No A Ese Chico, No Mientras Este Aquí

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Era en plena luz del día, JiMin acababa de salir de aquel lugar donde solo se iba apagando, no se sentía bien y se preguntaba si algún día lo había estado realmente, cuando a lo lejos vio a un chico de cabello blanco que iba pasando por una vieja cancha de fútbol valdia, todo bien hasta que noto que detrás de él iba otra persona con un aspecto más que desagradable, que denotaba no tener buenas intenciones, vió cuando esa asquerosa persona le pegaba por la espalda y lo tumbaba al piso, el chico desorientado trataba de zafarse mas fallando en el intento, comenzaba a tocarlo y el chico rogaba por que lo dejara, pero no le hacía caso; en ese instante JiMin reaccionó, lo cruda e irreal que estaba siendo la escena frente a sus ojos, pero no se permitiría quedarse de brazos cruzados, daría su vida si fuera necesario con tal de romper con aquellos ciclos de la escoria, entonces como si de un campeón de carreras se tratase salió disparado hacía donde aquel chico aguardaba lo ayudasen, cuando llego se abalanzó hacía el atacante y lo golpeo de todas las maneras en que su pequeño cuerpo se lo permitía, el hombre que era mucho mayor que ambos chicos en todos los aspectos, se levanto dándose vuelta y le propinó un gran golpe tumbandolo de una al suelo, pero JiMin era mucho más fuerte que eso, era pequeño si, pero había pasado por tanto, la vida definitivamente le había enseñado, lo había hecho fuerte por la mala y al parecer lo seguía haciendo, se paró y fue directamente hacía el mayor otra vez, golpeandolo una y otra vez con todo lo que tenía, recibiendo unos que otros golpes más fuertes también, el chico que seguía un poco desorientado no sabía que hacer o como reaccionar, pero sin duda no se iba a marchar dejando a su valiente salvador atrás, nunca se lo perdonaría, asi que como quiera que pudo también comenzo a golpearlo, pero sentía que no podía se sentía lento, pesado, simplemente se sentía como si estuviera en una pesadilla, el desgraciado una vez dejando a JiMin fuera de combate regreso con el tonto chico al que había drogado, simplemente no se le iba a escapar por nada del mundo, el chico lloraba, le pedía con un llanto desgarrador que parase y lo dejara en paz, que él no había hecho nada malo, mas aquella horrible persona no hacía caso en lo absoluto, siguió llorando mientras seguía pidiendo internamente que todo terminara, que si estaba siendo una pesadilla ya había tenido suficiente y que pudiera despertar, pero nada cambiaba, se estaba dando por vencido, pensando que estaba al final de su vida, pensando que no podría con aquello cuando de pronto sintió un pequeño peso más encima, era de nuevo su salvador, JiMin se había reincorporado y esta vez con más coraje que nunca, estaba harto de la vida, estaba harto con quien fuera que sea por todo lo malo que pasaba, su enojo le daba fuerza para poder terminar con aquello, a su lado se encontraba una botella de vidrio que no dudo en romper y utilizar contra la escoria, no le importaba nada más que terminar con aquel ser despreciable y como pudo asestó golpe tras golpe, no paró hasta que estuvo realmente cansado y aquella persona no dio más indicios de vida.

-No a ese chico, no frente a mis ojos, no si puedo evitarlo- susurraba al cadaver que yacía frente suyo.

Luego de haberlo matado JiMin solo se deslizó al suelo haciéndose un ovillo frente al chico que seguía en trance tras el traumatico evento, los dos se veían tan frágiles, tan vulnerables, y JiMin deshizo el silencio rompiendo en llanto, un llanto desgarrador que lastimaba a cualquiera que lo escuchara, el chico a su lado también lloraba, dolían tantas cosas, pero solo pudo atinar a hacer una cosa, abrazo al chico que lo había salvado, lo abrazo como si la vida que le quedaba se le fuera en ello.

Habían pasado unas cuantas horas de lo sucedido y ni JiMin, ni el otro chico se encontraban bien, JiMin había matado a alguien, que realmente no importaba mucho ya que era pura mierda, pero a él le dolía y aquel chico que había sido tocado por alguien asqueroso, se sentía mal, triste y sucio, pero estaba tan agradecido con el chico que lo había salvado, le debía tanto; el chico fue quien salió primero de aquel trance.

-Gracias, gracias, gracias, perdóname- decía sollozando -por mi tuviste que hacerlo, perdón, lo lamento tanto, pero gracias por ayudarme, me salvaste la vida-.

La vida ¿sigue? |JiSeok| One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora