Querido Bokuto-San:
Toda mi vida me ha gustado escribir, o al menos la idea de hacerlo. Mi abuelo tenía un armario lleno de libros viejos que leyó o que pronto leería. En la misma casa había una maquina de escribir que no funcionaba, esperaba que algún día alguien la reparara y se dignara a escribir algo, dos líneas o un simple "Hola.", incluso pensamientos vacíos y sentimentales. Tenía diez años cuando pensaba en esta vieja máquina, actualmente también pienso que algún día todos vamos a sentir ese vacío, quedar inmóviles e incluso, tirados, como aquella máquina antigua, esperando a que alguien nos anhele, como yo anhelaba aquella vieja máquina.
Recuerdo cuando escribía poemas y relatos que nunca te entregué. Al parecer es una costumbre que no dejo de hacer. Recuerdo esa máquina de escribir antigua, quizás yo soy como ella, sólo que nadie me anhela.
Akaashi Keiji.
No había revisado mis mensajes desde ayer, estuve toda la mañana revisando exámenes. Luego dediqué lo que quedaba mañana a escribir.
Visualicé un mensaje de Kuroo:
- Akaashi, Bokuto está en la ciudad, Quizás podríamos vernos de nuevo. :)
Sentí un recorrido extraño recorrer por mi cuerpo al volver a leer su nombre. Quizás sólo lo deje pasar, realmente no me siento listo para verlo de nuevo. Lo extraño, no puedo evitar extrañarlo, pero tampoco quiero verlo.
- Akaashi, ¡Corre más rápido! - Gritaba Bokuto delante de Keiji.-
Él tenía una botella de vodka en sus manos. Era verano, habíamos escapado de la casa de nuestros padres. El viento se sentía más fresco de lo normal, aunque a su lado todo se sentía así. Corríamos hacia la playa, como si nuestra vida dependiera de ello, estaba tan agitado que ni siquiera podía respirar bien. Podía sentir mi corazón más de lo normal, y las mariposas revoloteando por mi estómago sintiendo la sensación de libertad. Los bellos de mis brazos se erizaban y no podía dejar de reír. Bokuto robó ese vodka de la reserva de licor de sus padres. Realmente valía la pena si podíamos olvidarnos de todo por un momento.
- Bokuto, ¡Espera! ¿Puedes correr un poco más lento? - Le grité, no podía más con el cansancio.
- ¡Ten más cuidado con la arena! -Le grité a Bokuto nuevamente.-
- ¡Lo peor que puede pasar es que te pique un cangrejo, relajate! -Me respondió.-
Luego de eso Bokuto cayó en la arena, arriba de Keiji.
- ¿En serio eso era lo peor que podía pasar?
- Al parecer no.
Podía sentir su corazón latir tan fuerte como el mío, y el color dorado del atardecer rozar con su rostro y deslumbrar sus ojos color miel.
-Me quité de encima, para luego sacar una lista de mi bolsillo y taché el enunciado: "Emborracharnos en un lugar hermoso.- Listo. -Dije cansado.-
Desde pequeño guardamos una lista de cosas que siempre quisimos hacer juntos.
El color de sus ojos eran iguales a los del atardecer. La verdad, sus ojos son el atardecer más lindo que veré en mi vida.
Guardé la foto que tenía guardada en un álbum de fotos antiguas, recordé con nostalgia aquella ingenuidad de la adolescencia. Conocerlo a él se sintió como escuchar tu canción favorita por primera vez, aunque otras veces pensar en él se siente como si le hicieran un remix con una pista de trap de fondo.
Mi lugar favorito es el mar. Cuando escucho las olas, puedo escuchar su risa.
Te extraño.
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todo vive en nuestra memoria | Bokuaka
FanfictionHistoria narrada por Akaashi Keiji. "A veces escribo cartas esperando a que algún día las leas, sigo convenciéndome cada día de que ya no estoy enamorado de ti, pero es difícil, porque ambos sabemos que es una gran mentira."