𝐄𝐔𝐏𝐇𝐎𝐑𝐈𝐀 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠 𝐈𝐧𝐭𝐨 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐒𝐦𝐢𝐥𝐞

──── one

❝rest❞

LOS APLAUSOS Y GRITOS DEL PÚBLICO RESONABAN con fuerza, llenando el aire de emoción y energía. Allí estaba ella, Nari, de pie frente a una multitud que la miraba con admiración y fervor. Mientras las ovaciones se desataban a su alrededor, una mezcla de nostalgia y gratitud la envolvía. Había llegado el momento que había temido, pero también deseado, de compartir su corazón con sus fans. Se encontraba en Seúl, en el último día de su Tour Nari Solo.

—1, 2, 3, annyeonghaseyo, naribnida! —saludó con una reverencia profunda, mientras el eco de los gritos crecía en intensidad. Nari miraba a su alrededor, su pecho se llenaba de recuerdos y emociones al ver las caras iluminadas por la luz de los lightsticks.

—Hoy es un día verdaderamente especial —comenzó, su voz resonando con un tono de sinceridad—. Primero, quisiera agradecerles desde lo más profundo de mi corazón. Gracias por apoyarme, por estar conmigo en cada paso de este increíble camino. Ustedes son la razón por la que puedo estar aquí, y sin su amor y aliento, no habría logrado alcanzar mis sueños. También quiero agradecer a mi maravilloso staff, que ha trabajado incansablemente, poniendo su corazón y alma en cada presentación. Sé que algunas personas no pudieron venir hoy, pero su amor y apoyo siempre serán apreciados y llevados en mi corazón.

Nari tomó un momento para respirar hondo, sintiendo la conexión palpable con su público. Luego, continuó:

—Y... ustedes se volvieron parte de mi, son mi familia, personas que me apoyaron y me apoyan en todo momento, y verlos aqui a todos hoy...con una mezcla de emociones, quiero compartir algo importante. He tomado una decisión que no ha sido fácil, pero es necesaria. Quiero anunciar que... tomaré un descanso.

Las exclamaciones de sorpresa del público se hicieron eco, llenando el estadio de murmullos y lágrimas. Había estado trabajando sin descanso durante más de cinco meses: el comeback, las grabaciones, las promociones, las sesiones de fotos, los programas, los fan meeting, los MVs; apenas había tenido tiempo para comer y dormir. Fue su manager quien, al notar su agotamiento, había decidido llevar el asunto al CEO, y tras discusiones, se tomó la difícil decisión de que necesitaba un descanso. Aunque no fue fácil aceptarlo, Nari sabía que era lo mejor para su salud física y mental.

—Esto no significa que me iré para siempre. No es un adiós... —las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos mientras hablaba, tocando el corazón de muchos en la audiencia

—. Prometo seguir activa en redes sociales y seguir hablando con ustedes. Pero también quiero que me prometan que se cuidarán y que continuarán persiguiendo sus propios sueños, ¿de acuerdo? —Se detuvo, intentando recomponer su voz mientras sollozaba suavemente, su dolor resonando en el micrófono.

—¡Unnie, te queremos! —gritó una fan desde el fondo, y su voz fue seguida por un estruendo de apoyo.

—¡Unnie, fighting! —el aliento del público se unió en un canto lleno de amor y aliento. Nari sonrió, una mezcla de tristeza y gratitud llenando su corazón.

 —¡Les prometo regresar mejor que nunca! —exclamó, y el estadio estalló en vítores, con las fans levantando sus lightsticks en un mar de luces brillantes.

Con una señal a su equipo, comenzó a sonar su última canción, y el confeti cayó del techo, creando un espectáculo deslumbrante que quedaría grabado en la memoria de todos. Más tarde, tras el concierto, Nari se dirigía a su departamento, sintiéndose exhausta, pero satisfecha. Había sido un día agotador, pero también uno de los más significativos de su carrera. Al bajar del auto que la había llevado desde el concierto, Logan, su manager, la siguió, cerrando la puerta detrás de él.

—Descansa todo lo que puedas. Tu vuelo sale mañana —le dijo, la preocupación en su voz era evidente—. ¿Ya sabes dónde te hospedarás? Puedo conseguirte un hotel ahora.

—No te preocupes, ya lo tengo resuelto —respondió ella, sonriendo con confianza.

—¿Estás segura? No me importaría ayudarte. —Logan sacó su teléfono, listo para buscar opciones.

Nari sonrió ante la preocupación de Logan. A diferencia de otros managers, él la trataba como a una hermanita. Se acercó a él y lo miró a los ojos.

—Logan, estaré bien, de verdad.

Él suspiró, preocupado por su bienestar. Tanto él como su esposa, Yura, se habían encariñado mucho con ella.

—Está bien. —Logan la abrazó con cariño antes de recibir una llamada de su esposa, lo que le dio una razón para irse.

—Cuídate, mañana te llevaré al aeropuerto. Descansa —le dijo, mientras se alejaba, dejando a Nari sola con sus pensamientos.

Sintiéndose cansada, Nari decidió prepararse un té antes de irse a descansar, pero primero debía hacer una llamada

En otro lugar, un pelinegro observaba el concierto en su computadora, sonriendo con satisfacción. El sonido de un nuevo mensaje en su teléfono llamó su atención. Miró la pantalla, sonriendo al ver quién era.

—Hola, Nari.