Luna
Hola, me llamo Luna. Dejadme que os cuente cómo empezó todo:Yo tenía 7 años; mi hermana Sol solo 5 y unos pequeños problemas de memoria que, según los médicos, desaparecerían en poco. Vivíamos nuestra vida felices con dos maravillosos padres en la ciudad de Madrid, España. Algo especial de nosotras es que, recompensando a mis padres por su amabilidad hacia los dioses, estos les dieron a una de sus hijas el poder del Sol y a la otra, el de la luna. De ahí nuestros nombres.
Un día, nuestra vida cambió. Nuestra madre murió ese mismo año por una enfermedad rara que detectamos... demasiado tarde. Nuestro padre se volvió a casar con una tal Sofía, pero desde el principio supe que solo estaba aquí por nuestro padre y que nos aborrecía. Cuando no había pasado ni un mes, escuché una pelea entre mi padre y Sofía. Lo siguiente que sé es que mi padre me dijo que tuviese cuidado con Sofía y al momento, cayó inmovil en el suelo. También había muerto.
Mi padre era una persona muy rica, y al escuchar que todo su dinero iría para mí y mi hermana, Sofía se volvió loca y comenzó a atacarnos. Antes de que nos pasase nada grave, los dioses nos sacaron de esa situación y nos llevaron a Los Ángeles, ya que estaba lejos. Una vez ahí, nos explicaron que Sofía estaba casada con Orauco, el dios de los infiernos y que solo estaba casada con mi padre por su dinero. Ahora nos quería matar para consegurlo. Después de esto, nos llevaron al orfanato más cercano y nos dejaron ahí. A Sol por fin se le quitaron los problemas de memoria y estábamos viviendo bastante bien. Aunque nosotras no lo sabíamos, Sofía nos estaba buscando con la ayuda de Orauco, y después de 2 meses lo consiguió. Estuvimos luchando contra ella por 2 semanas, hasta que los dioses nos volvieron a mudar; esta vez a Manhattan. Para que no no volviese a pasar lo mismo, pusieron una barrera sobre el orfanato y un par de barrios de alrededor. Esta barrera hacía que ninguna persona con intención de dañarnos pudiese pasar. Para entonces, yo solo tenía 7 años. Fue un momento difícil que me marcó durante el resto de mi vida.
Ahora, ya han pasado 10 años desde el "incidente" y, aunque Sol no se acuerde bien y sea una persona sociable, extrovertida y alegre, yo confío menos en las personas, y no suelo hablar con gente más allá de mi hermana.
Llevo 7 años colada por un chico de mi instituto y me he dado cuenta de que este es el último año que tengo para que aunque sea me hable. Aunque sea un tanto observadora para asegurarme de no juntarme con posibles cómplices de Sofía, le he visto varias veces pasear por los barrios protegidos por la barrera. Le veía a lo lejos y sabía que era el indicado.No sabía qué hacer, y me daba vergüenza decírselo a nadie, porque, más allá de los libros y el piano, mi única amiga era mi hermana, a la que no iba a decir nada ya que... ¡Soy Luna! No hablo con ella a no ser que Sol haya roto con su novio y se haya enamorado de otro tío o porque haya leído un buen libro que me pega que se lea. Además que Sol estaba pasando por un mal momento entre amigas, donde una de ellas se burlaba de sus poderes y la llamaba bicho raro por ello. Sus palabras exactas fueron que si no existiese la ley ni la cárcel, ya le habría tirado una bola de fuego en toda la boca. En resumen, no quería molestarla.
Mi última opción fue pedirle consejo a Anit, la diosa del amor. Ella me dió un único consejo, del que al principio no estuve del todo segura pero, luego me dí cuenta de que ella era la experta rompecorazones; esa que sabe juntar la cabeza y el corazón para una solución razonable en la que no saldrá herida.
Sabía que no me quedaba otra opción: tenía que hablar con mi hermana.
ESTÁS LEYENDO
Sol y Luna
FantasyDos hermanas se embarcan en una aventura para averiguar su pasado. Una tiene el poder del sol; otra, el de la luna; pero lo que no tiene ninguna son padres. ¿Conseguirán salir de la barrera sin acabar heridas?