CAPÍTULO XI

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Habían pasado dos días desde que el agente Curtis vino a visitarme, ese alfa era muy desagradable a veces, sobre todo porque siempre repetía que Harry en realidad no es mi alfa y eso nos hacía molestar tanto a mí como a mi omega.

La campana que sonaba a las seis de la mañana sonó y me sacó de mis pensamientos. Dejé mi almohada sobre mi cama y pronto las puertas fueron abiertas, incluso la mía. Fui el primero en salir, ya que siempre despertaba diez minutos antes de la campana y me daba tiempo para cambiarme rápido.

Saludé cordialmente a todos los omegas que veía y fui rápidamente a los baños para poder así lavarme la cara y los dientes, al abrir mi casillero donde se encontraban mis cosas, fui empujado por dos omegas. Creí que fue de casualidad y lo dejé pasar.

Una vez terminé de lavarme, volví a guardar mis cosas y esta vez mi casillero fue cerrado antes de que yo pudiera acomodar mis pertenencia.

— ¿Cuál es tu problema? — volteé fastidiado a mirar a ambos omegas.

— No es nada personal, lo siento. — ambos se miraron antes de acorralarme y comenzar a atacarme.

Intenté salir de ahí, sin embargo parecía imposible. Nunca creí que los omegas podíamos ser tan fuertes. Recibí un golpe en la nuca y eso hizo que empiece a ver borroso, los oídos me pitaban y comencé a desvanecerme de a poco. Escuché cómo ambos maldecían y se alejaban rápidamente. Me quedé tirado en el piso, perdiendo lentamete la conciencia.

[...]

Abrí lentamente los ojos y caí en cuenta de que me encontraba en mi habitación. Sentía la boca seca, me moví con cuidado por mi cama y me sorprendió ver a Zayn sentado frente a mi cama, estaba durmiendo y se veía claramente cansado. Vi como fue abriendo los ojos de a poco y nos quedamos mirando fijamente, pronto su mirada se volvió dura y yo bajé la mirada.

— Bueno, veo que despertaste. Es hora de largarme. —  se levantó de la silla en la que se encontraba.

—  No, espera. Gracias por traerme quí, esos omegas me dejaron tirado ahí.

—  ¿Cuáles omegas?¿A los que golpeaste y ellos tuvieron que defenderse?

— ¿Qué? Yo no los golpeé, ellos vinieron y yo...

—  No te creo, además ellos tienen pruebas de que tú los molestabas. La verdad creí que el estar aquí iba a ser como un escarmiento par tí, pero veo que no aprendiste absolutamente nada. 

—  ¡Yo no les hice nada! ¿Por qué no me crees?—  mi voz se quebró.

—  No te hagas la víctima, ¿Quieres? nadie cree en ti por tu historial. La superiora te dará un buen castigo, ella estaba furiosa. Provecho con eso y una cosa más. —   se acercó a mí y murmuró. —  Ojalá te quedes aquí para siempre. —  soltó una pequeña risa y luego se fue.

Me dejé caer de nuevo a mi cama. Me sentía adolorido, tanto física como emocionalmente. Era en estos momentos donde extrañaba a mi mamá, aunque sé que ella a duras penas me hubiera consolado, pero al menos hubiera acariciado mi cabello hasta quedarme dormido. Me hice bolita sobre la incómoda y dura cama mientras las lágrimas caían, mojando así mi almohada.

Escuché que tocaron la puerta y luego la abrieron, no me inmuté y simplemente ignoré quien sea que fuera. Sentí que se sentaron a mi lado y una mano acarició mi cabello.

— Vine tan pronto como me llamaron.

— No era necesario que venga y por favor, no me toque. — volteé a ver al agente Curtis.

— Lo lamento, fue mi instinto. Así que, ¿qué le hiciste a esos omegas?

— Nada, lo juro. Ellos simplemente llegaron y me acorralaron, me golpearon para luego dejarme tirado en el piso. Yo solo estaba guardando mis cosas en el casillero, debes de creerme. — lo miré fijamente, con la mirada suplicante.

「𝙇𝙤𝙪」©ミ 𝙇𝙖𝙧𝙧𝙮 𝙎𝙩𝙮𝙡𝙞𝙣𝙨𝙤𝙣 (𝙎𝙞𝙣 𝙚𝙙𝙞𝙩𝙖𝙧)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora