¡Sorpresa!

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Kaji jamás había imaginado la enorme dicha que sentiría al tener a su propia hija en sus brazos, aquella pequeñita llena de vida y carácter, una pequeña copia tanto de él como de Michiko. Una bebé que para él era la mujercita más perfecta del mundo.

"¡Oh! ¡Estornudó! ¡Estornudó! ¡Dio un pequeño estornudo!". Se emocionó, con la pequeña entre sus brazos, sentado en la silla de ruedas.

Sus piernas habían vuelto a debilitarse tras haber estado un par de días inconsciente después de la cirugía, pero ya había pasado un mes de eso y había comenzado nuevamente a recuperarse de a poco, y la pequeña Himiko ya pesaba 2.500 y era muy saludable.

Aquel mismo día iban a darle de alta a los dos.

"¡Oh! ¡Volvió a dar otro pequeño estornudo! ¿Lo viste? ¿Lo viste?".

"Si, ya lo vi, cariño, ella es hermosa hasta para estornudar...". Michiko, que estaba guardando las pertenencias de Kaji en un bolso que estaba sobre la cama de la habitación individual del hospital, se volvió hacia él, se inclinó y lo besó intensamente en la boca, tomándolo suavemente por el mentón, y Kaji le devolvió el beso, cerrando los ojos mientras sostenía a su hija contra su pecho. Luego de unos segundos, Michiko apartó sus labios de los de él y se quedaron mirando directo a los ojos, sintiendo mucho amor entre ellos dos. "Te amo, mi omega, hiciste un buen trabajo".

"Gracias, demonio...". Cerró los ojos y nuevamente recibió sobre ellos el apasionado beso de su amada alfa mientras la niña se dormía profundamente en los brazos de su padre.

Más tarde, en el departamento de cirugía...

"¡Atención! ¡Ahí llega la pequeña Himiko!". Anunció el doctor Tako muy emocionado, y todos los doctores del departamento de cirugía se amontonaron en la puerta de entrada, haciendo estallar las serpentinas en cuanto Michiko entró con Kaji empujando la silla de ruedas, con él sosteniendo a la bebé.

"¡Felicidades! ¡Hoy les dan de alta!". Gritaron todos.

"¡Aish! ¡Pero qué escandalosos!". Se quejó Kaji.

"Oigan, van a despertar a mi hija, idiotas". Acusó Michiko. "Los asesinaré si comienza a llorar".

"¿Becasue usted no va a saber cómo callarla porque es una madre insensible o una madre inexperta?". Ironizó el doctor Kitano mientras ella lo asesinaba con la mirada.

"No creo que se despierte, Michi, esta pequeñita tiene tu mismo sueño pesado". Se burló Hiromi, inclinándose sobre la bebé para dedicarle una hermosa sonrisa. "Mai regresará la semana que viene de Reino Unido, le dieron vacaciones y quiere venir a conocer a Himiko...".

"¡Aaaaaaaaaaaay! ¡Ella parece una pequeña princesa! ¿No?". A Ebina se llenaron los ojos de lágrimas por la emoción. "Se parece a mi hija cuando nació".

"Oye, mi nena no tiene cara de miedo". Se ofendió Kaji, mirándolo acusadoramente.

"Si Nana decide regresar conmigo, le pediré que tenga un hijo mio". Declaró Hara, decidido.

"¿Para que te deje de nuevo, Kin?". Se burló Michiko.

"Soy Hara, Mamoru Hara". Replicó de mala gana, y se fue a llorar a escondidas el abandono de su ex novia.

"Sorry, pero las bebidas y los bocadillos están listos... ¡Vamos a celebrar! ¡Partyyyyyy!". Exclamó el doctor Kitano, alzando un puño lleno de energía.

Y todos se dirigieron muy contentos hacia la mesa ratona en donde habían platos con bocadillos deliciosos y bebidas gaseosas frías. El alcohol no estaba permitido por su trabajo.

"¿Y qué celebramos?". Preguntó Michiko, llenándose la boca con los bocadillos que arrebataba de los platos, haciendo que sus compañeros le lanzaran miradas de odio al no darles oportunidad de recoger algo.

"Pues que les dan de alta a Kaji y a tu hija, tonta". Le aclaró Hiromi, logrando tomar un sándwich. "Oye, ¿te enteraste que al doctor Ryotaro Hachisuka le dieron de nuevo el puesto de director del departamento de medicina interna? Creo que tiene intenciones de declararte su amor, como tú siempre le gustaste...".

"Mmmm...". Fue todo lo que opinó Michko, y miró hacia donde estaba Kaji, que estaba muy contento con su pequeña bebé, acunándola entre sus brazos mientras la adoraba con la mirada y conversaba con sus amigos Hara y Ebina, feliz de la vida.

"¿Qué harás con Kaji? No sé si lo amas o no, pero tienes que decidirte, Michi. Akira y yo hubiéramos preferido a Hachi para ti, pero si ya tienes una hija con Kaji...".

Michiko volvió su atención hacia la comida, tragando bocadillo tras bocadillo, sin decir nada al respecto.

Aquella tarde, el director Hiruma permitió que Michiko se encargara de llevar a Kaji y a su hija a casa, así que los tres salieron en el coche de Kaji, y luego de meterlo en el garaje de pago, los tres fueron hasta el pequeño parque en donde Michiko lo ayudó a sentarse en el columpio junto a la bebé y comenzó a columpiarlos muy suavemente, en completo silencio, pensativa. Kaji, en cambio, no dejaba de hablar, feliz de la vida.

"Casi no dejaste comer a nadie en la celebración, demonio... ¡Eres tan egoísta! ¿Pero, sabes, demonio? Eso no importa. Lo importante es nuestra pequeñita, ¿no? A Himiko le compraremos los vestidos más hermosos y los juguetes más divertidos y didácticos que podamos, ¿no, demonio? ¡Ella lo merece todo! Aunque como ahora está de moda cómprarles tabletas... Le compraremos una también. También irá a la mejor guardería.... ¿Será mucho para Akira-san cuidarla todos los días? ¿O tendré que quedarme con ella? ¿Crees que podré volver a trabajar de nuevo, demonio? Extraño mi trabajo pero también quiero criar a Himiko, estar con ella todo el tiempo... Ya sabes, estoy bastante grande y quiero estar todo el tiempo posible con ella... ¡Aaaaaiiish! ¡No sé qué hacer! ¿Tú qué harías demonio? Oye, ¿crees que la malcriaré mucho? Nunca he tenido hijos y...".

"Ya cállate de una vez, idiota, quiero decirte algo". Lo interrumpió.

"¡Pfh! La idiota serás tú. ¿Qué quieres?". Se quejó, besando la frente de su bebé que ya estaba despierta y se aferraba a su camisa con sus pequeñas manitos.

Justo en el momento en que ella habló, se escuchó un fuerte sonido proveniente de un edificio en construcción que estaba cerca de allí y que espantó a los pájaros que estaban en los árboles de la plaza, mientras Kaji abría los ojos como platos, completamente sorprendido con lo que acababa de escuchar de la boca de su alfa.

Ya eran las ocho de la noche cuando llegaron a casa, con Kaji en su silla de ruedas, llevando a Himiko entre sus brazos y Michiko empujando la silla junto con el bolso.

"¡Oh! ¡Doctor Kaji! ¡Pequeña Himiko! ¡Bienvenidos a casa!". Les dijo Akira muy feliz en cuanto los vio entrar. "Ya era hora de que llegaran, ya me estaba preocupando... Michi, mira quién vino a visitarte de nuevo. ". Miró a Hachisuka que estaba sentado en uno de los sillones y se había puesto de pie para recibirlos.

"Felicidades por la llegada de su hija. Les traje algunos obsequios...".

Akira siguió hablando.

"Hiromi vendrá más tarde, haré sukiyaki para que celebremos la... ¿Eh? ¿Qué le sucede, doctor Kaji? ¿Por qué están tan callados? ¿Michiko? ¿Pasó algo malo?". Los miró, alarmándose.

"...Akira-san...". Comenzó decir Kaji con voz estrangulada, un par de lágrimas brotaron de sus ojos oscuros. "La demonio me propuso matrimonio... ¡Quiere que nos casemos!". Sonrió entre lágrimas de felicidad, dejando tanto a Akira como a Hachisuka atónitos por la inesperada noticia.

"¿Y... Y qué respondió usted?". Se animó a preguntar el anciano.

"... Le dije que si...". Y se cubrió la cara con el brazo, rompiendo a llorar de felicidad.

Entonces Michiko miró a Hachisuka muy fijamente, como si estuviera desafiándolo o demostrándole algo. Y él la miró, comprendiendo su indirecta, era la forma de decirle que jamás le daría una oportunidad con ella, ella ya había escogido a Kaji para formar una familia y no se echaría para atrás.

Nuevamente, Hachisuka había perdido su oportunidad, y esta vez parecía ser para siempre.

Cha cha cha chaaan! Cha cha cha chaaannn! ¡Quedan invitados para la boda del año! ¿Te quedó claro, Hachi? ¡Ja ja jaaaaa!

Creo que nos queda muy poco para terminar esta historia!!! O.O

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON. MI RIVAL, MI OMEGA, MI AMANTE (Doctor-X) OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora