El día más feliz de mi vida

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:Narra Romano:

Bien, lo primero es lo primero. Puede que ya me conozcais, pero si no es así me presento y ya: Me llamo Lovino Vargas, representante de Italia del Sur y hermano mayor de Feliciano Vargas. También, desde hace más de un año, soy pareja de Antonio Fernández Carriedo, al que yo llamo bastardo de los tomates o bastardo a secas. Hace unas semanas tuve unos días bastante extraños... Bien, si queréis enteraros de lo ocurrido más vale que prestéis

atención, por que no pienso repetirlo, ¿Ya?


Todo comenzó a cosa de las... 3 de la tarde del 13 de abril de 2015, dentro de una semana sería nuestro primer aniversario como pareja. Yo me preguntaba como demonios un año podía pasarse tan rápido y Antonio llevaba una semana de aquí para allí descansando solo para comer, estar un rato conmigo y para dormir por la noche. Cada vez que tenía la ocasión intentaba averiguar el por que de ese comportamiento, pero el muy hijo de Iberia sabía cambiar de conversación de manera muy discreta... A veces no lo entiendo, para algunas cosas es un total retrasado y para otras es todo un maestro.

Total, un día, cuando estaba a punto de irse de nuevo, le agarré fuertemente del brazo. Según tenía entendido, la base de una relación es la confianza.


Romano: No se que cojones tienes entre manos, pero estoy harto de que no me cuentes nada

España: Lovi... Estoy seguro de que vas a acabar entendiéndolo. Solo te pido que esperes un poco más.


Con eso, libró su brazo de mi agarre y salió prácticamente corriendo de nuestra casa...

Por algún motivo, me sentía como una mierda.

Al rato, decidí dejar de darle vueltas al tema y confiar un poquito más en Antonio, seguramente tendría sus

razones para estar ocultándome algo, ¿No?.  Efectivamente, las tenía, pero no fue hasta el día 20 de abril cuando lo descubrí (En el día de nuestro aniversario).


Romano: 3, 2, 1...

Allí estaba yo, sentado en el sofá con una caja con unos agujeritos en la parte superior a mi lado y contando los segundos para que Antonio

volviera a casa, ciertamente no podía verme más patético.

España: ¡S-Siento la tardanza, Lovino! ¡Mi jefe me ha obligado a terminar todo mi trabajo!


Ciertamente no entendí muy bien por qué se preocupaba tanto, es decir, era la primera vez que llegaba puntual en su vida. Fingiendo molestia, negué con la cabeza y le indiqué que se sentara a mi lado mientras abría la caja que aún estaba a mi lado. De esta misma, saqué un pequeño gatito de tonos marrones y ojos azules, además, tenía un lazo rojo en el cuello.


Romano: Feliz aniversario, Antonio...

España: Aww~ ¡Muchas gracias, Lovino!


Antes de tomar el pequeño felino entre sus brazos, besó mis labios cariñosamente... Me costaba admitirlo, pero me encantaban los besos de ese jodido bastardo.

Durante un poco estuvo jugando con el animal, como tratando de acostumbrarle a que era su dueño y luego lo dejó en el suelo, para dejarle explorar la casa libremente y se acostumbrara al lugar.


España: ¿Estás preparado para recibir tu regalo, Lovino?

Romano: Claro que estoy listo, idiota.


La verdad es que no estaba listo, ni de lejos podía estarlo. Aquella iba a ser una de las mayores sorpresas de mi vida, y quizás la más importante. Antonio metió una de sus manos en el bolsillo de su pantalón y sacó de este una cajita roja, la cual abrió, mostrando un anillo de compromiso.


España: Lovino Vargas, ¿Aceptarías casarte con este bastardo de los tomates? Ya se que no soy la mejor persona del mundo, ni mucho menos. Tengo muchísimos defectos que se que no te gustan, pero si aceptas prometo mejorar en todo lo posible. Quiero que podamos ser felices juntos... Mejor dicho, quiero que seas lo más feliz posible a mi lado.


¿Entendéis ahora el por qué no estaba listo? Esas palabras me llegaron realmente a lo más profundo de mi ser y eso que no soy una persona que demuestre mucho sus sentimientos... Pero eso merecía realmente la pena. Un par de lágrimas se escaparon de mis ojos, recordé por un momento mi infancia, había momentos en los que pensaba que siempre iba a estar solo ya que no le agradaba a las personas por mi forma de ser, pero la verdad es que no podía estar más equivocado.


Antonio mencionó que no me agradaban sus defectos... ¿Pero que debía decir acerca de los míos? Soy una persona poco cariñosa, violenta en ciertas ocasiones, avaricioso, celoso... A mi lado él era el ser más perfecto que podía existir y realmente no podía entender el por qué me había escojido a mi pudiendo tener a cualquier mujer u hombre a su alcance.


Romano: ¿C-Crees que podría decirte que no?...


Tan solo estaba siendo sincero, supongo que no estaba mal de vez en cuando.

Antonio sacó el anillo con cuidado y lo puso en mi dedo anular, luego me dió un fuerte abrazo, el cual correspondí sin dudarlo.

Definitivamente, aquel fue el mejor día de mi vida.

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⏰ Última actualización: May 04, 2015 ⏰

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