Apagué el celular luego de aquello, volviendo a recostarme para dormir. (Claro, no sin antes secar mis ojos con mi puño cerrado, casi furiosamente, pareciendo una nenita de 5 años.)
Dí vueltas y vueltas, tantas, que me caí de la cama un par de veces, por mi torpeza. De todos modos, Benjamín no se despertó, así que no me preocupé. Cuando ya me estoy hartando, me siento en la cama y miro la hora. 5:53 a.m. Estuve tres horas y media tratando de dormir. Suspiré y me levanté, prendiendo la luz. Como el invierno ya se acerca y, además, está nublado, hace algo de frío y aún es de noche. Me visto perezosamente con mi jean negro, botas, una camiseta y un buso con capucha que me queda grande. Voy al baño a tratar de peinar mi cabello, aunque es más o menos una misión imposible. Ignorando las quizá demasiado notorias ojeras que tengo, bajo a la cocina y dejo en la mesa una nota diciendo que voy a salir. Me pongo la capucha y salgo de la casa silenciosamente. Meto mis manos en mis bolsillos temblando levemente de frío.
Sólo camino en línea recta. No sé muy bien a dónde estoy yendo. Saco mis manos para mirarlas, y noto que están muy pálidas. Casi tanto como lo eran las de Michael.
Sentí, como si me hubiesen pateado en el estómago, que soltaba todo el aire que había en mis pulmones, de golpe. Entonces, ya sé a dónde ir.
Cuando llego, observo que al lado de la enorme reja que hay en la entrada, hay un puesto de flores. Un señor bastante mayor está a cargo de aquel puesto. Me dirijo a él con las piernas doliéndome, como duras, como si me asustara hacerlo. Luego me arrepiento, pienso que a Mikey no le gustarían unas flores. Volteo observando el lugar del otro lado de la reja y entro, si es que se le puede decir así ya que estaba al aire libre, al cementerio.
Me aproximo a la lápida que tiene grabado en ella con letra cursiva el nombre Michael Gordon Clifford, con el dolor de mis piernas aumentando, y me arrodillo en frente de ella apoyando mis manos en mis muslos.
"Umh... hola Mikey" dije sonrojándome, me sentía algo tonta hablando con una lápida. Cierro los ojos unos segundos y cuando los abro miro abajo, imaginando que mi mejor amigo de la infancia está en frente mío, escuchándome. "¿Cómo está todo, en donde sea que te encuentres? espero que bien, porque acá no." suspiro sin levantar la mirada, aún imaginando a Michael sentado en frente mío, mirándome. Juego con mis dedos y pestañeo sintiendo mis ojos arder. "Me siento algo sola, ¿sabes? mis demás amigos son unos idiotas. Además creo que mi hermano me odia." niego con la cabeza. "Aún no le dije a Ash lo que habíamos planeado." sonreí, recordando el escándalo que hizo Mikey cuando le conté que estaba enamorada de Ashton, y cuando me hizo prometer que le diría lo que siento lo antes posible. "De todos modos él ha vuelto a estar con Luke. No sé nada de Cal hace varios días. Y no tengo más amigos, así que.. no sé. Me gustaba cuando me sentía mal y me abrazabas, Mikey. Aunque ya no puedes hacerlo." Levanté la mirada y, por medio segundo, lo ví, a él, sentado en frente mío. Sentado como indio, sus manos apoyadas en sus pies y con una hermosa sonrisa en su cara, mirándome. Caí de espaldas al verlo; aunque el impacto no fue tan fuerte, ya que no estaba parada cuando me caí. Apoyé mis codos en el piso, así levantando la cabeza para ver que ya no estaba. Me paré temblando, seguramente más pálida que antes, y lo busqué por todos lados con la mirada.
Al no encontrarlo, grité.
"¡MICHAEL!"
Y me largué a llorar, ahí, en el cementerio vacío, sollozando como una nena chiquita.
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he likes boys ☹ ashton. {pausada}
FanfictionDe todos los chicos que hay en el mundo, he tenido que enamorarme de mi mejor amigo, mi mejor amigo gay.