Rosas Negras [RWBY] - Volume 1

37

Yang se encontraba sola en la enfermería, su mano estaba vendada, la luz del sol iluminaba solo una pequeña parte de la habitación mientras que en una esquina la luz no llegaba y reinaba la oscuridad y en esa oscuridad unos ojos plateados brillaban.

"¿Por qué me odias?" Pregunto la voz a yang.

Yang al no percatarse de la presencia de Edward se sobresaltó.

"Edward ¿cuándo entraste?" Pregunto yang mientras observaba la esquina de la habitación y mirando a los ojos de Edward que brillaban.

"¿Me odias porque tengo los ojos plateados?" Pregunto Edward desde la oscuridad mientras observaba detenidamente a Yang.

"Yo... si... te odio" dijo yang mientras que sus ojos cambiaron a color rojo "te odio por tus malditos ojos plateados"

"Entonces odias a ruby" reclamo Edward hacia Yang.

"¿Que?... no... no odio a mi propia hermana" exclamó Yang mientras negaba con la cabeza "te odio a ti"

"¿Por qué?" Pregunto Edward.

"... no lo entenderías" dijo yang para luego intentar evitar mi mirada.

"Al menos intentado" dijo Edward Mirandola con un pequeño toque de ira.

"... mi madre... la madre de ruby... su nombre era summer y ella tenía los ojos plateados al igual que ruby... al igual que a ti..." dijo yang sin apartar su mirada de sus manos mientras apretaba el mantel con fuerza "ella era una cazadora, una de las mejores y al igual que ruby, ella era valiente y con determinación, nunca huía de una batalla" dicho esto su mirada se encuentro con la mía "ruby sigue sus pasos, ella es valiente y nunca dejaría que alguien saliera herido, se lanza al peligro sin pensarlo dos veces si hay una vida en peligro"

"..." Edward solo se limitó a mirarla sin pronunciar ninguna palabra.

"Te odio porque no demuestras esa valentía, eres un cobarde y no tienes derecho a portar esos ojos" finalizo yang desviando su mirada para mirar la ventana.

Edward solo se quedó en silencio para luego cerrar sus ojos y desaparecer del lugar.

...

Mistral

Un hombre con características de un fauno, más concretamente una cola de León se encontraba en su oficina en la academia de mistral.

Ese hombre era nada menos que el director de dicho lugar, se encontraba sentado en su escritorio, por la ventana se veía que era de noche y que las luces de la ciudad y de la academia era lo único que iluminaba el lugar.

Al frente del fauno se entraba una figura que se proyectaba a través de un espejo y que con la mirada de miedo que acompaña al fauno no era nada bueno.

"¿Cinder y los demás ya están en tu academia?" Pregunto la voz de una mujer que se comunicaba del otro lado del espejo.

"Así es" dijo el fauno con un tono de miedo en sus palabras.

"Bien, eso sería todo, espero que sigas mandando a tus estudiantes a morir" dijo la voz mientras que una sonrisa aparecía en su rostro "no te preocupes, me contactare contigo más tarde"

Dicho esto, el espejo que se le permitía comunicarse se rompió y los fragmentos se esparcieron por todo la habitación pero no dejaron rastro alguno.

"Si ella te descubre, probablemente estaremos muertos" dijo el fauno a la nada.

"Lo se, no es emocionante" unos ojos rojos aparecieron detrás de la silla donde se encontraba el director "no te preocupes, si eso pasa te cortare la garganta antes que ella"