastón más alto que ella con grabados que simulan la piel de un leopardo también tirado en el piso junto con su raro pero astetik sombrero.

La niña rondaba el año de edad, pero a pesar de eso podía hablar y caminar bien, aunque todavía se le dificultaban algunas palabras. Pero eso no lo sabía nadie más que su gran lobo blanco, incluso su mamá y sus padres no sabían que podía hablar.

Quería darles la sorpresa, y hoy se las daría con una sonrisa.

Sus padres pensaban que tenía un problema o un retraso por su nacimiento, pero a pesar que la llevaron con su partera que casualmente era médica no tenía nada.

Les dolía el corazón por su querida hija, pero aún así la amaban y la animaban y ayudaban a tratar de hablar.

Tenía el pelo por los hombros, de color negro pero debido a los rayos del sol se le notaban reflejos escarlata. Sus ojos brillaban, literalmente tenía una galaxia en ellos.

Su gordita y tierna pero pálida carita era adornada por un pequeño sonrojo debido al esfuerzo que hacía hacía peinar a su madre, sus labios rojizos estaban fruncido a causa de su concentración y la punta de su rosada lengua sobresalía, era sin duda una imagen adorable a los ojos de los mayores que un poco más y no podían evitar pellizcar sus mejillas.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2022 ⏰

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