Joya

4.1K 392 31
                                    


Kokonoi Takemichi era conocido por ser futuro heredero de una gran fortuna por parte de su padre, pero también es muy conocido por ser lo único que su padre Hajime — el hombre más obsesionado con el dinero que uno pueda conocer — no cambiaría por nada, aunque le propusieran vender a su hijo por todo el dinero del mundo él nunca lo haría, claro que también pensaba que su omega Inui Seishu le sacaría la mierda por hacerlo, no no no, él aún no estaba listo para morir, no al menos de que le haya dejado una buena vida — y herencia— a su primogénito.

La pareja cuando era joven se enamoraron, aunque Seishu fuera marcado por la sociedad como un omega defectuoso por su falta de feromonas y características de un omega común, a Hajime no le importaba, cosa que fortaleció el lazo de ellos dos. Como era "defectuoso" la probabilidad que tenía para preñarse era nula, por eso no le importaba la protección al momento de tener relaciones. 

Después de una semana de tener relaciones, Seishu se encontraba mal, típicos malestares que tenía las personas al comenzar su cinta, pero no estaba seguro, no quería ilusionarse, porque su pobre corazón no aguantaría el dolor de no poder darle cachorros a su alfa, aunque Koko le había dicho que eso no le preocupaba sabía muy en el fondo que sí quería tener por lo menos uno. 

Los malestares siguieron, así que decidió hacerse una prueba, aprovecharía que su pareja había viajado al extranjero por unos asuntos de su empresa de inmuebles. Al terminar los exámenes de sangre y de orina le comunicaron que al siguiente día por la tarde ya tendrían los resultados listos, mentiría si dijera que no estaba nervioso, toda la noche no pudo pegar el ojo, su mente solo rondaban si en verdad estaba en cinta o tendría otra cosa. 

Ya tenía los resultados en sus manos, tratando de mentalizar las cosas, sea cual sea el resultado tendría que estar preparado para lo peor. Saltó todos sus datos personales, como su nombres, su tipo de sangre, etc, eso era lo último que le importaba. El resultado lo dejó impactado, sus ojos empezaron a derramar lágrimas.

OMEGA EMBARAZADA/O

EMBARAZO : 1 SEMANA APROX.  

Solo podía agradecer a todos los dioses que existían, para él tener un cachorro era un sueño, que al fin se le estaba cumpliendo. Hajime regresó a casa después de 3 días de que Inui se hizo la prueba, su omega lo recibió con alegría, como siempre lo hacía, solo que esta vez sonreía más y parecía un completo sol porque su sonrisa se podría decir que soltaba pequeños destellos de luz. Este le preguntó del porqué estaba así y solo le dio una pequeña cajita morada  con un lazo de color rojo con pequeñas estrellas doradas de detalle. Lo abrió extrañado y abrió la hoja que se encontró al abrir la caja, lo leyó y muy sorprendido miró a su omega quien solo estaba soltando pequeñas risitas mientras se secaba las lágrimas que se asomaban en sus ojos, bajo su mirada hacia la pequeña caja porque notó que ahí había algo más, notó unas pequeñas botas de lana color amarillo patito, bajó la mirada y no se había dado cuenta que estaba llorando hasta que su omega levantó su rostro con delicadeza limpió sus mejillas húmedas. Sin duda ese día había sido el mejor.

Un 25 de junio en la madrugada Seishu le iniciaban las contracciones, sentía no podía más y que en cualquier momento mataría a Kokonoi por no usar protección aquella vez, los minutos pasaban y el dolor era insoportable, lo peor de todo es que su dilatación se conservaba en 8, el pequeño bebé no quería salir del vientre de su madre, Inui solo maldecía por dentro que su pequeño hijo no colaborara en salir. 

El reloj marcaba al medio día y un impaciente alfa se encontraba afuera de la sala de parto esperando a tener noticias de su pareja e hijo. Hasta que un grito desgarrador se hizo presente se imaginó lo peor, por suerte no pasó nada malo y era solo Inui gritando que su pequeño cachorro había salido, nada grave ¿verdad? 

Lo llamaron para poder ver a sus parientes, al ver a su omega cargando a su cachorro le llenó de ternura, se asomó a ver a ese pequeño bulto en brazos, sacó el cabello azabache de su padre, sus ojitos se mantenía cerrados tratando de buscar el pecho del omega para lactar, hasta que su madre le ayudo a que mamara, se sorprendieron el apetito voraz que tenía.

"Pero que tragón"— pensó Kokonoi. 

Los siguientes años era felices para el pequeño Takemichi, sus padres lo querían mucho y a pesar de la gran fortuna que poseía jamás se comportaba de una manera tan caprichosa, siempre mantenía su simpleza y humildad, obviamente virtudes que le enseñó su madre. 

También sabía que a medida que iba creciendo sus padre se volvía más celoso con los niños de su edad, solo basta decir que una vez un niño de 5 años le regaló una flor a Take de 4 años y Hajime solo quedo mirando al niño con un aura amenazante haciendo que el niño saliera corriendo llorando por el miedo que transmitía el alfa, y a la hora de saber su segundo género  rogaba en ser un alfa y así su padre no sería tan intenso en sus cuidados, pero si la suerte estuviera del lado de Takemichi él no sería Takemichi, solo puedo ver que sus resultados arrojaron que era un OMEGA.

Si de por sí su padre era intenso antes, ahora era el triple a pesar de Inui siempre terminaba regañando a Koko este no cedía a bajar su intensidad de protección, Takemichi sabía de la belleza que poseía y que atraía a muchos alfas pero no le interesaba, bueno no hasta que apareció un chico nuevo en su escuela, Sano Manjiro, o también conocido como Mikey, era un alfa de un grado mayor que él, se conocieron cuando Takemichi era acosado por un grupo de alfas, Manjiro lo defendió y pudo notar la fuerza que cargaba el chico, ahí sintió que su corazón era flecado por la flamante sonrisa que cargaba el de cabello rubio cenizo con unos ojos negros tan profundos e hipnotizantes. 

Koko se preguntaba del porqué su primogénito se demoraba tanto en llegar a casa, la primera vez que lo notó fue cuando llegó temprano a casa y solo se encontraba su omega, preguntó por su hijo y solo le respondió que había salido con un amigo. Esas palabras retumbaban por la cabeza del empresario multimillonario que tenía plata para comprarse lo que se de la gana 

un amigo...

Un amigo... 

¡UN AMIGO!

Su alamar llamada "Proteger a su bebé de cualquier alfa infeliz que se le acerque" se había encendido, dando paso a un Koko serio mirando a su esposo de mala manera, Inui solo le decía que no sea tan intenso, por esa vez iba a mantenerse en calma. 

Pero no podía, ya era una semana que su cachorro llegaba tarde a casa, un día no fue al trabajo solo para quedarse en casa y saber quien era la persona quien llevaba a su bebé por el mal camino. Solo notó que su hijito bajaba de una motocicleta de un chico, chico que reconoció de inmediato. 

Era Manjiro Sano, hermano y futuro heredero de la compañía Sano, una gran compañía de celulares. Aunque sea de su estatus social — re clasista el alfa— no le gustaba nada la hora de llegada de su bebé, y estaba seguro de que el alfa influía en eso. 

 — ¿De dónde vienes? - dijo parado detrás de la puerta mientras veía a su hijo sobresaltarse por su repentina aparición. 

— Pa- papá, solo salí con un compañero de colegio. — respondió mientras soltaba pequeñas risas nerviosas y su padre lo miraba con una ceja alzada. 

— Claro, mañana quiero que regreses temprano del colegio, no quiero que te vayas con ese bueno para nada. — dijo con un tono molesto para irse a acostar en su habitación, su esposo había salido hacer las compras para cena, su apetito se había dio de solo ver a su bebé siendo besado por ese alfa tan sin vergüenza. 

AÚN NO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora