Cuentos para dormir de Cang Qiong

3. Cuando dos idiotas se enamoran

[ Au moderno. YQY Omega, SJ Alfa ]

Shen Jiu la había cagado a lo grande. 

Había sido solo una vez. Estaba MUY ebrio para si quiera recordar lo que había pasado la otra noche, solo recordaba despertar desnudo junto a una persona, junto a la única persona a con la que prefería nunca estar desnudo en la misma cama. Había despertado en un hotel, desnudo al lado de Yue QingYuan. Su maldito jefe Omega. 

Para ser justos, muy pocos sabían que Yue QingYuan, el maravilloso líder al que todos adoraban, era un Omega. Había sido muy bueno ocultando ese detalle de su vida privada por mucho tiempo, si él lo sabía era solo porque habían salido por un tiempo cuando estaban en secundaria, además, no tenía la apariencia que muchos esperarían de un Omega, Yue QingYuan era casi una cabeza más alto que él y su cuerpo era bastante más musculoso que el suyo a pesar que Shen Jiu era un Alfa, para ser justos... solo a algunos idiotas les importaba ya el género secundario de otras personas, cosas como que los Omegas eran más débiles o estúpidos habían quedado en el pasado aunque la discriminación a estos aún existía, muchos Omegas aún preferían ocultar su género con ayuda a diversos medicamentos solo para evitar momentos incómodos, pero la noche anterior simplemente había sido imposible para Yue QingYuan ocultarlo más. 

Habían salido a beber por culpa de la editorial en la que trabajaban, habían visitado a un autor del que Shen Jiu estaba a cargo, Yue QingYuan solo lo había acompañado por no-sé-qué evento promocional del que debían hablar por la adaptación cinematográfica que tendría una de las obras más importantes de dicho autor y habían terminado bebiendo en un bar. No recuerda el momento en el que el autor se retiró, a penas recordaba que había llamado a otro hombre, solo recordaba que era muy alto y llevaba un parche. Después de eso a penas recordaba salir del bar con Yue QingYuan siguiéndolo, habían peleado por algo y Shen Jiu simplemente decidió huir sin escuchar más de sus excusas, ni siquiera recordaba porque habían peleado, a mitad del camino Yue comenzó a sentirse mareado y sus mejillas estaban enrojecidas. Shen Jiu pensó que se debía solo al alcohol, continuó caminando pensando en dejar al otro ahí abandonado, pero la voz de dos tipos acercándose, haciendo comentarios acerca del trasero de Yue QingYuan y de lo bien que olía, eso hizo que sintiera ira asesina hacía los idiotas que se atrevían a ofender a Yue QingYuan de esa forma. Después de eso no recordaba nada. 

Cuando se vió en el espejo del hotel supo que había peleado con esos idiotas. Tenía hematomas en sus manos, algunas heridas en su rostro y su ojo estaba enrojecido, no era la primera vez que se veía tan mal frente a un espejo, en el pasado se había metido a muchas peleas callejeras y había sido golpeado muchas más veces de lo que recordaba que había golpeado a otros. También notó otros hematomas más pequeños y redondos en su cuello, maldijo al ver que iba a ser difícil ocultar uno que otro, también había arañazos en su espalda. Era evidente lo que había sucedido la noche anterior. Yue QingYuan aún dormía en la cama del hotel. Para ese momento ya había reconocido que aquella era su habitación, la habitación que había rentado por una noche que se suponía era lo que duraría su viaje. Vió que Yue QingYuan estaba bien, no habían heridas visibles más que algunos moratones redondos en su cuello y pecho. Pero había una marca en particular que hizo que su estómago se revolviera. En el cuello de Yue QingYuan vió una marca redonda e irregular, aun habían manchas de sangre en la almohada. 

Había marcado a Yue QingYuan. 

Al entender lo que había hecho la noche anterior estando ebrio, hizo lo que toda escoria como él haría en una situación como esa: tomo sus cosas y dejó a Yue QingYuan. 

*

Había pasado una semana desde el incidente en el hotel. 

Para suerte de Shen Jiu, Yue QingYuan no había mencionado nada el lunes que volvieron a encontrarse en la oficina. Cubría la marca con camisas de cuello alto, era una fortuna que se acercaba el invierno, de todas formas desaparecería en uno o dos meses, se recordó Shen Jiu, no había forma que una marca como esa permaneciera por más tiempo que ese.