"Alcohol y cigarros."

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Tom saltó de su cama asustado, nervioso, con taquicardia y gotas de sudor excurriendo de su frente. El mismo sueño de hace dos días, en donde ese chico de sudadera roja volvía a la casa y todo era como antes.

Se recostó de nuevo y pensó en porqué tuvo que ser justamente él al que tuvieron que dejarlo abandonado y solo. Lágrimas caían por sus mejillas. Sin controlarlo rompió a llorar sin más, hasta quedarse sin aire.

No le quedo de otra que sacar su respectiva licorera con smirnoff, bebiendo una gran cantidad de esta. Pensado y pensando con la mente en blanco.

Se levantó y limpió sus lágrimas, se acercó a la puerta con el propósito de salir y buscar algo para picar. Vió por última vez el arpón, soltó una última lágrima y salió de su habitación.

[...]

Edd le recibió junto a Matt, los dos estaban desayunando, Matt helado de chocolate y Edd cereales de colores con leche servida en un tazón con una cuchara para tomar de esta.

- ¿Cómo dormiste? - Rompió el silencio Matt.

Tom se limitó a ignorar la pregunta y tomar una galleta de un tazón, para luego irse y cerrar la puerta de la casa con brusquedad, haciendo que el golpe suene en todo el lugar.

El chico fanático de la Coca-Cola bufó del enojo y la tristeza por el comportamiento de su amigo. Al parecer el creía que cuando Tord se había ido después de lo que pasó, el britanico iba a emocionarse o tal vez su estado de ánimo iba a mejorar.

Pero fue lo contrario, su alcoholismo empeoró y su estado emocional se convirtió en un verdadero problema.

Mientras tanto con el británico, este se dirigía al bar. Para contarle sus problemas a su querido amigo el alcohol. Ahogarse en este hasta el punto de alucinar las cosas más locas.

Y eso fue justo lo que ocurrió, ahora él se encontraba hablando con un extraño chico punky.

- Y eso... - Dió una pausa. - Fue lo que pasó, ¡Hip! - El chico suspiró y simplemente le dió unas palmadas en la espalda y se fue del bar. Sin embargo Tom siguió intentando hablar con alguien para no sentirse solo.

- Heyy, ¿cómo te... - No alcanzó a dialogar ni una palabra, la persona ya se había ido.

- Hoo... - Se fue de nuevo. - Urgh. -

Se sentó en una mesa alejada al resto para seguir tomando alcohol sin nadie, se había rendido. Miró su reflejó en el líquido que estaba tomando y pensó con poca claridad.

"¿Qué ha pasado conmigo?".

Y ahora había empezado a recordar toda su vida en un abrir y cerrar de ojos.

Desde sus lindos recuerdos de sus tres amigos en primaria, hasta la muerte de sus padres. En donde no volvió a ser el mismo niño alegre de antes que creía en el conejo de Pascuas y le gustaba la navidad. Porque ahora no tenía a nadie con quien pasar esos días festivos, que solían ser alegres, pero ahora solo era alcohol.

- Ayy... Alcohol. ¿Qué haría sin ti? - Dijo mirando aquella bebida, cerrando sus ojos de repente, quedándose profundamente dormido.

Se encontraba en un bosque brillante y tranquilo. Como si se tratase de un cuento de hadas. Una silueta blanca se le acercó.

- Debes olvidarlo. - Le remarcó rencoroso.

- No puedo... - Se comenzó a ahogar. - ¡Él no sale de mi cabeza! - Le rodeaba una baba negra, que no tardó en sumergir su cuerpo menos su cara. No lo veía muy bien, pero frente a él se encontraba alguien gritándole.

Intentó alcanzarlo con su mano. Estaba tan cerca. Pero no lo suficiente.

"Tom, ¡Tom! ¡TOM!"

Abrió sus ojos lentamente sin poder centrar la vista a algo en especifico

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Abrió sus ojos lentamente sin poder centrar la vista a algo en especifico.

‐ Estoy... ¿Muerto? -

- Ajá y yo soy tu ángel guardián. - Bromeó. - Levantate. -

Abrió sus ojos y con claridad lo vio.
Era Tord. Después de tanto tiempo estaba allí, parado frente a él.

- ¿Tord? - Ya había reaccionado y estaba perplejo. Se levantó y se encargó de confirmar si era él.

Tenía un ojo completamente negro y su pupila era roja, la mitad de su cara estaba desfigurada y quemada. Tenía un notorio brazo robótico y unas vestimentas raras. Había cambiado después de lo que pasó.

- ¡¡MALDITO IMBECIL!! - Lo golpeó en la cara y se tiró encima de él para empezar a golpearlo una y otra vez.

- ¡Tom, para! - Le pidió el noruego tomando sus manos con fuerza.

Tord abrió sus ojos y lo miró. Estaba llorando. Dejó de hacer fuerza y Tom lo miró a los ojos.

- Lo arruinaste todo. - Dijo entre llantos. - Edd y Matt te extrañan. Ellos confiaban en ti. Y tú tal vez nunca me caíste bien, pero te soportaba y no me molestabas tanto. Pero por lo que veo eres un ser despiadado y cruel... Jamás te perdonaré por abandonarnos y traicionarnos de esa manera. - Siguió llorando.

- Tom, quiero arreglar todo. - Una mueca de tristeza se tornó en el rostro de Tord. - Pero no se como. Tengo miedo. - Tom lo miró por un momento y se levantó para luego ofrecerle una mano para poder levantarse.

- Vamos a casa. - El alcohólico empezó a caminar para que el otro le siguiera. - Espero que los chicos se alegren de verte, porque yo estoy muy molesto. - Los dos caminaban rumbo a la casa que antes compartían.

 - Los dos caminaban rumbo a la casa que antes compartían

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Trabajo Sucio (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora