prólogo

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Tras varios años sin tener contacto pude cumplir mi sueño de enseñar literatura, algunas veces sigo jugando voleibol en las tardes, así fue como conocí a mi primer amor, Bokuto Koutaro. Escribí miles de cartas a mi amor imposible, a mi alma gemela, esperando algún día... las leyera, claramente, cartas que nunca envié. Aún recuerdo tu esencia, tu mirada y todo lo que me hacías sentir, también recuerdo el día en el que partiste.

Regreso al tiempo cada vez que recuerdo una parte de ti, puede que sea hasta lo más mínimo, hasta el más mínimo detalle de ti puede hacer recordar todo, por eso me gusta escribirte cartas. Tú eras mi hogar.

Vivimos un verano lleno de recuerdos, de risas. Fuiste mi primer amor, Bokuto. Me hiciste entender que las palabras pueden doler, las lágrimas pueden ser de alegría y el temor puede ser real. Tan real como tus ojos ámbar y tu risa, tu encantadora risa. Cada día te extraño más. ¿Recuerdas cuando escuchábamos a Radiohead para luego escuchar a Katy Perry? Te encanta Katy Perry, aunque no te gusta admitirlo. Recuerdo tu risa a través de nuestras llamadas, incluso tus bromas sobre si algún día tendríamos gatos y miles de plantas en vez de hijos, el pasado a veces puede ser cruel, pero me sigo preguntando si algún día volverás, incluso con todo el daño que sufrimos. Te extraño, hogar.

Akaashi keiji. 09 de diciembre. Kyoto, Japón.

todo vive en nuestra memoria | BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora